En 1990 el investigador Guillermo Schmidhuber localizó La segunda Celestina, una comedia de Sor Juana Inés de la Cruz que fue iniciada por otro dramaturgo, Agustín de Salazar y Torres (1637-1675), pero que murió sin terminarla. En 1990, Octavio Paz reconoce la autenticidad del hallazgo, y prologa y publica en Ediciones Vuelta, La segunda Celestina de Sor Juana Inés de la Cruz y Agustín de Salazar y Torres, descubierta por Schmidhuber. “Octavio Paz propuso editar la comedia con un Prólogo suyo y un estudio del descubridor. La edición salió publicada con el título: La segunda Celestina, y el libro llevaba una cintilla con el lema: —La comedia perdida de Sor Juana”, explica Schmidhuber. Ahora, por primera vez en tiempo modernos, se lleva a escena con la Compañía Nacional de Teatro Clásico Fénix Novohispano, bajo la inteligente dirección de Francisco Hernández. Su estreno fue el sábado 20 de agosto en la Capilla de la Virreina, dentro de Palacio Nacional, donde estuvo la Casa de Moneda y que ahora es una amplia biblioteca. Es un evento organizado por Luis Mujica, como coordinador artístico del máximo espacio nacional.

Anteriormente a que se construyera el Palacio Nacional, en la esquina que conforman las calles de Moneda y 5 de Febrero, se ubicaba el Palacio Virreinal que miraba frente a frente al antiguo Arzobispado, por la calle de Moneda, que es hoy un museo de la Secretaría de Hacienda. Otra de las comedias de Sor Juana, Amor es más laberinto, fue presentada en uno de los salones virreinales para celebrar el cumpleaños del virrey en turno en 1689. Es una coincidencia que dos comedias de Sor Juana engalanen el pasado histórico de nuestro Palacio Nacional.

La puesta es festiva, recuperando la alegría del texto sorjuanino. La Celestina ya no es la bruja o maga de la novela dialogada de Fernando de Rojas, sino una inteligente casamentera que orienta en problemas amatorios. Dos damas se casan con los dos caballeros de su elección, mientras Tacón, el gracioso, es burlado por Celestina, quien le quita dinero y joyas, y alega una falsa promesa de matrimonio que el joven escudero nunca dio. Profesionales son las actuaciones de Celestina (Jacqueline Bribiesca), Doña Ana (Jéssika Gámez) y Doña Beatriz (Daniela Pérez Acosta); particularmente gracioso es Tacón, el escudero, con el arte escénico de Carlos Zarza; en otros roles, Rosa Emilia García Valverde, Ricardo Valdivia, Carlos Larrañaga, David Villarreal, Víctor Zeus y Agustín De Jesús. Los versos sorjuaninos son dialogados con naturalidad y plena memoria, dejando disfrutable lo chispeante que hace reír al público que abarrota las 150 sillas del improvisado teatro.

El Cuarteto de cuerdas de la Ciudad de México hace un marco musical desde la entrada del público y en los cambios de las tres jornadas. El vestuario de Brisa Alonzo es a la vez creativo en el diseño y humorísticamente sarcástico al subrayar la ampulosidad de las damas y la estulticia de los caballeros.

Luego de su estreno en Palacio Nacional, La segunda Celestina continuará con temporada en otros espacios escénicos. El Centro Histórico de la Ciudad de México se ha engalanado con actividades culturales como ésta, que está al mejor nivel en cuanto a comedia del Siglo de Oro respecta.