Un refrán de Oscar Wilde recomienda: “ten cuidado con lo que deseas, porque se puede hacer realidad.” Esto puede aplicarse al caso de la ex presidenta Dilma Rousseff, quien fue destituida por maquillar las cuentas públicas mediante un sistema denominado “pedaleadas”, que le permite al Tesoro Nacional retrasar la asignación de recursos a bancos y fondos públicos para asignarlos a otros propósitos. También por presunta corrupción en el caso de Petrobras, al menos eso era lo que el ex presidente de la Cámara Baja de Brasil, Eduardo Cunha, deseaba impugnar contra Dilma, lo cual finalmente fue desechado por el tribunal superior. Este miércoles, el acusador fue detenido en Brasilia por su presunta implicación en la trama de corrupción en la estatal Petrobras.

Cunha fue despojado hace unas semanas de su escaño. Ahora fue detenido por orden del juez Sergio Moro, quien investiga su presunta participación en la red de corrupción que operó en la compañía petrolera estatal, de la cual se sospecha que recibió unos cinco millones de dólares. También es investigado en el Tribunal Regional Federal de la 2ª Región (TRF-2), en Río de Janeiro, por haber recibido al menos 5 millones de dólares en dinero producto de contratos dudosos de buques sonda contratados para la firma  estatal. También la alcaldesa de Río Bonito, Solange Almeida (PMDB), es acusada de esta misma operación, en su caso, por haber firmado los requerimientos cuando era diputada.

Pero eso no es todo, la Justicia Federal de Brasilia, implica a Cunha en dos investigaciones, una de ellas, por fraudes en las obras de Puerto Maravilla, en Río de Janeiro. Otra por la sospecha de que pudo haber favorecido al grupo BTG con enmiendas de medidas provisionales que tramitaron en la Cámara. Asimismo, la justicia provincial de Río de Janeiro, la actuación del exdiputado es investigada por su supuesta actuación en el esquema de corrupción en Furnas.

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