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La investigación sobre la casa blanca en lugar de abonar a la transparencia generó más escándalo.
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Entrevista a Mario Torrico | Profesor-investigador de la Flacso
Por Nora Rodríguez Aceves
El presidente Enrique Peña Nieto llega a su IV Informe de Gobierno con una economía estancada, desaciertos políticos, escándalos de corrupcion, conflictos sociales mal manejados, violencia y homicidios a niveles con los que cerró la administración de Felipe Calderón y, en ámbito internacional no le ha ido nada bien, por eso no sorprende que los niveles de aprobación del mandatario mexicano estén en mínimos históricos.
Peña Nieto no revertirá está mala imagen; al contrario su imagen se seguirá deteriorando, seguramente cerraremos el sexenio con números de aprobación cercanos al 20 por ciento, de los números más bajos. En esas condiciones las probabilidades para que gane un candidato distinto al PRI en el 2018 son altas, afirma Mario Torrico Terán, profesor-investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sede México.
En entrevista con Siempre! el académico hace una clasificación de los resultados obtenido hasta el momento por el gobierno de Peña Nieto en función de los errores propios y las condiciones que ha enfrentado dado el contexto por el que atraviesa México.
En el primer año se hizo un esfuerzo muy importante para pasar las llamadas reformas estructurales —educativa, energética, político-elecotral y finaciera— a través de un pacto político, el Pacto por México, con partidos de la oposición. Con el objetivo de que estas reformas impulsen la economía y otros aspectos del ámbito social como la educación.
Ese inicio del gobierno fue bien visto, bien evaluado no sólo en México sino también en el exterior. Sin embargo, la aprobación de reformas, de leyes es nada más el inicio de algo, siempre se llevan los reflectores, los titulares de los periódicos, de los noticieros, pero lo que sigue después es un proceso de implementación, de ejecución de esas decisiones que normalmente no tiene tantos reflectores a no ser que pase algo grave o extraordinario y en México esos cambios no han tenido los resultados esperados por una serie de factores.
Crecimiento mediocre
En el aspecto económico se cayó el precio del petróleo y eso le pegó a México a tal punto que se hizo un ajuste fiscal, un presupuesto base cero, y hay un problema serio con la devaluación del peso mexicano. Estos dos aspectos no son de exclusiva responsabilidad del gobierno se deben más bien a condicionantes externos, a factores que escapan a su control, pero que han condicionado a que México crezca muy poquito.
Explica el catedrático que la tasa de crecimiento ha sido muy baja, prácticamente se tiene una economía estancada, con ingresos devaluados. En términos de poder adquisitivo de los salarios, la gente puede comprar menos a pesar de que la inflación se ha mantenido. Se ha hecho un esfuerzo importante para mantenerla en niveles controlados., no ha podido hacer más. La economía mexicana está muy concentrada en las exportaciones hacia Estados Unidos y en la medida en que ellos no despeguen con un crecimiento importante México tampco lo hará.
Por tanto, en el tema económico los resultados son mediocres, no diré altamente negativos porque México no atraviesa por una crisis económica, pero han sido muy por debajo de las expectativas que se tenían cuando empezó esta administración y en buena medida esos resultados son producto de un entorno internacional desfavorable.
Las expectativas en los próximos dos años que vienen no son mejores, el Fondo Monetario Internacional y otras agencias internacionales proyectan un crecimiento muy modesto del 2.5 por ciento más o menos. La economía seguirá estancada, no habrá una crisis económica como en Sudamérica, en Brasil, en Argentina o en Venezuela. Lo más probable es que la inflación también siga controlada y la devaluación, cada vez más cerca el dólar a los 20 pesos. Esa es la tendencia que seguirá.
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En cuanto a los conflictos sociales que existen hoy, no los ha resuelto bien.
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Escándalos y corrupción
El especialista en instituciones políticas, elección social, política comparada, economía política, políticas públicas, señala que a nivel político, pensando en el manejo del gobierno federal, de lo que es la política mexicana, lo que se ha visto son más desaciertos del gobierno de Enrique Peña, no condicionados por factores externos como en la economía, sino más bien por errores propios que tienen que ver con el mal manejo de episodios críticos como escándalos de corrupción, de violencia y la protección brindada a personajes del partido en el gobierno como a Javier Duarte en Veracruz, a César Duarte en Chihuahua, al exgobernador de Coahuila Humberto Moreira, al gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge.
Una serie de malas decisiones que tienen que ver con el pésimo manejo de la masacre de los 43 estudiantes en Ayotzinapa, del reportaje sobre la casa blanca. Cuando inició la administración actual se pensó que los problemas políticos se podían manejar a través de tener muy buena relación con los medios, a tal nivel que las malas noticias ni siquiera se publiquen, muy buena relación en el sentido inclusive de llegar a la complicidad de los medios.
Durante meses había desaparecido de los periódicos la cifra de homicidios, que con Calderón eran tan frecuentes, la prensa estaba en otra cosa, pero la realidad se impone uno no puede negarla menos en un mundo como el de hoy. Digital, de mucha pluralidad de noticias, un mundo en el que cada celular es una fuente de noticas potencial, de redes sociales, ya no podemos pretender regirnos con la vieja noción de si no aparece en los periódicos no existe, eso era propio para un mundo de hace 50 años, lo cual nos hace ver que el PRI no estaba preparado para gobernar una sociedad plural y moderna.
El nuevo PRI que se nos vendió era con nuevos personajes, pero con lógicas antiguas, y eso se ve hasta la actualidad. No es un partido de gobierno que sepa manejarse ante una sociedad abierta, plural, democrática, que exige cada vez más, que pide cuentas, transparencia, no, es un partido de gobierno que ante cada escándalo se encierra, se protege.
La investigación sobre la casa blanca que fue llevada a cabo por la Secretaría de la Función Pública en lugar de abonar a la transparencia generó más escándalo. Los casos de corrupción de sus gobernadores a los que se intentó proteger a toda costa, aun acosta de la imagen del propio PRI y del propio Presidente, son errores producto de una lógica de gobernar que no corresponde con los tiempos de hoy.
Asegura que “los tiempos de hoy es abrirse a la sociedad, es que cuando hay un escándalo no proteges sino más bien exiges un escrutinio público. Cada vez que intentemos simular, ocular cosas, tapar el sol con un dedo, el escándalo regresará y regresará mucho más fuerte. La forma de gobernar es con la mayor sinceridad posible hacia la democracia al estilo del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cuando dice ante los múltiples tiroteos que hay en su país: no puedo garantizar como Presidente que ya no habrá tiroteos, esta situación se debe a un asunto de armas que no podemos regular, que el Congreso no quiere, que un presidente diga no puedo garantizar la seguridad de mis ciudadanos es muy fuerte, es uno de sus deberes, pero la sociedad de hoy exige ese grado de honestidad, de transparencia”.
A no ser que tu apuesta sea a un retroceso autoritario como el de Venezuela, nadie en el país busca eso, el país busca avanzar hacia una sociedad más democrática, entonces el manejo político de la situación interna en México a partir del gobierno mexicano ha sido altamente desacertado y ha llevado al desprestigio del Presidente, del partido en el gobierno y lamentablemente de la democracia.
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Este sexenio no terminará diferente a como estamos hoy, seguiremos con la moral baja.
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El fantasma de las protestas
En el ámbito interncional, apunta el investigador Torrico Terán, han sido muy escasos los lazos que ha construido Peña Nieto con el mundo, más allá del acercamiento con la Alianza del Pacífico para potenciar un bloque económico con miras a mejorar las relaciones comerciales con Asia. Más allá de eso el gobierno ha hecho poco para que haya una buena relación internacional con otros estados.
Sus problemas internos lo han consumido, normalmente cuando los problemas internos son muy grandes los presidentes tienen poco tiempo para fomentar su agenda internacional. Los escándalos de México hacia el exterior tampoco han ayudado a que Peña Nieto tenga una buena imagen. En sus giras internacionales siempre ha estado presente el fantasma de la protesta de los residentes mexicanos en el exterior o el fantasma de la protesta de organizaciones civiles internacionales. A Peña Nieto no le ha ido nada bien a nivel internacional, incluso el presidente Obama en reuniones se ha atrevido a corregirlo.
Sin capacidad negociadora
En cuanto a los conflictos sociales que existen hoy, no los ha resuelto bien. El gobierno ha querido imponer su agenda como en el tema educativo y no le ha ido nada bien. Se enfrenta actores que son poderosos, que están bien organizados y es muy difícil que pueda imponer su agenda. Lo que le ha faltado a esta administración es capacidad y voluntad negociadora. Piensa que está en una sociedad, otra vez, de hace 30, 40 años donde podía imponer sus decisiones y hoy en día México es otros.
Los actores no cederán sin algo a cambio, no se cuadrarán al Presidente porque sí, al gobierno le ha ido mal en ese sentido, ha enfrentado muchas protestas, ha enfrentado un ciclo de violencia de los actores sociales y no ha sabido cómo desactivarla. Ahí tenemos lo que pasó en Nochixtlán hace poco más de un mes con tantos muertos.
El gobierno tiene supuestamente agentes de inteligencia para prever que ese tipo de episodios no ocurran y no se ha visto capaz de desarticular ese tipo de violencia. No ha sabido manejar tampoco la crisis de violencia en México asociada al narcotráfico y el crimen organizado. No se ha visto una estrategia alternativa a la que instauró Calderón, han sido más las descoordinaciones a nivel de gobierno federal con los gobiernos estatales. La violencia no cesa, los asesinatos se siguen contando de a miles, no se ha visto algo diferente o buenos resultados en comparación con el pasado.
El presidente Peña Nieto tiene muchos frentes abiertos como el distanciamiento con el sector empresarial, el recrudecimiento del conflicto magistrial, el descontento con la Iglesia, el malestar del Ejército, los señalamientos de las Organizaciones No Gubernalentales de derechos humanos nacionales e internacionales por violaciones graves a derechos humanos, así como el castigo del electoral por la corrupcion al interior de su gabinete como en los gobierno estatales. Lo que muestran todos estos frnetes abiertos son las malas deciones que se han tomado y la mala gestión de crisis al interiro del propio gabinete.
No es un gobierno que pueda implementar sus políticas fácilmente, pero tampoco vivimos en el caos social, tampoco nos vayamos al extremo. Si vivimos en una situación de incertidumbre, en una situación de que las cosas no mejoran y la gente percibe eso y percibe un hartazgo y no está satisfecha, pero no es solo Peña Nieto, en la Ciudad de México el desgaste que ha tenido el gobierno de Miguel Ángel Mancera ha sido igual, brutal, por la mala gestión, por un montón de cosas, en realidad el desgaste no es solo asociado a Peña Nieto sino también a la clase política, pero obviamente él es el gobernante y el que se desgasta más.
Este sexenio de Peña Nieto no terminará diferente a como estamos hoy, seguiremos con la moral baja, no habrá una gran cirisis, las cosas tampoco mejorarán y seguramente se destaparan más escándalos y el gobierno no reaccionará de manera diferente, no sabe hacerlo. Estoy convencido de que el PRI no sabe gobernar una sociedad abierta y plural.