Entrevista a Laura Carlsen | Directora del Programa de las Américas
Gerardo Yong
Desde 2015, cuando Donald Trump se lanzó a la candidatura por la presidencia de Estados Unidos ha mostrado su lado duro tanto en lo que será su campaña electoral como en su programa político: endurecimiento en la frontera con México, intensificar el control de migración y recuperar los empleos estadounidenses que están en manos mexicanas.
En el ámbito económico, busca reacomodar la política comercial con base en los intereses de la nación y no en acuerdos internacionales como ha sido el caso del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), con la intención de imponer medidas proteccionistas para fortalecer la economía estadounidense.
La directora del Programa de las Américas —cuya sede se encuentra en Washington—, Laura Carlsen, comentó a Siempre! el posible impacto que tendrían las políticas de Trump, aspirante a la presidencia por el Partido Republicano, en caso de llegar a la Casa Blanca.
Es un muy caprichoso
¿Cuál sería el impacto que tendría para México un gobierno dirigido por Donald Trump?
El impacto sería desastroso, no sólo para México, sino para todo el mundo. En política exterior no tiene experiencia y no cuenta con asesores experimentados, es muy caprichoso y, por lo mismo, sería totalmente impredecible en sus posturas. Algunas de las propuestas principales que tiene son más con tendencia mundial.
Veamos tan sólo el caso de la construcción de un muro. Esto ni siquiera es una cuestión política; geográfica, económica y socialmente es algo imposible e incluso inconveniente. Hay partes de la frontera donde no se puede construir una muralla con las características que ha dicho Trump y otras en donde el impacto en el comercio, que actualmente es de 1.5 mil millones de dólares al día que cruzan la frontera, sería un impedimento tremendo.
Las comunidades en la frontera están en contra porque viven de la integración de esta zona. Y lo único que pasa, donde el muro está construido, es que empresas como Boeing y otros que tienen contratos multimillonarios provenientes del dinero público supuestamente para construir el muro, fracasan y siguen financiando este fracaso. En otras palabras, ha sido un mecanismo para transferir recursos públicos a las empresas de seguridad y construcción sin ningún beneficio para el pueblo estadounidense.
Es una locura un muro
En la actualidad, la frontera entre México y Estados Unidos es la más activa en todos los términos, Trump también tiene en mente imponer mayor control en la migración, ¿cómo afectaría a ambas partes?
Construir un muro no tiene ningún beneficio, es una locura, por el grado de integración que existe y por las vidas de los seres humanos que viven en la región, los cuales cruzan de manera constante esta franja fronteriza. Por otro lado, la deportación de once millones de mexicanos que viven o residen en Estados Unidos, causaría la destrucción de familias, la afectación de economías locales y regionales, incluyendo a ciertos estados de la Unión Americana.
Crearía además una crisis en el sector laboral, una crisis que México no podría enfrentar por la imposibilidad de absorber esta cantidad de gente que pudiera retornar sin trabajo, sin recursos, sin el mínimo conocimiento de la sociedad mexicana, puesto que hay muchas familias que salieron hace décadas y se formaron enteramente en la vida estadounidense. Es algo totalmente en contra de las legislaciones internacionales, de derechos humanos y de la movilidad laboral que existe a nivel nacional.
Por otra parte, Trump cuando se refiere a América como país que engloba al continente, nos advierte la posibilidad de un retorno a la hegemonía, del aislamiento, una cerrazón con la que quiere decir o ganamos todo o nos retiramos. No entiende el grado de integración económica y política que tiene el continente.
Respecto a la participación internacional ha dicho que limitará la participación estadounidense en todos los sentidos, en el comercial al alejarse del Acuerdo de Asociación Transpacífico e incluso el estratégico, con el retiro de la OTAN…
No sólo está en contra del Acuerdo de Asociación Transpacífica, también busca renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte; según su visión, este acuerdo ha tenido un impacto negativo en el pueblo norteamericano.
Para él no es una preocupación que pocos se hayan beneficiado, sobre todo millonarios como él. Y la mayoría han visto un deterioro en las condiciones de trabajo y de oportunidades de vida. Él piensa que México ganó y Estados Unidos perdió. Esto se basa en el hecho de que Estados Unidos ahora tiene un déficit con México, pero no toma en cuenta que, en muchos casos, estos bienes que están fluyendo entre ambos países son de transnacionales con sede en Estados Unidos, ni que se ha desarrollado una clase binacional global, una elite económica que se beneficia por encima de los demás. No es un asunto de país contra país sino de una clase con otra.
Respecto al retiro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, es otra indicación de cómo piensa en las relaciones internacionales. No se basa en acuerdos de beneficios mutuos. Independientemente de lo que se piense de la OTAN que en varios sentidos ha sido un resultado de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra Fría, es una señal de que Estados Unidos no tiene ninguna obligación con ningún otro país en el mundo. Es una actitud muy suya de que las relaciones internacionales no se hacen con base en acuerdos de beneficio mutuo, sino considerando los intereses estadounidenses, claro, definidos por él.