Como el del ex beatle John Lennon, el brutal, estúpido e inútil sacrificio del trovador argentino Facundo Cabral (Rodolfo Enrique Facundo Cabral), ocurrido el sábado, en Guatemala, ha dejado perplejos a todos y desatado la condena de políticos, artistas y activistas pro derechos humanos de toda América.
Aunque el presidente de Guatemala, Álvaro Colom, informó que Cabral murió en “una emboscada planificada” contra el empresario que lo contrató para ir a cantar a Guatemala, la premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú, demandó, ante el cuerpo del cantautor pacifista, que el magnicidio sea investigado y resuelto de inmediato porque manchará la imagen de esa nación en el mundo.
Nacido el 22 de mayo de 1937 en la provincia de La Plata, Buenos Aires, Argentina, Facundo Cabral inició su carrera artística como El Indio Gasparino, pero hasta que grabó el tema ‘No soy de aquí, ni soy de allá’ alcanzó fama internacional.
Cabral fue el menor de ocho hermanos y creció junto a su madre, Sara, luego de que su padre, Rodolfo, los abandonara un día antes de que él naciera. Sus primeros años transcurrieron en Berisso, localidad adyacente a La Plata, y posteriormente se mudó con su familia a Tierra del Fuego, al sur de Argentina.
A la edad de 8 años, Facundo escapó de su hogar y se fue a Buenos Aires con la intención de buscar al presidente Juan Domingo Perón y pedirle empleo, ya que tenía la referencia de que el mandatario “le daba trabajo a los pobres”. Luego del penoso viaje se presentó en la Casa Rosada, donde logró burlar a la guardia, y llegó hasta Perón y su esposa, Eva Duarte, con quienes pudo conversar. Eva le dijo: “Por fin alguien que pide trabajo y no limosna”. Gracias a esta conversación, logró que su madre obtuviera empleo y que ella y su familia se trasladaran a la ciudad de Tandil, al sudeste de Buenos Aires.
La infancia de Cabral fue dura y desprotegida, tanto que a los 9 años era ya un marginado y un alcohólico, por lo que terminó en un reformatorio. Cabral escapó del lugar y después cayó preso por su carácter violento. En la cárcel, un sacerdote jesuita llamado Simón le enseñó a leer y escribir, lo puso en contacto con la literatura universal y lo impulsó a realizar sus estudios de educación primaria y secundaria, los cuales llevó a cabo en tres años.
Gracias a un vagabundo que escuchó, el 24 de febrero de 1954, recitando el sermón de la montaña, Facundo conoció la religión, aunque se declaró librepensador y nunca perteneció a ninguna iglesia alguna. Poco después, se inició como músico y cantante con la familia Techeiro. De esa época su primera canción, ‘Vuele bajo’.
En 1959 ya tocaba la guitarra y cantaba folclor, influenciado por sus ídolos Atahualpa Yupanqui y José Larralde. En ese año se trasladó a la ciudad balnearia de Mar del Plata y se empleó en un hotel cuyo dueño le dio la oportunidad de cantar con el nombre referido de El Indio Gasparino. Aunque grabó algunos discos “comerciales”, no logró mayor repercusión hasta que Alberto Cortez cantó, en 1970, su composición ‘No soy de aquí, ni soy de allá’, con la que trascendió fronteras
Facundo Cabral llegó a grabar en nueve idiomas, y al lado de artistas de la talla de Julio Iglesias, Pedro Vargas y Neil Diamond, entre otros.
Movido por las influencias espirituales de Jesús y Ghandi, y en la literatura por Jorge Luis Borges y Walt Whitman, la obra de Cabral tomó un rumbo introspectivo y de observación constante de lo que ocurría a su alrededor, lo que incomoda a muchos por sus fuertes críticas sociales.
En 1976, etiquetado, como cantautor de protesta, tiene que abandonar Argentina y se exilia en México, donde continúa componiendo y desde donde irradia su pensamiento y su arte al rededor del mundo.
Recorríó alrededor de 159 países, a muchos de los cuales volvió en distintas ocasiones.
En 1984 regresó a Argentina con su nombre consagrado y logrando presentarse en el espacio reservado “para los grandes”, el Teatro “Luna Park” donde cada noche cantaba para seis mil personas. En 1987 llenó el estadio de Fútbol de Ferrocarril Oeste, en Buenos Aires, con capacidad para cincuenta mil personas.
El 5 de mayo de 1994 comenzó una gira internacional junto a Alberto Cortez, llamada “Lo Cortez no quita lo Cabral”, entrelazando humor y poesía con canciones que hicieron famosos a ambos, fórmula que retomarán muchos años después Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, con su gira “Dos pájaros de un tiro”.
En enero de 1996, actuando en Mar del Plata, Alberto Cortez debió ser intervenido quirúrgicamente debido a una obstrucción en la carótida, pero Cabral siguió solo con la gira.
En su acervo discográfico, hay varios recitales grabados en vivo, como: “Cabralgando” , “Pateando Tachos” , “El mundo estaba bastante tranquilo cuando yo nací” , “Ferrocabral” y “Lo Cortez no quita lo Cabral” Vol. 1 y 2, entre otros.
Cabral es autor de 22 libros (entre ellos: Paraíso a la deriva, Conversaciones con Facundo Cabral, Mi Abuela y yo, Salmos, Borges y yo, Ayer soñé que podía y hoy puedo, Cuaderno de Facundo, No estás deprimido, estás distraído y Los papeles de Cabral) y, en reconocimiento a su carrera, fue nombrado por el Congreso argentino como Ciudadano Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró a Facundo Cabral, en 1996, “Mensajero Mundial de la Paz”. Y el ex presidente de Costa Rica, Oscar Arias Sánchez (1986-1990 y 2006-2010), lo propuso para el Premio Nobel de la Paz.
Cabral inició sus actuaciones en Guatemala el 5 de julio, en el Expocenter del Grand Tikal Futura Hotel, y el jueves 7 presentó su último concierto en el Teatro Roma de la ciudad de Quetzaltenango, el cual cerró interpretando la canción ‘No soy de aquí, ni soy de allá’.
El sábado, Cabral fue brutalmente despojado de la vida en Guatemala, a los 74 años de edad, en un confuso atentado.
http://www.youtube.com/watch?v=OXSh5daNZ-4