Cero y van dos. Apenas ha pasado una semana desde que Donald Trump firmó un segundo veto migratorio contra refugiados y migrantes de seis países musulmanes, cuando Hawai y Maryland se opusieron a respetarlo. El juez de federal Derrick K. Watson suspendió la orden de Trump a escasas horas de que entrara en vigor, a las 0 horas de este jueves.
La impugnación se basó en que el decreto del presidente atenta contra la libertad religiosa, afecta a los residentes musulmanes del archipiélago, complica la situación de los estudiantes extranjeros y, por si fuera poco, daña al turismo, que es el principal motor económico del estado natal del ex presidente Obama.
La situación se desencadenó en particular por el caso de Ismail Elshikh, imán de la Asociación Musulmana de Hawái, cuya suegra vio interceptada su entrada en territorio estadounidense. “El Doctor Elshikh como con todos los musulmanes residentes en Hawai se enfrentan a obstáculos mayores para ver a su familia discriminados por su fe religiosa”, declaró el abogado Colleen Roh Sinzdak en la audiencia. “No es simplemente un daño a los musulmanes residentes en el estado de Hawái también un perjuicio al conjunto de la sociedad estadounidense que vulnera la primera enmienda de la Constitución.
Por otra parte, un juez federal de Maryland también bloqueó temporalmente el nuevo veto migratorio. El juez Theodore D. Chuang subrayó que este veto supone “la puesta en práctica de la largamente anticipada prohibición a los musulmanes” y justificó su decisión por los comentarios realizados por Trump durante su campaña electoral.
Sólo para que lo sepan: no sólo Hawai y Maryland se han opuesto a aplicar la orden presidencial, también están Washington, Nueva York, Oregon y Massachussets, que consideran que la segunda orden ejecutiva de Trump es completamente antimusulamana.
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