Qué pena…
José Fonseca
Sin memoria no existimos y sin responsabilidad
quizá no merezcamos existir. José Saramago
En este generoso espacio de Siempre! se ha reflexionado sobre cómo la discordia impidió a los mexicanos del siglo XIX resistir la invasión norteamericana que arrebató a México la mitad de su territorio.
Quizá no habrían contenido, pero se les podía hacer muy costosa la invasión, lo suficientemente costosa como para que los acuerdos que pusieron fin a aquella guerra hubieran sido menos abusivos.
Uno se ha preguntado cómo aquellos mexicanos no avizoraron el costo de sus discordias. Lamentablemente uno encuentra la respuesta con solo repasar cómo en este siglo XXI se enfrenta la agresividad del nuevo gobierno de Estados Unidos.
La reacción de un sector de las opiniones ilustrada y publicada es, en el mejor de los casos, de escepticismo ante cómo se dispone el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto a enfrentar mediante la negociación al gobierno de Donald Trump.
Al forzar la renegociación del TLCAN y poner en marcha una agresiva política migratoria, Trump pone en jaque millones de fuentes de trabajo en México y juega con el futuro de millones de mexicanos indocumentados que trabajan en Estados Unidos.
La orden ejecutiva sobre el muro ordena un informe detallado sobre la asistencia que se ha dado ha México en los últimos cinco años.
— José Fonseca (@cafepolitico) January 25, 2017
El gobierno de México ha empezado un diálogo que llevará mucho tiempo, negociaciones que serán, como todas, muy desgastadas, a las cuales debe enfrentar con la certeza de que debe hacerlo con responsabilidad, por todo lo que depende de ellos.
Da pena que ni siquiera en esta coyuntura política en la cual se juega mucho del futuro de México seamos capaces de mostrar unidad ante los groseros amagos de Trump.
Uno entiende que hay un sector irreductible, cuyo objetivo es descalificar cada paso que da el presidente Peña Nieto. Son aquellos que en este espacio llamamos la cofradía de “Peña no sabe nadar”.
Llama la atención que un opositor tan duro como Andrés Manuel López Obrador sea quien más claramente y sin condicionamientos respalda el gobierno peñista en esta encrucijada histórica, mientras otros actores políticos sí condicionan su apoyo.
Quien esto escribe cree que el Presidente debe enfrentar el reto planteado por Trump con serenidad, con paciencia y con dignidad, consciente que hay muchos que desean que fracase. Son aquellos a quienes para quemar la casa del vecino no les importa quemar la propia. Los mismos que en 2000, al advertirles que Vicente Fox podía arruinar el país, respondieron: “no importa si a México se lo lleva la fregada, lo importante es que ya sacamos al PRI de Los Pinos”.
jfonseca@cafepolitico.com



