Estados Unidos: Los presidenciables Clinton y Trump
Por Gerardo Yong
Apenas terminaba Hillary Clinton de destacar su experiencia política como una razón para ejercer la presidencia de Estados Unidos, y fustigaba el temperamento de Donald Trump, cuando el magnate rubio la señaló como una traidora que debería estar en la cárcel por el caso de los mensajes clasificados enviados desde su computadora, mismos que dijo pudieron haber puesto en peligro la seguridad nacional. Esto era sólo la punta del iceberg del segundo debate en la Universidad de Washington. Durante los noventa minutos de la confrontación, se pasó de un evento de campaña a otro de telón personal donde las acusaciones, amenazas y gesticulaciones dominaron por completo a los dos contrincantes. De hecho, su entrada al escenario mostró un cambio repentino de estrategia, ninguno se saludó y se abstuvieron incluso de verse directamente. Eso sí, las cosas iban a salir ahora. Este fue el momento que ambos aprovecharon para dar rienda suelta a sus señalamientos y todo empezó con las declaraciones escandalosas de un video de Trump que, según Clinton, fueron proferidas en un lenguaje obsceno. Las imágenes datan de hace once años donde decía textualmente “cuando eres una estrella puedes agarrar por los genitales a las mujeres”. El varón republicano le interpeló las infidelidades y los supuestos casos de acoso sexual de Bill Clinton, de quien dijo: “Lo mío sólo eran palabras, lo suyo eran acciones”.
Hillary ni siquiera lo vio venir. Un día después, otra filtración de Wikileaks dejaba en claro la preocupación de su jefe de campaña John Podesta de que precisamente ese detalle de infidelidad, podría hacerle daño a su imagen en la campaña electoral, lo cual sucedió.
Esta vez, Trump fue mucho más estratégico en sus ataques. Tras haberse percatado de que Bernie Sanders, el ex rival de bancada de Hillary se encontraba en el evento, simplemente usó una frase de éste para calificarla de manera contundente “Hillary no tiene buen juicio”.
En este punto, el millonario se puso a la defensiva, luego que sintiera que los moderadores Martha Raddatz y Anderson Cooper, lo interpelaban sólo a él. Su reacción no se hizo esperar y profirió: “Tres contra uno”.
En el ámbito geopolítico, donde Clinton ha destacado más su experiencia obtenida como secretaria de Estado del 2008 al 2013, le echó en cara las mismas declaraciones de su colega por la vicepresidencia, Mike Pence, quien afirmó que Estados Unidos debería estar dispuesto a atacar a Siria. Nuevamente los mensajes exhibidos por Wikileaks la dejaron con un palmo de narices al día siguiente cuando se reveló que ella misma señalaba a Rusia y Siria como un peligro para Estados Unidos y Turquía, asimismo que recomendaba armar al ejercito libre sirio y derrocar al presidente Bashar al Assad. Trump se despegó claramente de esa posición de su compañero de campaña y dejó en claro que su intención es “combatir al Daesh”.
Si algo molestaría mucho a un millonario, eso seguramente sería cuestionar el origen de su fortuna. Hillary le interpeló que no haya pagado impuestos federales durante casi 18 años. Sin embargo, el republicano parecía haber previsto esta jugada, pues su respuesta fue directa al señalar que ella no cambió las leyes que le permitían obtener grandes deducciones fiscales cuando ella era senadora porque, según él: “la razón de que no lo hicieras es que todos tus amigos se aprovecharon igual que yo”.
Una de las preguntas más interesantes en este debate fue la que cerraba el evento. A ambos se les pidió decir algo positivo del contrincante. La aspirante demócrata refirió admiración a los hijos de Trump, sólo para después pasar a ensalzarse ella misma por sus cualidades y talentos. El representante republicano respetó la línea de la pregunta y sencillamente comentó que Hillary “nunca se rinde, es una luchadora”.
A diferencia del primero, en este debate se incluyeron preguntas hechas por el público común y corriente, muchas de ellas dirigidas específicamente a Trump, quien por cierto llegó a la confrontación en desventaja, pues varios de su correligionarios famosos como Arnold Schwarzeneger, que al igual que él defiende la causa antimigratoria, se deslindaron del magnate inmobiliario al decir que no votarían en su favor. Otro más fue Robert de Niro quien no titubea en llamarle “cerdo” en un video que ya se hizo viral.
Apenas había terminado el debate, los sondeos habían dado la victoria a Trump, entre estos el realizado por el Grupo Focus, con un promedio de 21 a 9. Según sus deducciones, Hillary cayó en credibilidad y Trump se levantó con una mejor actuación. Por otra parte, la cadena televisiva CNN dio el triunfo a Clinton por 57% contra 32%, mientras que YouGov, promedió 47% contra -42%, también a favor de la demócrata. En otros medios, se dijo que Hillary había logrado vencer en el segundo debate, pero por un estrecho margen que no revelaba una clara victoria sobre un Trump que todavía sigue en pie.
El tercero y último debate se llevará a cabo el 19 de octubre, que se prevé como el definitivo antes de ir a las urnas el 8 de noviembre próximo.