Patricia Gutiérrez-Otero
Sólo en los Estados Unidos un millón de mujeres marcharon contra Trump, muchas otras en diversos países. Una de las mayores marchas fue en Washington. No sólo exigieron el respeto a los derechos de las mujeres (salud, trabajo, reproducción y una vida libre de todo tipo de violencia), sino de las minorías gay, lesbiana, transgénero; de los migrantes, del Medio Ambiente. Gente del espectáculo asistió a estas asambleas como Madonna o Cher, y gente crítica del stablishment como Michael Moore y muchos luchadores sociales…
La primera gran marcha contra Trump después de su toma de posición fue de mujeres blancas, negras, morenas, amarillas; feministas extremas o moderadas; stright, lesbianas, transexuales; gente del siglo pasado, milenialistas, dreamers; de diversas creencias, incluso muchas mujeres musulmanas, así como muchos varones que han roto con los estereotipos que separan a los hombres de las mujeres.
¿Por qué marchan las mujeres? ¿Por qué su entusiasmo contagioso? Porque creen en la pluralidad, en la democracia, en la justicia; porque se sienten hermanadas con todos los que son marginados por una sociedad impositiva y dominante; porque olfatean el peligro de la exclusión, la explotación, la competencia; porque sienten que llegó la bota que aplasta para volver todo una gran masa; porque se oponen a cualquier tipo de muro que separa a los que son diferentes; porque no creen en un discurso xenofóbico, mentiroso, demagógico, destructor de los lazos que hay entre la humanidad y que es depredador de la Tierra.
Vistas aéreas de @CNN de la marcha de las mujeres en Estados Unidos. #WomensMarch pic.twitter.com/33qyRx1F8m
— Juan Pablo Mansilla (@juanpmansilla) January 21, 2017
Las mujeres hemos experimentado en carne propia lo que es la exclusión y el abuso, y no queremos que otras ni que otros los sufran por su color de piel, su coeficiente intelectual, su formación, su lugar de proveniencia, su grado de estudios, su orientación sexual, su nacionalidad, su creencia. Porque hay que terminar con una era basada en la sujeción de los otros y del planeta, porque no queremos retroceder, porque aún creemos en la libertad, en la igualdad, en la hermandad.
¿Por qué se marcha en contra de Trump? Porque la mayoría de los norteamericanos no votó por él. Algunos letreros decían: “¿Por qué estamos aquí? Por la tierra, la igualdad social, los discapacitados, las mujeres. ¿Por qué tú no estás aquí?”; “No retrocedamos”; “Las mujeres son el muro. Y Trump lo pagará”; “Libertad y justicia para todos”; “Odio es diferente a grandeza”; “Si quisiera al gobierno en mi vientre, me acostaría con un senador”. Los gritos de lucha y pelea se escucharon de manera constante junto con los de libertad, dignidad, derechos y amor. Rabia y dolor se unieron ante un enemigo común.
En Washington fue significativa la banda con mujeres en la guitarra, el bajo, la batería. Fue conmovedora la niña mexicana que acompañada por su familia hizo un discurso en inglés y español, sobre el amor, la solidaridad y terminó con el “Sí se puede” que la gente coreaba.
Además opino que se respeten los Acuerdos de San Andrés y la Ley de Víctimas, que se investigue Ayotzinapa, que trabajemos por un nuevo Constituyente, que se respete la verdadera educación y la libertad de expresión, que México sea alimentariamente autosuficiente.
@patgtzotero