El duelo por la Casa Blanca está por comenzar. Hillary Clinton y Donald Trump se medirán este lunes en el primero de tres debates que sostendrán antes de ir a las urnas por la presidencia de Estados Unidos el próximo 8 de noviembre. La balanza se encuentra prácticamente equilibrada. Según sondeos realizados por el diario The Washington Post y la red televisiva ABC News, Hillary tiene una pequeña ventaja sobre Trump, al promediar 49% frente a un 47% de su rival republicano. Sin embargo, la aspirante demócrata redujo su avance en las últimas dos semanas, por lo que los analistas consideran que esto refleja más una victoria para Trump, que una ventaja para Hillary.
El debate se realizará en dos ponencias de 90 minutos ininterrumpidos. Tendrá lugar en la Universidad de Hofstra, en Nueva York, y se espera contar con una audiencia de más de 200 millones de televidentes; la que podría la cifra más grande en las últimas décadas en Estados Unidos: superando incluso los 80 millones de espectadores que tuvo el choque entre Ronald Reagan y Jimmy Carter en 1980.
En cuanto a la percepción que tienen los electores previo al debate, nuevamente Clinton goza con una preferencia sobre su contrincante. Al menos 88% de los electores estadounidenses la consideran más inteligente, aunque el 65% la considera honesta y un 52% la valora de manera negativa. Trump, por su parte, es rechazado por un 61% de los estadounidenses. Cambiar está situación será su principal reto. Ambos se preparan con sus respectivos asesores incluso previendo comentarios duros, agresivos y provocativos.
Respecto a los temas a tratar, se espera que ambos dirijan sus planes sobre la prosperidad y la seguridad del país. Por supuesto que se prevé que Trump use el tema migratorio como su punta de lanza, sobre todo, para remontar la ventaja mínima que tiene su rival demócrata. Algo que hay que destacar es que ambos contendientes dependerán en gran parte de captar el voto latino, el cual se encuentra expectante de este primer debate.


