VÍCTOR HERMOSILLO Y CELADA*

A Cuba sigue sin importarle enfrentarse con México, ya que desde hace más de una década no tiene reparo en instigar el conflicto con nuestro país. No olvidemos que en 1998 el desaparecido Fidel Castro dijo que los niños mexicanos reconocían más a Mickey Mouse que a los héroes nacionales y en 2004 el mismo personaje habló sobre la situación de Carlos Ahumada y su extradición a nuestro país. En ambos casos se retiró a nuestro Embajador en la isla como fuerte medida de protesta por la falta de respeto hacia nuestra nación.

Hoy rechazamos las agresiones de Donald Trump y nos indignamos con razón cuando se desdeña a nuestros connacionales; para algunos la respuesta está en mirar hacia otras regiones, en particular hacia América Latina intentando traer el pasado al presente y ponerlo como opción de futuro, pensando que con los latinos podremos encontrar algo de respeto y que se convierta nuevamente en el espacio de poder e influencia que nos va dar el capital para hacer frente a la potencia mundial.

Columna México en el Mundo

Cuando ejercíamos una influencia en América Latina vivíamos en el escenario de la Guerra Fría, donde las grandes potencias buscaban ampliar su campo de influencia y concretar bloques. En este mundo México y Cuba jugaban roles protagónicos; por un lado, nuestro país con su política de no intervención lideraba a países pequeños, aunque siempre fue más cercano a Estados Unidos, y por otro, los caribeños profundizaban un alianza con los soviéticos.

Aunque México y Cuba se alineaban en diferentes bandos, compartían el ideario revolucionario que generó una complicidad, entre un país capitalista y uno comunista, pero con sociedades alimentadas de las mismas consignas y que evolucionaron con el mismo discurso nacionalista revolucionario.

La realidad y los intereses han pasado por encima de la retórica del siglo XX, México ahora pelea por mantener la integración con Estados Unidos y Canadá alejado de Latinoamérica por razones naturales: hay 35 millones de personas de origen mexicano en la unión americana, más del 80% del comercio es con la región norteamericana y nuestra integración cultural es más intensa de lo que reconocemos.

Cuba se ha ido flexibilizando en los últimos años, en particular en la negociación con Estados Unidos, abriendo las fronteras a los vuelos entre ambas naciones y abriendo las puertas al comercio. Este importante acercamiento elevó las expectativas sobre el futuro de la isla, sobre todo después de la muerte de Fidel Castro, porque todos deseamos para los caribeños libertades políticas y sociales.

En los últimos diez años hemos sido buenos amigos con los cubanos, apenas en 2013 México les condonó el 70% de la deuda contraída desde hace 23 años con el Banco de Comercio Exterior por un monto de 340.9 millones de dólares, es decir, 4,583 millones de pesos, (al tipo de cambio de ese momento) el doble de lo que gastamos en servicios de inteligencia en materia de Seguridad Nacional que equivale a 2,823.5 millones de pesos.

Justo en el momento en el que los cubanos parecían caminar en el rumbo correcto de las libertades y justo cuando México requiere del respaldo de América Latina ante las agresiones del gobierno de Estados Unidos, la administración de Raúl Castro le niega la entrada al expresidente Felipe Calderón cuando se dirigía a presenciar la entrega del reconocimiento Oswaldo Payá, ofendiendo una vez más a los mexicanos.

Está claro que el discurso romántico sobre la unidad latinoamericana y sobre la hermandad se queda sólo en la retórica, porque en los hechos México se encuentra solo frente a Estados Unidos. También queda claro que a pesar de que en los últimos años Cuba ha dado muestras de buscar un nuevo rumbo, sigue reaccionando como una vieja dictadura, ya que siguen sin asumir que con la muerte de Fidel el camino al desarrollo está libre… ya no tienen nada que temer.

*INTEGRANTE DE LA COMISIÓN DE RELACIONES EXTERIORES AMÉRICA DEL NORTE

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