Gerardo Yong

Apenas ha pasado una semana desde su toma de poder y Donald Trump ya se enfrenta a una gran parte de la población de su país que, entre otras cosas, le ha dejado en claro que no le gusta su estilo de gobernar, ni mucho menos sus actitudes personales. En menos de un mes, Trump se atrajo una gran cantidad de enemigos, desde la población migrante legalizada en Estados Unidos, hasta las minorías indocumentadas, pasando por grupos de mujeres ofendidas, universitarios e intelectuales inconformes, agrupaciones civiles y políticas, todos bajo un grito al unísono que lo rechaza como presidente. Trump respondió burlándose de las megamarchas que atiborraron las calles no sólo en Washington y Nueva York, sino en Los Angeles, Boston, Denver, Miami, Seattle y Filadelfia.

Para Rosío Vergas, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), las manifestaciones y megamarchas realizadas en la Unión Americana, reflejan que el estilo de Donald Trump ha roto con todo lo esperado hasta ahora. Según ella, el magnate inmobiliario ha hecho uso de técnicas empresariales que desconciertan a la población, la cual está más acostumbrada a hablar en términos de conocimientos y evaluaciones sociales y hasta ideológicas, como hicieran gran parte de los políticos en la historia de Estados Unidos.

Para esta experta, Trump es un hombre muy hábil y manipulador que lo mismo propone soluciones a un sector desvalido que, por su situación de desventaja, no piensa más allá que en el discurso visceral y por otra toma ventajas para asegurarse un poderío más allá de los cuestionamientos.

Desde que Donald Trump asumió la presidencia, las megamarchas se han sucedido unas a otras a lo largo de la Unión Americana. A Trump no parece preocuparle el hecho de que esa gente representa más de la mitad de la población en su contra. ¿Cuál es su opinión?

Hay que entender que Donald Trump es un empresario, no un político. Creo que eso es lo que le ha generado gran parte del rechazo popular. La gente no acepta su posición. Simplemente hay que saber que la política se hace con la gente, los empresarios hacen negocios. El se ha brincado todos los cánones políticos, ha insultado a minorías, se ha burlado de las mujeres y además es algo que también se reflejó en su toma de posesión como una masiva oposición que ha sido impresionante porque no sólo se han manifestado minorías, sino la población blanca que no está de acuerdo con la posición de Trump.

Hay que hacer una lectura muy cuidadosa realmente, sobre todo de la base electoral que lo eligió, porque aquí en México tampoco entendemos cómo un tipo de esa naturaleza llegó al poder, y no entendemos que ignorarlo o estar pasivos puede convertirse en algo muy delicado para nuestro país. Me refiero a que nuestro país no comprende lo que es una mentalidad empresarial. Es un tipo inteligente, pero que no está respondiendo a la lógica a la que han estado acostumbrado tanto la sociedad estadounidense como la mexicana.

¿Qué rasgos puede verse de su actitud ante las masas que lo repudian?

Para entender las protestas masivas también hay que comprender cómo llegó al poder, veremos que fue apoyado por aquellos blancos apabullados y desplazados por los acuerdos comerciales de Estados Unidos, entre otros el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Trump interpretó esto de manera muy parcial, pero también convenientemente, pues ha culpado a las empresas que se van al extranjero, sobre todo a México y es por eso que no hemos dejado de estar en su mira.

Trump usó la estrategia de los corporativos norteamericanos que se beneficiaron mucho en todo el mundo a través de una globalización expansionista, pero justamente a costa del desplazamiento de la mano de obra, sobre todo de ciertas industrias. Si vemos a la industria automotriz estadounidense, las plantas de Detroit están prácticamente muertas.

Allá también hay ciudades que no tienen casi habitantes o están en un deterioro muy importante. Yo creo que interpretó correctamente que esta sería una base electoral muy fuerte, muy importante y que justamente le dio el apoyo en aquellos estados donde él ganó. Esta base electoral fue la que lo llevó al poder pero los que están en la oposición, como la gran cantidad de manifestantes que han abarrotado las calles de diversas ciudades de la Unión Americana, son justamente contra los que va. A ellos los culpa en parte de esos desplazamientos de esa mano de obra blanca y justamente son a las minorías, a los migrantes legales e ilegales.

¿Qué son para Trump esos manifestantes, opositores, enemigos…?

Trump considera a los manifestantes como una parte de la sociedad que está perdiendo comodidades que le fueron dadas por el corporativismo. Para él su estilo de gobierno es la recuperación de la soberanía, que él considera que se ha perdido por el expansionismo liberal. Lo mismo pasó con el Brexit, porque también está respondiendo a situaciones de soberanía. Ellos no quieren plegarse a la línea de Bruselas, buscan ser soberanos.

Los ingleses han enviado el mensaje de que sus intereses van a estar por encima de los compromisos y acuerdos internacionales, pero sobre todo del rechazo a las migraciones que llegaron desde Africa y Medio Oriente, sobre todo por la guerra de Siria. Lo que debe quedarnos claro es que el estilo de gobierno de Trump no es exclusivo de él, sino de Europa, Reino Unido que tiene como principal objetivo un rechazo total a la migración.

Podemos ver que entre los manifestantes que han protestado tanto en Estados Unidos como en otros países del mundo, la mayoría son personas que tienen familiares o amigos en Estados Unidos. Tenemos a estos dos grandes grupos de gente y es por eso que es un poco esquizofrénico ver el escenario en Estados Unidos. Toda esta base blanca desplazada como mano de obra, toda esta base de hispanos, latinos, migrantes, de pobres, son dos bases distintas. En eso uno puede entender por un lado un apoyo, por otro todo el rezago.

¿Cuál  es el punto clave del disgusto popular con su gobierno?

El discurso de Trump no es político, pero sus acciones son de un empresario, de un hombre que desde el primer día está tomando acciones, es una persona que no está acostumbrado a decir, sino a actuar. Ahora ya podemos ver el descontento de la parte del pueblo que se opone a él. Al menos cuando un político anuncia algo, lo propone e incluso lo abre a la discusión, pero esto no ha pasado con él.

Esto reflejando otra mentalidad, una mentalidad empresarial que es algo que nadie se esperaba que sucediera, ni siquiera en Estados Unidos. Sin embargo, esto es importante comprenderlo porque generalmente el pensamiento dominante de las relaciones internacionales en ambos países viene bajo el esquema neoliberal de la construcción de las relaciones internacionales que se mueve en una dicotomía de cooperación y conflicto.

¿Cómo está reaccionando la política nacional frente al gobierno de Trump?

Me preocupa mucho la actitud de las autoridades mexicanas que, a mi parecer no están haciendo bien la lectura de lo que es el gobierno de Donald Trump. Los diseñadores de la política México-Estados Unidos siguen siendo un esquema de sumisión, de enarbolar la buena relación y la amistad cuando en realidad, este señor está actuando bajo otro tipo de consideraciones y, simplemente agachar la cabeza puede ser tan delicado al grado de hundirnos más.

Las masas que se manifiestan en Estados Unidos se rigen por la vía política, sobre todo por el esquema neoliberal, hemos sido individuos basados más en sistemas ideológicos, y es por ello que el neoliberalismo tiene una gran dificultad para interpretar la realidad y esquemas de geopolítica distintos.

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