Roberto García Bonilla
La entrevista es uno de los géneros más flexibles del periodismo; a través de ella se puede trasmitir un discurso compleja de manera sintética y directa sin que ello implique la simplificación o el encapsulamiento. Los contenidos, además, pueden adaptarse a las necesidades de espacio y sentidos que aspire el texto. Es un género en el cual se comparten el testimonio (el reportaje), la reflexión (el ensayo), la confesión (biográfica o autobiográfica), incluso la narración de hechos en perspectiva y con ponderación (historia). La flexibilidad y la aparente facilidad –tomar una grabadora y llegar a improvisar preguntas– han alterado y trastocado las virtudes de este género que se vuelto inmediata solución fácil para llenar planas en la prensa. En las publicaciones serias, incluso, pueden verse parrafadas triviales en las que el testimonio íntimo se reduce al anecdotario efectista, aun, malediciente; habrá que agregar la ausencia de contextualización ya no digamos histórica sino coyuntural de no pocos ejemplos, además del descuido de los entrevistadores al editar su conversación, Lo más frecuente, ahora, es que se escuche la grabación y que en su recorrido se tomen pasajes llamativos, en lugar de transcribir el texto íntegro y estructurarlo –a partir de la extensión disponible– y jerarquizarlo temáticamente.
Contrapuntos. Medio siglo de literatura iberoamericana de Danubio Torres Fierro (Uruguay, 1947) nos refresca horizontes de la literatura latinoamericana que alcanzó resonancia mundial, gracias al Boom, nombre equívoco que designa, desde inicio de los años sesenta  a los escritores cuyas  obras  tuvieron proyección editorial, desde España; su originalidad, su innovación y sus audacia conjuntas  les confirió una identidad  que se fortaleció a la luz y esperanza que irradió la Revolución Cubana (1959). El texto se conforma por una treintena  de autores -que además de incluir a  los  patriarcas del boom latinoamericano- como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa o Carlos Fuentes, quien explica cómo se complementan dos  obras, tan distintas, como Aura y La Muerte de Artemio Cruz, acaso su novela cumbre.
Torres Fierro, quien formó parte de semanario Marcha, en Montevideo, fungió como secretario de redacción (1973-1976) en la legendaria revista Plural (octubre, 1971; julio, 1976) que nació en un elaborado proyecto editorial de Octavio Paz y que albergó Julio Scherer García en Excélsior. Viajó en 1975 a Sudamérica donde consiguió la única colaboración de Jorge Luis Borges, además de entrevistas con Adolfo Bioy Casares, Silvina Ocampo, Ernesto Sábato, José Bianco, Haroldo Campos, Enrique Molina y Victoria Ocampo, mecenas de la revista Sur (1931-1966; 1966-1992).
El diplomático, crítico literario, escritor –autor de obras como Octavio Paz en España (1937)– convive mientras conversa con los escritores en camaradería (a casi todos los conocía antes de haberlos entrevistado); sobre todo conoce sus obras, las sitúa y, en general, establece un vínculo entre literatura, realidad sociopolítica, y aportación de obras relevantes. Entre los españoles, destacan además de Juan Goytisolo, los poetas Gil de Biedma y, sobre todo, José Ángel Valente, integrantes de la generación de los 50, quienes asimilan la tradición y proyectan revelan y se rebelan con habla propia.
Estas conversaciones funden el ensayo, la evocación, el retrato psicológico, propios del biógrafo. Destacan, además de su valor historiográfico, por el formato genérico de los textos que va de la entrevista convencional –pregunta-respuesta– a la viñeta: instantáneos retratos hablados de los personajes, además, cuyas declaraciones no permitieron largas explicaciones, sino frases agudas, sin alcanzar alocuciones ponderadas. Al delinear su último encuentro con Bioy Casares, meses antes de su muerte, Torres Fierro lo ve: “delgadísimo, reseco, el garabato de la cara cruzado por los pliegues de la piel lechosa, imponía por su elegancia de caballero carismático […] un Bioy tan transparente y frágil, casi de cristal, de mirada glauca penetrante”.
La mayoría de autores incluidos en estos Contrapuntos, sin discusión, ya son clásicos de las letras iberoamericanas; estas conversaciones recuerdan la densidad y la ambición literaria de Los Nuestros (1966) del chileno Luis Harss (republicado en 2012) cuyas páginas fueron como aguas bautismales para el boom y motivadas por Julio Cortázar. El estilo de Torres Fierro es más libre y se deduce, aquí, que algunos de sus encuentros fueron circunstanciales y fugaces.
Este volumen incluye a los cubanos Severo Sarduy y Reynaldo Arenas y Guillermo Cabrera Infante; a los argentinos Manuel Puig, Olga Orozco y Ernesto; a los mexicanos Octavio Paz, Salvador Elizondo y Juan García Ponce. Son modelos, asimismo, de formas y estilos para entrevistadores incipientes que suponen que el impacto del gran nombre es suficiente para alcanzar la plenitud del efecto.
Danubio Torres Fierro, Contrapuntos. Medio siglo de literatura iberoamericana, México, Taurus (Pensamiento), 2016.


