No es por los migrantes

Yazmín Alessandrini

En estos momentos, considerando la coyuntura detonada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con un discurso eminentemente racista y antimexicano, es importante que todos los mexicanos, los políticos y aquellos considerados “ciudadanos de a pie”, entendamos que México debe ser uno solo. Unido y decidido. Pero, sobre todo, solidario con aquellos connacionales que, más allá del Río Bravo, están viviendo días de absoluta pesadilla gracias a los decretos demenciales de este hombre, quien tal pareciera que está empecinado en revivir los terribles días del holocausto judío encabezados por otro sujeto desquiciado: Adolfo Hitler.

Por eso, en estos momentos se antoja de suma importancia que todos los mexicanos, aquí y allá, migrantes legales o ilegales, sigan con mucha atención cada una de las acciones que llevarán a cabo tres funcionarios: el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso; el embajador de México en Estados Unidos, Gerónimo Gutiérrez Fernández, y el director del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, Juan Carlos Mendoza Sánchez, a quienes corresponde la complejísima responsabilidad de ver por los intereses de todos nuestros paisanos en la Unión Americana y que con cada día que transcurre son víctimas de los más deleznables abusos y atropellos.

A principios de la semana que concluye, el doctor Videgaray Caso se apersonó en la Cámara de Senadores para comparecer por casi cinco horas para explicar y detallar una a una todas las acciones que se deberán desplegar para defender los derechos humanos de nuestros paisanos. También, ante los cuestionamientos de los legisladores de las distintas bancadas, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) detalló lo que se habló durante la reunión, hace ya casi dos semanas, con el secretario de Estado norteamericano Rex Tillerson y John Kelly, el responsable de la Seguridad Nacional de Estados Unidos.

En este encuentro, en el que también estuvieron presentes los secretarios de Gobernación y Hacienda y Crédito Público, Miguel Ángel Osorio Chong y José Antonio Meade Kuribreña, y la embajadora estadounidense en nuestro país, Roberta Jacobson, quedó claro que los funcionarios del gabinete gringo traen un terrible cruce de cables con su presidente, porque mientras ellos vinieron a nuestro país con una agenda encaminada a alcanzar acuerdos con sus contrapartes mexicanos, míster Trump sigue como chivo en cristalería emitiendo decretos antimexicanos a diestra y siniestra, amenazando con convertir su cruzada xenofóbica en un asunto de índole militar y también valiéndose de las redes sociales y aquellos medios de comunicación afines a él para intimidar y amenazar.

Y esto está mal… muy mal.

Los señores Videgaray, Gutiérrez y Mendoza tienen el gigantesco compromiso de atender una agenda que no sólo se atañe al tema migratorio. En los próximos días, semanas y meses tendrán que arremangarse la camisa y diseñar, con sus colaboradores, asesores y respectivos equipos, diversas estrategias para cubrir el amplio espectro de dificultades que les presentarán las distintas aristas de la relación bilateral con nuestro vecino y principal socio comercial.

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