Si sólo vemos a Bruce Lee como un actor o un deportista de alto rendimiento en artes marciales, lo estaríamos reduciendo a menos de un 30 por ciento de lo que era su naturaleza humana. El otro 70 por ciento, era la filosofía, la cual estudió mientras estuvo en la Universidad de Washington en 1961, donde se dice que obtuvo un doctorado. Sin embargo, el lado filosófico bruceliano se puede parecer más a un pragmatismo sicológico, que a una corriente filosófica como tal. Tan sólo una de sus frases denota el principio de acción que más bien se sustenta en el Tao de Lao Tze. Su verdadera tendencia filosófica la desarrolló a partir de una combinación con el pensamiento occidental que opera desde una perspectiva analítica y reflexiva, en lugar de buscar el balance en la concentración, como pregona la sabiduría oriental. El saber se distingue aquí en dos formas: la secuencia y el equilibrio. Veamos una de sus frases, muy usada incluso en el mundo empresarial y motivacional: “La vida es movimiento. Y por tanto, las personas que se estancan mueren. Todo cambia, todo se mueve de una forma rápida, por lo que nosotros debemos estar en continuo movimiento tanto si hablamos de nuestra carrera profesional como de nuestro negocio”.

Si tratamos de entender esta máxima, tendríamos que evocar a Heráclito de Efeso, quien afirmaba que “La guerra es padre de todos, es el rey de todos; a  los unos los designa como dioses, a los otros, como hombres; a los unos los hace esclavos, a los otros, libres“. Sin ahondar en un análisis más profundo, sólo diremos que el filósofo griego se refiere a un impulso que ocasiona un cambio, que impide que las cosas queden estáticas; una plena movilidad. Es esto último lo que nos conecta con la frase de Lee, pues exhibe al ser como un algo sometido a un flujo cambiante; tal y como lo afirma el Tao, identificado como el flujo de la vida. Bruce Lee fue incluso innovador al dar al arte marcial, es decir, una forma de guerra personal, un tendencia fluida, libre de rutinas que muchas veces lo único que hace es obstaculizar el desarrollo de los movimientos; la acción vista como consecución de la realización.

Bruce Lee no sólo ideó un sistema de lucha ágil, dinámico y eficiente sino libre y, por lo mismo, cambiante, basado en una constante adaptación a los fenómenos que se presentan al luchador frente al contrincante. A 76 años de su natalicio, se puede concluir que Bruce Lee fue una pieza muy importante en la asimilación de las formas místicas orientales y el análisis filosófico occidental que dio como resultado su visión angular y de amplia perspectiva para deducir el conocimiento a partir de una soltura intelectual con una expresión de amplio dominio corporal. Y sólo para ver de qué manera él buscaba liberarse de ataduras culturales o de sometimientos académicos, les dejo con la siguiente frase que refleja su evidente obstinación por fluir constantemente en la vida.

“Y es que no hay pensamientos completamente equivocados, ni pensamientos completamente acertados. Extrae lo mejor de cada pensamiento, de cada persona y úsalo”.  (Bruce Lee, 27-Noviembre-1940).