Melanija Knavs (Melania Knauss), una modelo nacida en la República de Eslovenia el 26 de abril de 1970, hoy es la primera dama de los Estados Unidos. La controversial esposa de Donald John Trump, presidente del país vecino del norte, ingresó al mundo del modelaje a los16 años de edad. Un maestro de fotografía la descubrió y, a pesar de que cursó un año de arquitectura, se percató que lo suyo eran las pasarelas, así que se trasladó a Nueva York para perseguir su sueño.
Trump y Melania se conocieron durante una fiesta de la Semana de la Moda de Nueva York en 1998, como ella misma lo contó en 2005 a la cadena televisiva CNN, “fue una energía mágica (la que hubo entre ambos)”. Luego de 5 años de relación, Donald decidió que “era tiempo” de desposar a la modelo eslovena de 46 años.
Trump y Melania se casaron hace 12 años en el estado de California, al poco tiempo dio a luz a su pequeño hijo Barron de 10 años, con el que permanece viviendo en la Torre Trump de Nueva York, hasta que concluya el ciclo escolar. Aquel oneroso penthouse, tiene una de las mejores vistas de todo Manhattan y está cubierto de candelabros de cristal importado, pinturas clásicas en los techos, paredes de oro de 24 kilates y ostentosa mueblería blanca.
Durante la campaña de Donald Trump para contender por la presidencia, Melania estuvo muy alejada de la luz pública, y como ella lo explicó para ABC News, todo se trató de una decisión personal, “yo apoyo a mi esposo en todo, pero tenemos un hijo de 10 años y mi decisión ha sido cuidarlo”.
El matrimonio con Melania, es el tercero del magnate, pues estuvo casado durante 30 años con la modelo checa Ivana Trump y otros 4 con la también modelo norteamericana Marla Maples.
Durante la entrevista para la cadena televisiva ABC, que realizó la periodista veterana, Barbara Walters, el magnate fue cuestionado:
—Tú te has casado en dos ocasiones, ¿qué cambió esta vez?
—Creo que ahora entiendo la vida, y he tenido suficiente de la vida.
A pesar de los múltiples matrimonios de su esposo, Melania reitera que confía plenamente en Trump, que tienen una “química increíble” y que para tener una relación madura es necesario conocerse a sí mismo y tener una vida independiente que te impida depender de alguien más, para que la pareja funcione: “necesitas apoyarlo, ser muy inteligente, y estar ahí para él cuando te necesita”.
—Barbara Walters: ¿En su matrimonio los roles están equilibrados?
—Melanina: Yo diría que sí.
Trump: (Bromea) ¡Yo diría que no!, yo creo que ella es mucho mejor que yo en un 50 por ciento; no, yo diría que tenemos una relación equilibrada.
“Si gano la presidencia, Estados Unidos tendrá una primera dama bonita, elegante y de buen corazón”, afirmó Trump en la entrevista.
En la más reciente edición de Vanity Fair, Melania cuenta que deja que Trump tenga su espacio porque no es una mujer “dependiente” ni “pesada”.
En este sentido, Trump valora que su esposa le ponga las cosas fáciles. “Trabajo mucho, desde muy temprano hasta muy tarde —dijo en 2005—. No quiero llegar a casa y esforzarme para mantener una relación”. Para el magnate, Melania es espléndida. Nunca le ha oído “echarse un pedo ni hacer caca”, según le contó una vez al showman Howard Stern. (Melania asegura que la clave es tener baños separados).
Donald Trump asumió la Presidencia de Estados Unidos y los rumores de una supuesta relación inestable entre ambos comenzaron a circular alrededor del mundo. Después de la toma de posesión presidencial, Trump pronunció algunas palabras a la Primera Dama, y ésta cambió su feliz semblante, a uno macabro y lúgubre.
Luego, durante la gala presidencial, en medio del baile de la pareja, la eslovena lucía incómoda y exhausta, por lo que las redes sociales se incendiaron para “liberar a Melania” del supuesto yugo de Donald Trump, con el hashtag #FreeMelania, seguido de cientos de memes con los que mostraban “su compasión” para la modelo.
“Melania, blink twice if you need help” #WomensMarch pic.twitter.com/UgdlhWeTZQ
— Bipartisan Report (@Bipartisanism) 21 de enero de 2017
A pesar de la controversia, no todo está dicho entre la pareja. Medios estadounidenses han retratado el incómodo momento que han vivido los Trump, desde que el magnate asumió el cargo presidencial. The New York Times cuestiona su “gesto contrito” durante el baile de inauguración, y asegura no saber “si abrazarla o tomarla con pinzas cuando dice que su marido es un hombre de buen corazón”.
“Por eso, por momentos, cuando veo la mirada perdida de Melanija/Melania, tan lejana que hace que las flores del mantel parezcan tener más vida que ella, tengo ganas de aplaudirle en medio de la nariz, como cuando se despierta a las personas hipnotizadas. O a alguien que lleva más de una década al lado del misógino más poderoso del mundo”, afirma la periodista Gabriela Wiener.
Pero lo que en realidad quería transmitir Wiener, sobre el comentado #FreeMelania era que no se trataba de liberarla a ella en sí, sino que todas las mujeres se liberen de las cadenas de esposos “tiranos” como se presume que Trump podría ser.
“Si intentamos trascender, por un momento, la figura de Melania, el #FreeMelania tiene un efecto mucho más potente. La denuncia es otra. No se trata de “liberar” a la supermodelo ‘secuestrada’ por el supertirano, sino de liberarnos a nosotras mismas de los modelos que nos imponen y que no nos representan: la mujer-florero, la mujer-objeto, la mujer detrás del “gran” hombre, la primera dama…”.
Trump sinónimo de machismo
A un mes de que se llevaran a cabo las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, parecía que la campaña de Trump temblaba con un grabación que salió a la luz y que contenía comentarios denigrantes hacia las mujeres. Varios líderes republicanos condenaron su actitud y algunos sugirieron que se retirara de la campaña. “Nunca me rendiría. Nunca me he rendido en mi vida”, indicó en una conversación con The Washington Post.
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Sin embargo, nadie detuvo el efecto Trump y llegó hasta la Casa Blanca. No obstante, pensábamos que Trump calmaría su antipatía hacia las mujeres, migrantes, negros o musulmanes. Pero parece ser que esto será el cuento de nunca acabar, o por lo menos de aquí a que termine su mandato.
En 1991, en una entrevista para la revista Esquire, Trump aseguró: “Ya sabes, da igual lo que los medios escriban mientras tengas junto a ti un trasero joven y bonito”.
En un video de 2005, el republicano expuso que: “Cuando eres una estrella, [las mujeres ] te dejan hacerles cualquier cosa. Agarrarlas por el coño. Lo que sea”.
Hace 4 años, en Twitter, la red social favorita del magnate, escribió: “De 6.000 acosos sexuales no reportados en las fuerzas armadas, sólo 238 han sido sancionadas. ¿Qué otra cosa esperaban, si mezclaron a los hombres con las mujeres, genios?”.
Durante la campaña electoral, Trump habló de su contrincante demócrata: “Si Hillary no puede satisfacer a su esposo (entendemos que aludiendo al ‘caso Lewinsky’), ¿cómo pretende satisfacer a Estados Unidos?”.
Su ex mujer, Marla Mapples, también fue blanco machista de Trump: “Marla era un 10 en tetas, y un 0 en cerebro”.
Decenas han sido las ofensas por parte del presidente de los Estados Unidos hacia las mujeres, que a tan sólo unos días de haber llegado a la Casa Blanca, miles de madres, hermanas, hijas y jóvenes, se manifestaron en diversas ciudades de todo el mundo en defensa de sus derechos humanos y en protesta de la investidura de Trump.
En la marcha principal, que se celebró en Washington, participaron actrices de la talla de Madonna, Emma Watson y Alicia Keys. Uno de los emblemas de la marcha fueron los gorros “pussy cat” (gatito), como respuesta al comentario de Trump de que a las mujeres hay que agarrarlas por partes íntimas (pussy, en inglés).
A través de una serie de imágenes tituladas #SignedByTrump, Aria Watson, estudiante de Oregón, evidenció todas las frases que el nuevo presidente de los Estados Unidos pronunció en contra de las mujeres. “Cuando Trump derrotó a Clinton, se me rompió el corazón, así que decidí ayudar a la gente a darse cuenta quién es realmente Donald Trump”.
La estudiante de 18 años, creó #SignedByTrump como parte de su proyecto final de introducción a la fotografía del Clatsop Community College. “Sé que la mayoría de la gente tiene su opinión inamovible sobre Trump, pero espero que alguien vea #SignedByTrump y abra los ojos, aunque solo sea una persona”.
Cuando Aria publicó las imágenes, inmediatamente fueron retiradas de Facebook e Instagram, pero después de publicarlas en Tumblr se hicieron virales.