Aunque no convenció del todo

Por Teodoro Barajas Rodríguez

Dos debates entre los candidatos a la presidencia de Estados Unidos que se han traducido en un par de reveses para Donald Trump que parece una caricatura mal hecha de los confederados del siglo XIX, no obstante aún no se pueden descartar escenarios diversos que coyunturalmente inclinen la balanza en un sentido u otro, finalmente la política es terreno para los imponderables y en ella prevalece la incertidumbre, ejemplos al respeto abundan.

El segundo debate verificado el domingo 9 de octubre lo ganó Hillary Clinton del Partido Demócrata aunque no convenció del todo, de acuerdo con diversos indicadores de algunos medios de comunicación; digamos, en términos pugilísticos, que pudo noquear pero lo dejó para agenciarse una decisión dividida.

Para muchos la democracia de Estados Unidos es la más madura del orbe, se trata de un país que expandió las tendencias neoliberales  y marca la pauta en diversos derroteros, ha ganado las guerras menos una, la de Vietnam, sus gobiernos se asumen como los llamados por un destino manifiesto para imponer la democracia por todos los confines de la tierra. Se trata de un pueblo elegido por una extraña deidad, según algunos, probablemente la del dinero derivado de la plusvalía motivada por los mercados.

Son dos debates los que se han efectuado de cara a los comicios que se habrán de verificar el mes entrante; los ultras de la derecha que vociferan racismo y pretenden desbaratar la igualdad que las leyes contemplan, a ellos representa un déspota que sabe hacer dinero y el ridículo.

Donald Trump es un candidato atípico sin trayectoria política, embustero y corto de ideas, su discurso lo suscriben los grupos que parecen vivir en los tiempos de la Guerra Civil en el lado sur, precisamente la región en la que la esclavitud fuera una constante, los perseguidores de negros y latinos, los que habrían de inventar una organización criminal denominada Ku Klux Klan.

Aparentemente Donald Trump será el próximo candidato derrotado, el abanderado de ascendencia alemana y escocesa representa un peligro no sólo para México sino para el mundo. Maquina la idea de erigir un inexpugnable muro como el cerrojo perfecto para evitar la migración mexicana en los territorios que fueron arrancados de nuestro país en el siglo XIX.

Hillary Clinton parece estar próxima a la victoria electoral, aunque no ha sido una brillante abanderada, no despierta el asombro, no le arropa el carisma aunque parece tener lo necesario para derrotar al belicoso aspirante del Partido Republicano.

Lo que suceda en Estados Unidos impacta nuestro país porque la vecindad implica negocios, divisas y todo lo que genera un Tratado de Libre Comercio en la era de los mercados globales.

Hillary Clinton va por el Partido Demócrata que actualmente gobierna la Unión Americana a través del presidente Obama; el paradigma del bipartidismo se mantiene, ambas organizaciones son de la derecha aunque el Partido Republicano es más conservador, proclive a causas que van en sentido contrario a la migración.

Dos debates no exentos de aburrimiento se han registrado; al revisar las reacciones de diversos sectores de la prensa han sido dos derrotas en fila para Trump, el improvisado abanderado que parece no superar su estatus de rico miserable. Al final los debates han sido predecibles, ausentes de contundencia, aburridos.

Barajas