Wilner Metelus, presidente del Comité Ciudadano en Defensa de Naturalizados y Afroamericanos, pidió al gobierno de México ayudar a los 6 mil haitianos y africanos que se encuentran en Tijuana y Mexicali, Baja California, esperando ingresar a Estados Unidos; “las condiciones en las que conviven son infrahumanas”.

Al reunirse con funcionarios de la Subsecretaría de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Metelus explicó que es muy delicado lo que está pasando en la frontera norte, pues en un campamento de 350 personas sólo hay dos sanitarios, niños, mujeres y hombres viven en la calle; no tienen comida.

Solicitó que el Centro de Investigación y Seguridad Nacional investigue a los grupos racistas que están surgiendo en las redes sociales convocando a las población a “matar a los negros”. Además, indicó que México no estaba preparado para recibir a los haitianos que dejaron Brasil, Bolivia, Colombia, Venezuela y Ecuador por la crisis económica en la que están.

En los próximos días se espera lleguen 3 mil migrantes más que están en Tachula, Chiapas, y 5 mil que se ubican en la frontera de Costa Rica con Nicaragua.

Al término de la reunión con la Segob, el líder del Comité expuso que la crisis de los migrantes ya está en México, por ello urge un debate nacional y que el gobierno mexicano prolongue los permisos de estancia, expida autorizaciones de trabajo y otorgue asilo a los haitianos que lo soliciten. Después del terremoto de 2010 “en Haití no hay vida”, hay 60 mil personas que viven en campamentos; 70 por ciento de los ingresos del país dependen de la comunidad internacional.

Wilner le pidió al gobierno federal que ponga más albergues, ofrezca comida y seguridad a los cientos de haitianos que están en las calles de Baja California. Asimismo, solicitó que los secretarios de Desarrollo Social, Luis Enrique Miranda; de Salud, José Narro, y de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, acudan a Baja California para que vean la situación en que viven los haitianos, africanos y los migrantes mexicanos deportados de Estados Unidos.

Pidió que el presidente Enrique Peña Nieto no sólo ayude a Haití por los destrozos que causó el huracán Matthew, sino que también ayude a los que están en Baja California, “porque pasar la frontera está muy difícil; el gobierno de Estados Unidos sólo recibe 70 personas por día”.

El presidente del Comité Ciudadano informó que el día de hoy regresará a Gobernación para dialogar con el Subsecretario de Población, Humberto Roque Villanueva.

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La vida de un migrante

Ezechiel Lovendosky, migrante, manifestó que han tenido un largo viaje, pues partir de su país natal, arribaron a Brasil, desde donde se trasladaron al norte a través de Perú y Ecuador. “Caminar siete días de Perú a Ecuador”, indicó cuando se le preguntó desde cuando iniciaron esta travesía. Los migrantes relataron que no hablan español ni inglés; con señas preguntan: “si un amigo podía pasar”, por la garita internacional.

Habitantes de Guerrero, México, no viven un caso aislado que el de los africanos y haitianos, ya que buscan huir de las balas y la violencia.

Pablo tiene 8 años y observa un pedazo de periódico entre sus manos, a su lado duerme su hermanito de 1 año y 3 meses, ambos están acostados en una esquina del puerto fronterizo El Chaparral. El pequeño tiene la mirada fija en la fotografía de un hombre asesinado, torturado, en Acapulco. “Hallan cabeza humana en la Alianza Popular”, dice la noticia.

“Son las pruebas que traemos para decirles (a los agentes de Estados Unidos) que en nuestro pueblo se está muriendo la gente”, refiere Pablo, quien llegó hace unos días a Tijuana en autobús desde Guerrero, junto con su mamá y otros tres hermanos.

Ana, madre de Pablo, cuenta que ya pidieron asilo, ingresaron el pasado sábado a la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), pero no les creyeron que estaban en peligro.

A la media noche, al menos cuatro familias mexicanas se acurrucan en la amplia plaza del Chaparral, el último punto en México antes de cruzar al puerto fronterizo de San Ysidro, California.

Los migrantes mexicanos que llegan a la frontera para solicitar asilo político no alcanzan lugar en ninguno de los albergues que existen en la ciudad, pues se encuentran saturados con personas de Haití y de República del Congo, entre otros países.

Los mexicanos están solicitando apoyo a las familias de Tijuana, piden comida, agua potable, pañales, ropa, cobijas o cartones para dormir en las banquetas de la garita.