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Uno de los principales elementos del mandato popular es que cuide y proteja a la colectividad y los intereses generales de la sociedad.
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En cumplimiento del Estado de derecho
La violencia hacia otro ser humano debe volverse
tan aborrecible como comer la carne de otro.
Martin Luther King
En hechos graves, los maestros disidentes han hecho uso desmedido de la violencia; el saqueo y el escarnio público a otros maestros, policías y funcionarios públicos. Además de generar cuantiosas pérdidas por mas de 7500 millones de pesos.
Llevamos años observando desorden, violencia y la comisión de infinidad de delitos en agravio de personas, empresas, gobierno y sobre todo de los jóvenes estudiantes que pierden oportunidades de desarrollo y crecimiento.
Hemos visto muy activos a los principales líderes empresariales del país quienes han presentado demandas y denuncias por las pérdidas millonarias y los daños que han sufrido; responsabilizan al presidente de la república y a altos funcionarios de su gobierno de no usar las herramientas necesarias para hacer valer el estado de derecho, toda vez que no observan una intervención de las instituciones del Estado mexicano para devolver la paz, la tranquilidad y el orden tan necesarios en las entidades federativas del país que se encuentran secuestradas.
No es el primer caso donde ciudadanos violan toda norma legal y de convivencia, dañando a terceros y en donde la autoridad se ve obligada a hacer uso de la fuerza pública, así como de las herramientas y cauces legales con que cuenta para que fuesen sancionados.
Lo más lamentable de este caso es que parece que las autoridades del Estado mexicano han renunciado a la razón de ser autoridad, ya que uno de los principales elementos del mandato popular es que la autoridad cuide y proteja a la colectividad y los intereses generales de la sociedad.
No cabe duda de que siempre deben agotarse los canales institucionales y el uso político del diálogo y del acuerdo, sin embargo, la autoridad jamás debe dejarse someter y negociar como si tuviese una pistola en la cabeza, la cual no le permite construir y tomar decisiones en beneficio de la ciudadanía en general, el Estado mexicano y sus instituciones tienen que hacer valer su fuerza conferida en votos para el efecto de que las cosas regresen al orden.
Entre particulares, puede darse el caso de que, cuando existe un conflicto, alguno de ellos decida renunciar a lo que le corresponde, porque ése es su derecho a optar por una posible salida, aunque ésta no lo beneficie. Pero la autoridad constituida para preservar el orden y la paz no tiene el derecho de renunciar a lo que la hace ser autoridad. Es decir, la autoridad jamás debe darse por vencida ante la acción de minorías, que quieren imponer mediante la violencia su visión, sus necesidades o sus peticiones. Siempre debe privilegiarse el bien mayor de toda la colectividad, por lo que el Estado mexicano debe imponerse con sus facultades constitucionales para lograr el cumplimiento irrestricto del Estado de derecho.
@perezcuevasmx
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