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No permitiremos —dijo Carolina Monroy— un solo agravio más al señor presidente de la república, cada ofensa tendrá respuesta.
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Servilismo a la orden del día

Muchas veces no se entiende a los representantes de la clase política y su propensión a los escándalos, estafas y cinismo que les suele caracterizar, en ello participan cuadros de diferente ideología al menos en el dicho.

El presidente Enrique Peña Nieto vive uno de los momentos más complicados de su gestión, niveles bajos de popularidad, a ello se suma la conducción marcada por el signo de la ineptitud de Alfredo Castillo en relación con los concluidos juegos olímpicos de Río de Janeiro, el asunto del presunto plagio de su tesis de licenciatura y la defensa a ultranza del mandatario que promete la secretaria general del PRI, Carolina Monroy.

Evidentemente en amplios sectores de la prensa se cuestiona y critica a Peña Nieto por múltiples razones: reformas estructurales fallidas, incremento en los precios de gasolina y luz eléctrica, no se diga en las redes sociales, por todo ello el anuncio de Carolina Monroy es una verdadera utopía que refleja el rostro autoritario de un régimen que se niega a la modernidad y muestra su postura contraria a la polifonía de voces tan natural como sustantiva en los sistemas democráticos.

La secretaria general del PRI anunció hace unos días: “ a partir de hoy no permitiremos un solo agravio más al señor presidente de la república, cada ofensa tendrá respuesta. Cuenta usted, señor presidente, con un ejército de aliados leales”; el rastro de servilismo es inobjetable.

D29081504.jpg MÉXICO, D.F. Sports/Deportes-Conade.- El titular de la Conade, Alfredo Castillo, fue denunciado por la arquera Aída Román de malos tratos. Foto: Archivo Agencias EL UNIVERSAL/JMA

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MÉXICO, D.F. Sports/Deportes-Conade.- El titular de la Conade, Alfredo Castillo, fue denunciado por la arquera Aída Román de malos tratos. Foto: Archivo Agencias EL UNIVERSAL/JMA

En otra razón de ideas, el expresidente Vicente Fox también contribuyó al debate carente de contenido, es evidente que uno de los componentes que vuelven esclerótica nuestra vida institucional es la falta de transparencia y el exceso de opacidad, se han logrado avances a pasos lentos porque las resistencias, como se han evidenciado, provienen de los propios actores políticos renuentes a que se conozca su situación patrimonial. El acceso a la información se niega sistemáticamente.

Recién se aprobó la ley 3 de 3, en la que se pretende que se rindan cuentas en relación con la declaración patrimonial, de interés y fiscal de los actores públicos, algunos ya han hecho del conocimiento público dichos caudales, aunque en algunos casos resulta increíble.

La vida democrática de nuestro país refleja rezagos, declaraciones desafortunadas, carentes de argumentos sólidos vienen en cascada como ha sucedido con el expresidente Vicente Fox que en su momento se convirtió en un gran fraude porque desgastó el aval con que llegó a Los Pinos para destronar al PRI tras 71 años de priato.

Al final de su sexenio, México no registró los cambios esperados, Fox actuó sin consistencia ni afanes democráticos, él diría: yo por qué. Hace unos días opinó acerca de la Ley 3 de 3 para decir, sin ambages, que se trataba de “una mamada” que no rebasaba el lindero de la simulación.

Fox no es un hombre ilustrado, más que talento reflejó audacia como candidato, más que transformaciones vendió expectativas porque su trayectoria lo confirma como negociante. Alguna vez el destacado jurista Ignacio Burgoa Orihuela lo calificó como un “ignorante de la historia y del derecho”, tenía razón el letrado especialista en temas constitucionales ya desaparecido.

El debate de alto nivel escasea, las declaraciones sin rumbo llenan los espacios, la mira se pone en los comicios de 2018, mientras tanto tenemos que escuchar auténticas perlas retóricas de varios actores políticos náufragos de ideas y proclives a decir sandeces.