El presidente Donald Trump designó a Alexander Acosta como nuevo secretario de Trabajo, tras la renuncia de Andrew Puzder, quien se encontraba bajo la lupa por haber contras los servicios de una trabajadora doméstica indocumentada.
Acosta es un abogado de origen cubanos nacido en Miami, con una amplia experiencia en leyes laborales. Fue fiscal de distrito del sur de Florida y es el primer miembro del equipo de Trump que es de origen hispano. También se desempeñó como asistente del fiscal general de EEUU para la división de derechos civiles, durante la administración del presidente George W. Bush.
Por curioso que parezca, Acosta es un activo defensor de los derechos civiles de minorías, especialmente de los musulmanes. Su nominación llega en momentos en que Trump intenta implementar medidas migratorias restrictivas contra países que profesan esa religión.
Por otra parte, Trump anunció en conferencia de prensa que someterá a revisión sus servicios de inteligencia. Para ello, designó a Stephen A. Feinberg, un multimillonario que no tienen nada que ver con la seguridad nacional y con quien espera resarcir la desconfianza que le tienen los servicios de espionaje, al grado que le ocultan información para evitar posibles filtraciones.
Se estima que lo que Trump quiere es contar con un hombre de confianza que facilite el flujo de información a la Casa Blanca, en lugar de un experto en espionaje.
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