Fidel Castro (1926-2016)

Humberto Guzmán

El siglo XX fue uno de catastróficas guerras mundiales y regionales, de caudillos y dictadores. También hubo gente bien intencionada, engañada y quienes, entre los libertadores, se convirtieron en nuevos caudillos y dictadores. En esta epopeya destacó un personaje que no paraba de hablar (ver Siempre!, 26/02/2012: mi reportaje sobre Piedad conoció a Fidel: “no dejaba hablar a los demás”): de los pobres, de la isla de Cuba y del ogro que, gritaba, amenazaba con devorársela: Estados Unidos.

Dentro de este panorama, se enseñoreaba la Guerra Fría, en la que se disputaban el control del mundo las dos grandes potencias: Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, URSS, derrumbada por sus propios engaños después de 1989, año de la caída del Muro de Berlín. Prevalece la hegemonía de Estados Unidos, de lo que se deduce que ganó la Guerra Fría.

57 años en el poder

Hijo de gallego, sostenido por sus discursos infinitos, de una personalidad pintoresca, gesticulante, denunciaba el “imperio” y el “imperialismo”, se llamaba Fidel Castro Ruz y acaba de morir de viejo, a los 90 años. Su solución resultó ser el socialismo: la nacionalización de las empresas, que solo benefició a la élite del poder (lo recordó Ricardo Pascoe, exembajador en Cuba, en ForoTV). Se repitió la vieja historia de una cúpula privilegiada y multitudes de pobres. Se identificó al caudillo, al guerrillero, junto con Ernesto Che Guevara, Camilo Cienfuegos (¿qué le pasó, cómo despareció?), con la leyenda de libertador de los “pueblos oprimidos” de Latinoamérica y del mundo.

Suman 57 años de Castro y el castrismo en el poder, desde enero de 1959, cuando la Revolución Cubana entró en La Habana y las pantallas y las páginas impresas de los medios. Y ya no salió.

Sin embargo, la ofensiva suma de 57 años en el poder absoluto de su país es vista por sus aún numerosos fanáticos como una prueba de su grandeza, de su valor, un derecho y una necesidad, para que los “imperialistas” no regresen a la Cuba feliz, aunque con escasez de alimentos y muchos otros productos, sin derechos individuales (humanos, se dice), ciudadanos, sin libertad de expresión, movimiento.

Magnets for sale decorate a tourist shop, one showing an image of U.S. President Barack Obama smelling a cigar, at a market in Havana, Cuba, Monday, March 16, 2015. U.S. and Cuban officials are meeting Monday in Havana, in closed door last-minute negotiations in hopes of restoring full diplomatic relations before the Summit of the Americas in April. The magnet in the bottom row, second from left, reads in Spanish: "Here, nobody gives up," a popular quote attributed to Cuba's late revolutionary hero Camilo Cienfuegos. (AP Photo/Ramon Espinosa)Durante el movimiento estudiantil de 1968, en el Politécnico, donde yo estudiaba, no se hablaba de democracia, sí de la represión gubernamental (como escribió Luis González de Alba). En las manifestaciones me tocó ver una vez a José Luis Cuevas. A Carlos Fuentes o Carlos Monsiváis, nunca. Pero no podía faltar una gran manta con la efigie de Castro y Cienfuegos; otra, con la del Che Guevara solo, el “guerrillero heroico” con el pelo largo, su boina negra con estrella, su barba rala y la mirada perdida en lontananza, para empatar al respetable; se repetían consignas referentes a estos personajes populares.

En las filas delanteras se podía encontrar a gente como Manuel Marcué Pardiñas. El caso es que la “izquierda” estaba presente, tratando de tomar la dirección de lo que debió haber sido espontáneamente estudiantil.

Y ¿cómo se le llama a alguien que mantiene el poder absoluto durante 57 años, por más que esté convencido que él tiene la representación de las masas, de los ciudadanos y de que si se hace a un lado, estos estarán indemnes ante la furia “imperialista”? Dictador. Fidel Castro Ruz fue el dictador más grande de Latinoamérica, región que se ha distinguido por sus dictadores y dictaduras.

México no ha sido la excepción, pero, Porfirio Díaz fue benigno, si observamos que trajo progreso al país, aunque continuó, como hasta ahora, el problema de la pobreza, y renunció a 30 años de presidencia: casi 30 años menos que Fidel Castro Ruz. Díaz sí oía a los otros, era político.

 

Nunca pidió el voto ciudadano

Lo más peligroso de estos caudillos es que explotan los conceptos de “pobres” y “pobreza” para ganarse el favor de la gente, sin decir ni hacer nada para resolverlos, porque no saben cómo. Allí hay falsedad, engaño. Con esa misión, se eternizan en el poder, eso sí, perorando de los pobres hasta su muerte.

Una solución se convierte en su contrario. Lo peor es que haya quienes prefieran una dictadura y la defiendan, porque con esta sienten “protección” paternalista (socialista).

En La Habana, algunos declararon que veían a Fidel como un padre. Nunca les pidió su voto. Nunca hubo votaciones. ¿Por el partido único? Se imponía y decía lo que era y no era. Cuando visité (no turísticamente) por la universidad donde trabajaba a Cuba, me di cuenta de que la educación elemental sirve para adoctrinar a los jovencitos, que se aprenden de memoria recitaciones, loas a los héroes.

Saldo: antidemocracia y pobreza

En México también se ha practicado, pero aquí hay más información, especializada incluso, abierta al público. La imposición del liberalismo mexicano del siglo XIX (oficialmente) y la socialista, sí, beneficios sociales, de la Revolución Mexicana, no han impedido el derecho a la información. Muchos hablan de la Revolución Cubana y nadie de la Mexicana. ¿Por qué será?

A 57 años de revolución, en Cuba no existe la democracia. Se logró la igualdad en la pobreza, fuera de la élite comunista gobernante. Con la desintegración de la URSS, que la mantenía a flote, a pesar del apoyo de la dictadura chavista —y de los gobiernos priistas—, quedaron en peor situación. Es la Cuba que dejó su “comandante en jefe de la revolución” Fidel Castro Ruz.