Los hechos ocurridos en el Colegio Americano del Noreste, en Monterrey,  en el que un estudiante de 15 años que “recibía tratamiento psicológico por depresión” ingresó al plantel con un arma de fuego calibre .22 y disparó en contra de su maestra y sus compañeros, fue un episodio inédito.

“Da cuenta de que la sociedad como tal, encarnada en este joven, está al límite, en los umbrales de desbordarse en este tipo de situaciones de violencia. Es un caso inusual, no es frecuente que suceda en México, es más común y habitual en los Estados Unidos”, afirmó Alfredo Nateras, Profesor-Investigador de la UAM-Iztapalapa.

“En la sociedad mexicana son más comunes los levantamientos, las desapariciones, las ejecuciones, que ese tipo de casos, aunque está englobado en los climas de violencia que, desde 2006 a la fecha, vive el país y en el cual están implicados los adolescentes”, explicó el sociólogo.

La tragedia del joven que se suicida, se pega un tiro, tiene que ver más con su historia de vida, con su ámbito de lo familiar, con algo que le sucede en lo individual y en lo colectivo, que lo lleva a ser un caso irracional o de extrema violencia.

Depresión, la gran enfermedad

El secretario de Gobierno de Nuevo Léon, Manuel Florentino, informó que el menor identificado como el agresor se encontraba en tratamiento psicológico, debido a que padecía depresión “una de las grandes enfermedades de salud mental en nuestro país. En la medicina tiene que ver con el aspecto psíquico y emocional; con lo social y con lo colectivo. Si bien se manifiesta en lo individual tiene que con los contextos en los que está el sujeto, con sus vivencias, que no deja de ser colectivo o de estar agrupado”.

Es lamentable que en nuestro país a las instituciones de salud mental no se les dé el valor que merecen en los presupuestos gubernamentales. Hay una falta de sensibilidad por parte de las autoridades que asignan los recursos públicos, no le dan la atención que merece, por eso están en una situación desastrosa en el sentido de que no cuentan con los recursos necesarios para atender a la población que lo requiere. Hay una falta de responsabilidad por omisión.

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¿Regreso al conservadurismo?

El gobernador Jaime Rodríguez, “El Bronco”, responsabiliza a los padres de familia de lo que hacen los hijos o de las condiciones en las que se encuentran las familias para que sucedan este tipo de casos en donde se involucra un arma de fuego. “Hoy se sabe pertenecía a su padre, esos son indicadores de que las armas son artefactos que incrementan la violencia”, pero también son responsables las autoridades correspondientes que no prestaron ayuda al estudiante para contenerlo en lo individual.

Hay que  tener cuidado con este tipo de situaciones, porque recrudece los espíritus conservadores, los discursos en relación a la familia y medidas como  Mochila Segura, en donde se da la discusión de los derechos humanos de la niñez.

El año pasado, grupos conservadores se manifestaron en contra del matrimonio igualitario, entonces lo ocurrido en el Colegio Americano del Noreste, hace que haya declaraciones conservadoras en función de la rigidez, de los valores conservadores o cristianos.

El investigador Alfredo Nateras.

Operativo mochila, la salvación

“Acciones como Mochila Segura, no resuelven absolutamente nada, al contrario perjudica más la situación, porque  no apunta a la fuente de generación de la violencia, la cual se genera por cuestiones de precariedad. El operativo es un paliativo que no tiene sentido, con esos o sin esos controles la violencia sigue, los jóvenes buscarán otras estrategias para introducir armas al colegio”.

La familia tradicional, desdibujada

La familia es un tema complejo, la figura tradicional ya se desdibujó, hoy hay distintas formas de ser familia. Se dice que se perdieron los valores, pero es falso, cambiaron en relación a los contextos de las nuevas generaciones, no es que la juventud no tenga identidad, sino que tiene otras formas que ya no corresponden a las de valores o normatividades de hace cincuenta años.

Es delicado hablar de valores, de hecho los comentarios que hizo el presidente Enrique Peña Nieto van en ese sentido, fortalecer los valores de la familia, pero ¿cuáles valores? de la familia tradicional, cristianos, conservadores. La incertidumbre en la que está la juventud en términos colectivos y a nivel individual, como en este caso de Monterrey, es que el Estado, las instituciones y la escuela con el modelo neoliberal abandonaron la educación y a los jóvenes.  El descuido de la educación, la desvalorización de materias formativas como civismo, filosofía, sociales, minaron la formación de ciudadanos.

El doctor en Ciencias Antropológicas por la UAM-Iztapalapa y maestro en Psicología Social por la UNAM, destaca que existe desesperanza en una gran parte de jóvenes, por ejemplo, la adolescente que se suicido porque no fue aceptada en la universidad. Hay que analizar las circunstancias que llevan al menor a atentar contra su maestra y sus compañeros, para luego suicidarse él. No solo habla de su situación, sino de la situación del país que está al límite, al borde, en la incertidumbre.

La situación del país, de la familia, de la educación, es un caso dramático como el caso que sucedió en Monterrey, y que llama la  atención por no ser común en la sociedad mexicana.

Las redes no son culpables

Ante el llamado de Aldo Fasci, Vocero del Grupo de Coordinación de Seguridad de Nuevo León; Manuel de la O, Secretario de Salud, y Arturo Estrada, Secretario de Educación, “a los padres de familia entablar diálogo con sus hijos y estar atentos de la información a la que puedan estar expuestos en las redes sociales”.

Alfredo Nateras asegura que las redes sociales en sí mismas no son las responsables de la violencia, sino es el uso que se hace de algunos agrupamientos colectivos en relación a ellas. Son una parte de los medios más tradicionales como  la televisión, ellos no crean la violencia, sino que la recrean a través de el saturamiento mediático de las imágenes de violencia  o de los programas que difunden.

Las nuevas tecnologías de comunicación y de información se usan para difundir mensajes de odio, de xenofobia, de discriminación y ahí la complejidad, porque son espacios abiertos, libres, en cierto sentido. Es muy difícil que los controlen, es justamente su fin, que circule la comunicación abierta. Las redes siguen siendo los grandes instrumentos y su uso no solo es político, también suele incentivar la intolerancia y la violencia como en muchos casos.

El suicidio de jóvenes adolescentes en las escuelas está aumentando, el caso del colegio en Monterrey está enmarcado dentro de esos contexto, en donde los jóvenes están en los limites o en los extremos y algunos se suicidan y otros antes de suicidarse atentan contra sus compañeros o maestros.

La juventud es la que está pagando el precio de está situación de precariedad, del proyecto neoliberal y de la violencia a nivel amplificado con rostro juvenil. Da la impresión que en este país ser joven es un riesgo de morirse de joven.

“Hay que trabajar con los infantes y los adolescentes para construir ciudadanos, de darle un sentido otra vez a la vida, pues lo que sucede en la mayoría de estos temas de violencia es que la vida no vale nada, y en ese tenor es bien fácil quitarle la vida al otro y es bien fácil hacerse sicario y vivir de la muerte”.

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