Caravana con sombrero ajeno

Humberto Musacchio

Que todo México se entere, debió decir Felipe Calderón Hinojosa cuando anunció urbi et orbi que donaría su pensión de expresidente —unos 205 mil pesos mensuales— a una asociación que atiende a niños con cáncer, hecho que lo mostraría como un hombre desprendido y generoso, aunque tuvo buen cuidado de no renunciar a diversos beneficios económicos que le acarrea su condición de expresidente.

Carlos Salinas de Gortari renunció a la misma prestación porque es un hombre inmensamente rico. El inefable Ernesto Zedillo devolvió su pensión al erario cuando se denunció que se había convertido en empleado de una empresa gringa a la que favoreció cuando era presidente en funciones.

Calderón dice que ya puede renunciar a su pensión, pues tiene ingresos suficientes por su actividad de conferencista, que entre otros temas incluye los ecológicos, lo que es toda una sorpresa, pues a él en buena medida se le debe la depredación de las trasnacionales mineras. Por si le faltaran algunos centavitos para completar el gasto, el michoacano es también integrante del consejo de administración de Avangrid, una filial de la firma española Iberdrola, a la que por cierto también benefició en su sexenio.

Desde luego, el político y filántropo no renunció a otras prestaciones que buen dinero nos cuestan a los mexicanos. Su pensión suma al año una cantidad menor a dos millones y medio de pesos, en tanto que por otros conceptos nos cuesta más de 50 millones anuales, pues dispone por cuenta de los contribuyentes de 18 colaboradores civiles y 78 elementos militares, 45 de ellos del Ejército, 22 de la Armada y 11 de la Fuerza Aérea (¿para manejar sus aviones o para recoger sus aviadurías? Y conste que es pregunta).

Está claro que la donación es una típica caravana con sombrero ajeno, sombrero que confeccionamos con nuestros impuestos. Pero esa presunta generosidad es también un acto de precampaña de Margarita Zavala, precandidata del PAN y casualmente esposa del dadivoso. Por supuesto, podemos jurar que la Fepade no meterá las manos en esta evidente maniobra prelectoral.

La derecha, tradicionalmente opuesta al gasto social, promueve en cambio la filantropía individual. Eso explica que hoy Calderón regale dinero a una entidad privada, cuando como presidente pudo crear numerosas instituciones para atender a niños con cáncer y no lo hizo por inepto, insensible o simplemente porque estaba muy ocupado en la matanza de cien mil mexicanos. El que hoy quiere salvar vidas es responsable de la muerte ¡de cien mil seres humanos!

Twitter Revista Siempre