Los espacios de nuestro bosque

Carlos Madrazo Silva

Chapultepec, el bosque milenario de la Ciudad de México, el área de recreo para millones de mexicanos que lo visitan principalmente los fines de semana, el icónico sitio que ha contemplado los episodios más trascendentales por los que ha atravesado México en su devenir como país independiente, ahora se ha convertido en el blanco de controversias desatadas por algunas obras que se pretenden realizar en este pulmón citadino y que pondrían en peligro su, de por sí, dañada sustentabilidad y el hábitat que encierra.

Me refiero a dos casos en especial: la construcción de la llamada Casa Suiza, en la primera sección del bosque de Chapultepec y a la rehabilitación de espacios ubicados en la tercera sección. En mi calidad de secretario general del Partido Verde Ecologista en la Ciudad de México, y como ciudadano preocupado por preservar un medio ambiente favorable para los habitantes de esta gran urbe, tengo el deber de alzar la voz ante hechos que pongan en peligro el hábitat y la sustentabilidad del bosque y, sobre todo, que se ignore todo un marco jurídico de protección a los bosques capitalinos y ese es el caso de las acciones que enseguida analizo.

Sobre la construcción de la Casa Suiza en la primera sección, cuyo objetivo, se dice, es estrechar nuestras relaciones culturales y diplomáticas con ese país, tendrá una extensión de 600 metros cuadrados. Sin embargo, a todos tomó por sorpresa cuando autoridades locales dieron a conocer el proyecto, pues la Secretaría del Medio Ambiente capitalina (Sedema) no ha tenido la claridad necesaria en cuanto a un plan de sustentabilidad ecológica e impacto ambiental de la obra en cuestión. Ha hecho referencia a un plan de manejo que, afirma, permite la construcción, y tal vez se refiera al Programa de Manejo del Área de Valor Ambiental del DF “Bosque de Chapultepec”, con la categoría de bosque urbano; de ser así, ese documento no contempla la construcción en las áreas verdes.

Esta situación, es obvio entenderlo, ha generado el disgusto de la población, expresado principalmente en diversos medios y en redes sociales. Los argumentos esgrimidos en contra de la edificación de la House of Switzerland se basan en que, aun con las razones diplomáticas y culturales, atenta contra nuestra de por sí complicada situación ambiental. En este contexto, lo más viable sería que la obra se suspenda hasta que se esclarezca su legalidad además de su sustentabilidad. De no ser así, la Casa Suiza deberá ser reubicada.

ChapultepecPara ello es necesaria la intervención directa de la Procuraduría Ambiental y del Reordenamiento de la Ciudad de México para que determine, mediante estudios técnicos claros y convincentes, la situación de la construcción. Sin embargo, hasta el momento, los trabajos en la primera sección continúan y también el comprensible enojo de la población.

El segundo caso al que nos referimos es a la rehabilitación de espacios en la tercera sección del Bosque de Chapultepec. En este particular, la Secretaría del Medio Ambiente local publicó en la Gaceta Oficial del 28 de octubre la convocatoria para la licitación de proyectos en donde arquitectos y urbanistas interesados entregaran un proyecto en donde de manera integral tomaran en cuenta los aspectos recreativo, cultural y ambiental para la rehabilitación, pero  con la particularidad de que deberían entregarlos en un lapso apenas de cinco días a partir de la publicación de la convocatoria. Y obviamente esta premura y prisa descomunales provocó el enojo de la población principalmente de la delegación Miguel Hidalgo.

Ante esto, el Partido Verde Ecologista en la Ciudad de México se ha sumado a la petición que vecinos han hecho ante las autoridades locales correspondientes para que se ampliara el plazo y permitir así la aportación de ideas que incluyeran el punto de vista ciudadano. Pensamos que el proyecto elegido debe tener la premisa de conservar la vocación ecológica del espacio y los servicios ambientales de los cuales somos beneficiarios todos en la metrópoli.

Habría que recordar también que el Fideicomiso Probosque de Chapultepec (al cual le reconocemos el esfuerzo que realiza para recuperar este pulmón capitalino, mediante recursos obtenidos a través de ciudadanos generosos, comprometidos y preocupados por el bosque) señala que la tercera sección posee una extensión de 243.90 hectáreas, de las cuales 53.5 son áreas verdes y además aclara que desde 1992 este lugar es considerado área natural protegida; es decir, que su suelo es vital para el funcionamiento de los ecosistemas, además de proporcionarnos bienes y servicios ambientales indispensables para la población.

Como vemos, es la claridad y oportunidad de los procedimientos lo que ha despertado la suspicacia ciudadana en estos proyectos. No responde a una oposición irracional, sino a un afán de cuidar lo poco que nos queda de áreas verdes para mejorar el medio ambiente y hacerlo más óptimo para la salud de los capitalinos. El diálogo y la inclusión serán los elementos que solucionen siempre cualquier desavenencia.

Secretario general del Partido Verde

Ecologista de la Ciudad de México.    

Carlos Madrazo Silva