Entrevista con Denize Bacoccina |  Periodista independiente brasileña

Por Gerardo Yong

Desde hace meses, específicamente desde mayo pasado cuando empezó el movimiento de destitución de la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, comenzaron también a salir comentarios y análisis sobre un posible golpe de estado contra la mandataria y, de paso, sobre un movimiento para desestabilizar al BRICS, del cual forma parte el gigante sudamericano. Según esas versiones, hay vestigios de que el grupo del vicepresidente Michel Temer, uno de los impulsores del proceso de deshabilitación de Dilma, por cargos de corrupción que también involucraron a sus asesores y funcionarios.

El proceso en realidad, empezó desde inicios de 2014, cuando se acusó a la mandataria carioca de haber recibido dinero desviado de la petrolera estatal Petrobras y de otras grandes obras públicas. Pero la acusación más fuerte y que ahora la tiene al borde de una posible destitución ha sido promovida por Eduardo Cunha, haber maquillado datos macroeconómicos para disfrazar un fuerte déficit presupuestal. Esta parecía ser más un complot ideado por enemigos ideológicos, cuya intención era más bien cambiar el rumbo político del país, el cual había estado bajo poder del Partido de los Trabajadores, de tendencia izquierdista, desde inicios del siglo XXI. El 12 de mayo pasado, el Senado aprobó iniciar el proceso de investigación que podría destituir a Dilma en caso de que salga culpable de los cargos de corrupción, una decisión que podría darse a conocer a finales de agosto, precisamente cuando los Juegos Olímpicos Río 2016, entre en su fase más decisiva. La periodista independiente Denize Baccocina, de origen brasileño, comentó a Siempre! algunos puntos que permiten prever el panorama político de Brasil, previo a la justa olímpica que muchos expertos consideran será más una cortina de humo para consolidar un cambio hacia la derecha.

-¿En qué situación se realizan los Juegos Olímpicos de Río 2016?

-Se realizan en momentos en que la presidente Dilma Rousseff se encuentra en pleno proceso de destitución por parte de una comitiva integrada por legisladores del senado brasileño. En este escenario, lo más probable es que el famoso impeachment sea aprobado, y es con esta perspectiva que los muchos actores políticos del país trabajan a marchas forzadas para lograrlo. Incluso los aliados de Rousseff admiten que apenas si podría escapar del juicio político. Hay que recordar que la fase final de la investigación, la cual conllevará a emitir un veredicto final, será en la última semana de agosto; esto es, precisamente cuando se realice la culminación de los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016.

Denize Bacoccina

Denize Bacoccina

-Se dice que esta olimpiada encubrirá la destitución de Dilma, ¿Cuál es tu opinión al respecto?

-El presidente sustituto Michel Temer se ha mantenido a distancia respecto a este asunto, en parte para no poner en riesgo la representación oficial del país en la apertura de la Olimpiada. En este momento, Brasil está muy dividido entre partidarios y críticos de la presidente Rousseff y su partido, el Partido de los Trabajadores. Según encuestas, gran parte de la población está más en favor de que se realicen nuevas elecciones, aunque esto no está previsto por la ley y tampoco lo han planteado los líderes políticos. Las manifestaciones, que en los últimos meses han llevado a miles de personas a marchar por las calles en pro y en contra de Rousseff, ahora no se han movilizado. Mientras tanto, continúan las investigaciones y detenciones sobre implicados en actos de corrupción conocidos como Operação Lava Jato, que investiga la malversación de fondo con recursos desviados de empresa paraestatal Petrobras, mismo que ha comenzado a implicar a grandes empresarios y políticos de diversos partidos.

-¿Estos Juegos Olímpicos pueden ayudar a Brasil a resolver sus problemas políticos y económicos actuales?

-En realidad los Juegos Olímpicos no ayudan a resolver la crisis política por la que atraviesa Brasil, sólo sirven como una distracción, es un respiro a las noticias negativas que han estado llenando la vida de los brasileños últimamente. La economía sigue siendo mala, el país está en recesión, el desempleo está aumentando cada mes, pero la designación de un equipo económico más alineado con el mercado ayuda a pensar que ya puede visualizarse la luz en túnel; que podría haber un crecimiento económico a partir del año próximo. El pesimismo sobre la economía y sobre todo la política sigue siendo grande, pero los juegos dan a los brasileños una razón para celebrar. Hasta hace poco había un gran rechazo popular a la realización de los Juegos Olímpicos, pero en los últimos días, previos a la celebración de este magno certamen, se ha visto un cambio notable al respecto. Cada vez más gente se atrevió a decir que va a asistir a presenciar los juegos, ya sea de manera presencial o por televisión. Sea como sea, el mal humor comienza a pasar y ahora lo que se ve en las redes sociales es un gran entusiasmo por los Juegos Olìmpicos.

Traducción del portugués al español: Héctor Yong