Toca ahora el turno a los demócratas. Este martes iniciará la Convención Demócrata en Filadelfia, donde se espera definir al candidato a la presidencia por el Partido del Burro, mientras Donald Trump aguarda tranquilamente desde su bancada republicana. De entrada, el evento se encuentra empañado por la controversia de la presidenta demócrata Debbie Wasserman Schultz, quien fue exhibida por Wikileaks por haber publicado mensajes electrónicos contra la campaña de Bernie Sanders y en beneficio de Hillary Clinton.

Las consecuencias no se hicieron esperar: Wasserman Schultz, presentó su renuncia un día antes del evento, aunque su dimisión se hará efectiva hasta después de la convención. Pese a todo, la también legisladora por Florida, reafirmó su convicción de hacer todo lo posible para llevar a Clinton a la nominación demócrata por la silla presidencial.

Wikileaks salió a la escena advirtiendo que tenía más de 19 mil mensajes electrónicos enviados entre enero y el 25 de mayo de 2016. En ellos se expone a varios altos dirigentes del Partido Demócrata que criticaban fuertemente la campaña de Sanders. Específicamente, denotan que se hizo todo lo posible para evitar que el senador independiente de Vermont avanzara y demuestran que éste tenía razón al afirmar que estaban en su contra. Entre otras cosas, se buscó que Sanders apareciera como un político desorganizado, que favorecía la violencia y, de paso, ateo.

La alerta subió de nivel luego que se conociera que Rusia era la posible implicada en la filtración de estos mensajes, principalmente porque los mensajes pasaron por ordenadores rusos. Se reveló también que el objetivo era ni más ni menos que… allanar el camino a la presidencia de Trump. Estas intrigas previas a la Convención Demócrata han despertado sospechas de que el camino a la Casa Blanca ya está definido o, incluso, negociado de antemano. Como quiera que sea, el FBI ya comenzó a hacerse cargo de esta “ciberintrusión” que llenó de confeti negro la celebración de Hillary Clinton como candidata presidencial de nos demócratas.