Por Armando Reyes Vigueras

Con el objetivo de que la Ciudad de México sea una urbe en la que la paridad en puestos directivos en el ámbito gubernamental se convierta en realidad, el pasado martes 25 de octubre se llevó a acabo el foro “CDMX: paridad en la Constitución del Siglo XXI”. Con la asistencia de Patricia Mercado, secretaria de gobierno de la Ciudad; de la directora general del Instituto de las Mujeres, Teresa Incháustegui Romero; Beatriz Pagés Rebollar, integrante de la Asamblea Constituyente; Olga Sánchez Cordero, ex ministra de la SCJN y Asambleísta Constituyente, quienes se pronunciaron avanzar en esa dirección.
La titular de Gobierno de la Ciudad, Patricia Mercado, resaltó que como parte de las acciones para apoyar el programa, “el Jefe de Gobierno se comprometió a tener paridad en los puestos directivos de gobierno”, ya que de acuerdo al análisis que llevaron a cabo “alrededor de 120 puestos, de aquí a 2018, van a tener que ser ocupados por una mujer siempre y cuando reúnan las condiciones de capacidad y de currículum”, pues en la actualidad “hay 139 mujeres en puestos de dirección de área hacia arriba, en contraste hay 398 hombres que ocupan el mismo nivel de puesto en el gobierno central”.
Para la ministra Olga Sánchez Cordero, al considerar el proceso legislativo que se realiza en la Asamblea Constituyente, la paridad debe llevar a la Ciudad a contar con un Congreso local “conformado por 33 hombres y por 33 mujeres. Las primeras 16 alcaldías deben estar encabezadas por 8 alcaldesas y por 8 alcaldes,
y en cada una de ellas deberá procurar que exista el mismo número de mujeres y hombres que ejerzan el cargo”.

Patricia Mercado y Alejandro Encinas.
Sánchez Cordero consideró que “esta igualdad se alcanzará cuando las mujeres disfruten de derechos en proporciones casi iguales que los hombres, en que tengan los mismos niveles de ingresos y que haya igualdad en la adopción de decisiones y en la influencia política”.
En su oportunidad, Beatriz Pagés señaló que “la Constitución siglo XXI debe ser pensada no solo como un texto garantista sino como un poderoso instrumento para cambiar conciencias”, en virtud de que “la mejor forma de cambiar conciencias, es que la mujer tenga acceso a los mismos derechos que el varón, que no sea discriminada ni maltratada, pero que al mismo tiempo sea ella, por sí misma, un motor de cambio económico y social, es la educación”.

Norma Sánchez Cordero y Beatriz Pagés Rebollar.
Por ello propuso cuatro temas para que sean incorporados a la discusión sobre la Constitución de la Ciudad de México: en primer término, “que en el Preámbulo de la Constitución quede plasmada la identidad femenina de la Ciudad Capital”; en segundo, “hacer un agregado al Artículo 13º del proyecto para que la Ciudad educadora lo sea no solo dentro de la escuela sino también en las calles”; en tercer término, abrir desde la “Constitución la posibilidad de crear la figura del Educador de Género”; y cuarto, modificar el Artículo 10º del Proyecto de Constitución para incluir la siguiente redacción a fin de abatir la epidemia de embarazos no deseados, “la mujer tiene derecho a decidir de manera libre y elección consciente, responsable e informada, si pone fin a un embarazo no deseado”.
Concluyó su intervención llamando a que en la Ciudad de México, “por ser mujer, por ser meztli”, sea “Zona de Tolerancia Cero en violencia de género”.

