Hace exactamente una semana que el extremista tunecino Anis Amri perpetró el atropellamiento masivo que causó al menos doce personas muertas y dejó casi 50 heridos, tras arremeter con un camión de gran tonelaje a un grupo de personas que se encontraba en un mercado navideño en Berlín. Después del ataque, el cual fue reivindicado por el autodenominado Estado Islámico, la policía germana no pudo capturarlo y de hecho se le desapareció. Cinco días después, el terrorista no sólo había traspasado las fronteras de ese país, sino que se internó en Francia y pudo llegar a Italia donde fue finalmente abatido por dos agentes policiales. Este lunes, las autoridades galas han comenzado a replantearse su sistema de seguridad, el cual fue sin duda penetrado fácilmente por este yihadista, el cual pudo deambular libremente por donde quiso y con la posibilidad tal vez de perpetrar otros atentados.

Según la televisora francesa BMF TV, este individuo fue filmado por cámaras de seguridad de la estación ferroviaria de Lyon-Part Dieu tres días después del  ataque en la capital alemana. Investigadores de la policía concluyen que ahí compró en efectivo un boleto a la ciudad italiana de Milán, haciendo una escala en la ciudad francesa de Chambéry. Sin embargo, el problema que los expertos aún no pueden resolver es cuándo y cómo ingresó al territorio francés.

El terrorista fue abatido por dos agentes de la policía italiana el pasado viernes en una estación de metro de Milán, quienes sólo cumplían con una rutina migratoria. De haber tenido documentos falsos, Amri tal vez hubiera podido seguir su camino sin problema alguno, pero en lugar de eso prefirió hacer cómo que buscaba sus papeles y sacó una pistola con la que intentó matar a sus interrogadores. Sólo consiguió herir a uno, pero ambos los mataron en el acto.

La cadena noticiosa BFM TV señaló hoy que se le encontraron dos billetes de tren para un trayecto Lyon-Chambéry-Milán, pero sólo uno de ellos estaba marcado. Ante cualquier previsión y mientras prosiguen las investigaciones, el ministro francés del Interior, Bruno Le Roux, confirmó el pasado 23 de diciembre que la Fiscalía investigaba la ruta que siguió Amri y destacó que decidió reforzar el control fronterizo en Francia.

A las autoridades italianas tampoco les queda claro cómo Amri llegó a ese país desde Berlín. Se dice que el fugitivo usaba al menos seis nombres y tres nacionalidades diferentes en sus viajes por Europa. Se cuenta que llegó a Italia, procedente de Túnez al comienzo de la Primavera Árabe de 2011. En ese país pasó tres años y medio en prisión por incendiar un centro de refugiados. También se comenta que su vida como recluso era conflictiva, pues amenazaba constantemente y mostraba mala conducta. Las autoridades quisieron deportarlo a Túnez, pero lo desconoció como ciudadano. Fue liberado y le dieron siete día de plazo para abandonar Italia.

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