La victoria electoral de Donald Trump también vino acompañada de una marea de protestas. Cientos de personas en distintas ciudades de la Unión Americana salieron a las calles para rechazar a quien será el presidente números 45 de Estados Unidos. Desde Pennsylvania hasta California, pasando por Oregón y hasta Washington, grupos de manifestantes marcharon por las calles, se reunieron en plazas y parques gritando consignas contra el rubio magnate, clamando: “¡Ese no es mi presidente!”.

En Oakland, quemaron un muñeco que representaba su persona y rompieron ventanas de las oficinas del diario Oakland Tribune. También incendiaron neumáticos y contenedores de basura. En Oregón, más de 300 personas bloquearon el tránsito en el centro de Portland y ocasionaron el retraso de los trenes, muchos de ellos quemaron banderas estadounidenses gritando al unísono la misma consigna que ya se convirtió en el calificativo del millonario neoyorquino: “¡Ése no es mi presidente!”

En Seattle, también se congregaron más de cien manifestantes en Capital Hill, impidiendo el tráfico vehicular e incendiando botes con basura. En Pennsylvania, cientos de estudiantes de la Universidad de Pittsburgh se apoderaron de las avenidas e incluso comenzaron a organizarse para iniciar un frente de resistencia, a fine de impedir la asunción del próximo presidente estadounidense.

La policía vigiló a la muchedumbre, pero no hizo detenciones en ningún caso.

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