Coahuila, Edomex y Nayarit

Yazmín Alessandrini

Para aquellos impacientes que ya se están comiendo las uñas por aquello de las elecciones presidenciales de 2018, les tengo una mala noticia: antes de caminar tienen que aprender a gatear. No hay de otra. Y para que eso ocurra, quieran o no, van a tener que chutarse todo el año próximo, o sea 2017, el cual, por cierto, trae comicios sumamente importantes en Coahuila, Estado de México y Nayarit, tres entidades que definirán en las urnas a sus próximos gobernadores y, de paso, se convertirán en un muy interesante laboratorio para lo podríamos vivir dentro de año y medio.

Y en este contexto, resulta de elemental sentido común que los partidos políticos y sus actores se tomen con mucha seriedad lo que se les avecina, porque si bien los comicios del año próximo solo se presentarán en tres estados (cuatro si consideramos Veracruz, que registrará elección en sus 212 ayuntamientos), lo cierto es que cualquier resbalón que cometan les podría costar muy caro para 2016.

De estas tres entidades, indudablemente la más importante a tener bajo el radar indudablemente es el Estado de México, porque además de ser el segundo mercado electoral más importante de todo el país, por el número de votantes, la oposición (léase los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática) piensa que esta es su gran oportunidad de arrebatarle al priismo tan importante bastión político. Sin embargo, no me gustaría pincharles su globito, yo veo muy complicado que lo logren, aun y se animen a ir en coalición, porque no se ve por ningún lado de dónde van a sacar a una candidata o a un candidato que le pueda hacer sombra a un PRI que si bien aún no tiene bien definido a su candidato, sí cuenta con una muy pesada baraja de prospectos.

Contrario a lo que ocurre en territorio mexiquense, en Nayarit todo parece indicar que probablemente si hay un buen chance para que una posible coalición PAN-PRD entregue buenos resultados el día de la elección. No hay que olvidar que esta fue la primera entidad en la historia de la política mexicana ganada por un bloque opositor, en 1999, cuando Antonio Echevarría Domínguez hizo pedazos los pronósticos al alzarse con el triunfo en las urnas. Además, hay que considerar como un factor en contra del PRI que la gestión de Roberto Sandoval Castañeda no ha sido lo que se esperaba de ella y tras los escándalos de exmandatarios priistas como Javier Duarte (Veracruz), César Duarte (Chihuahua), Roberto Borge (Quintana Roo), Jorge Herrera (Durango) y Edigio Torre (Tamaulipas) la sombra de la duda ya comienza a cubrir las acciones de este gobernador, quien pretende imponer a su candidato y cuate Manuel Cota, quien difícilmente tendría posibilidades frente al aliancista Raúl Mejía, quien a su vez aparece como puntero en todas las encuestas dadas a conocer en aquella entidad.

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