El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, comenzó a hacer valer su palabra. Este viernes amenazó a las firmas estadounidenses que intenten buscar nuevos horizontes en el extranjero, en un intento por conseguir mejores costos. Lo anterior lo dijo durante una visita realizada a la fábrica Carrier Carrier Corp, de Indianápolis, especializada en aparatos de aire acondicionado.
“Las empresas no volverán a irse de Estados Unidos sin pagar las consecuencias. Eso no va a pasar”, amenazó Trump. “Abandonar el país va a ser muy, muy difícil”.
El magnate inmobiliario y la empresa Carrier anunciaron un acuerdo para mantener los empleos en el país norteamericano; la medida quedó sellada por su vicepresidente electo Mike Pence.
Trump ha realizado una serie de visitas a diversas plantas industriales para presionarlas y evitar su desplazamiento en busca de otros escenarios internacionales más favorables como China. Recientemente, convenció a una firma de quedarse en suelo estadounidense. Esto se convirtió en una señal de su nueva política comercial por controlar el sector industrial y de su estrategia por captar nuevos empleos para la población norteamericana.
China en especial ha comenzado a desestimar las decisiones del nuevo presidente estadounidense. El diario Global Times afirmó en un artículo titulado: “China se beneficiaría de los esfuerzos de Trump por regresar los empleos manufactureros a Estados Unidos”, que es sería muy difícil que Washington pueda levantarse nuevamente como la potencia manufacturera que alguna vez fue. El periódico destacó que tanto China como México saldrían beneficiados con las estrategias trumpistas, pues consideró que son difíciles y complicadas de adaptar.
Sólo para que lo recuerden, Trump advirtió durante su campaña electoral que impondría aranceles del 35 por ciento a los productos que intenten llegar al mercado estadounidense, pero en esta ocasión, ni siquiera dijo qué repercusiones tendrían aquellas firmas que decidieran desafiar su mandato.