Entrevista con Gabriela Breña/Directora del Museo de las Constituciones
Jacquelin Ramos
¿Qué es la constitución? Un librote que guarda el presidente en su casa!… esa fue la respuesta breve que obtuvo Gabriela Breña, directora del Museo de la Constituciones, por parte de una conciudadana mexicana al preguntarle sobre el documento más importante que rige la vida social y política de México desde hace un siglo. Quedaba claro que la Constitución no se ubicaba como criterio supremo de validez, sino, más bien, como un objeto lleno de carencias interpretativas.
La conclusión fue la directriz para repensar no solo en la restauración física del magnifico recinto donde se redactó y promulgó la primera Constitución Federal, sino además en proponer un recorrido por la historia constitucional del país. No obstante, era necesario subrayar la naturaleza social y política de la carta magna: una estructura que organiza la convivencia de las personas, sus relaciones en sociedad y su participación en los asuntos públicos mediante reglas compartidas que facilitan la vida de todos, señaló en entrevista para Siempre! Gabriela Breña, directora del Museo de las Constituciones.
“El museo anterior estaba enfocado fundamentalmente a la parte histórica y jurídica, que no deja de ser importante, pero finalmente, teníamos que enfocarnos en la parte de ciudadanía. Porque quienes ejercemos los derechos en la vida cotidiana somos todos los que andamos caminando por las calles de las ciudades y del campo del país. A final de cuentas es una realidad, que en la medida en que los ciudadanos conozcan sus leyes, podrán exigir sus derechos”, señalo la promotora cultural.
Para conmemorar el Año del Centenario de la Constitución que hoy nos rige, la Universidad Nacional Autónoma de México inició a mediados de 2016 los trabajos de remodelación del museo, con el propósito de realizar una renovación museológica integral, acorde con los contenidos, las tecnologías y los recursos museográficos de la realidad contemporánea, con la idea de ofrecer una visión renovada del texto constitucional.
En marzo del año pasado —añadió Breña—, se buscó a una serie de personas dedicadas a la promoción cultural a lo largo de sus vidas, con la idea de presentar un proyecto y, con ello, ejecutar una solicitud muy encarecida por parte del rector: que se pusiera el acento a lo largo del discurso museográfico en la importancia de la construcción de ciudadanía. Y así fue, el museo permite reflexionar sobre “el papel de los valores de nuestra sociedad para aprender a comprender las normas de convivencia social”.
Un recinto con más de 400 años de historia
Para arrancar el viaje por el recinto —dice Breña— el visitante debe conocer la historia del recinto, ya que este antiguo templo jesuita del Máximo Colegio de San Pedro y San Pablo contiene en sus muros más de 400 años de historia, además de ser un edificio paradigmático en el país.
Agrego que sus paredes vieron jurar, en 1822, a Agustín de Iturbide como emperador de México. Poco tiempo después, con Guadalupe Victoria como presidente, se convocó a un congreso constituyente, el cual propuso a principios de 1824 el Acta Constitutiva de la Federación, y ese congreso constituyente proclamó oficialmente, en este recinto, la primera Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos.
“Es sobre este piso y en estos muros que nuestra nación vio el despertar de una república federal. Hoy, este sitio cargado de historia es nuestro Museo de las Constituciones”.
Iniciar con la idea de comprender la Constitución
Después de obtener la respuesta de aquella mujer, recuerda Breña, la hizo meditar sobre la urgencia para que los mexicanos conozcan su propia Constitución. Por ello, con un lenguaje coloquial, sin perderle el respeto a la Constitución, y sin dejar de ser científicos, el museo abrió nuevamente sus puertas como una herramienta para responder, desde que inicia, inquietudes elementales, respecto de lo que se conoce como carta magna. Junto con ello, ayudar a comprender que México sí tiene la carta magna que requiere. “Lo que hace falta es cumplirla, apegados a sus principios y hacerla nuestra; reconocer que representa nuestra historia, aspiraciones y anhelos”.
Entre los objetivos que se desean, expresó la directora del museo, es que la gente descubra cosas interesantes de la Constitución, del país y de su vida cotidiana, que es finalmente la parte medular del guion. Sin olvidar que hay ciudadanos de diferentes edades, determinó que el museo sea reconstruido preferentemente para las personas de entre 15 a 30 años.
“También fuimos científicos, es decir, fue fundamental centrarnos especialmente en ese rango de edades, porque en ese periodo de nuestra existencia suceden hechos que nos van a marcar para toda la vida. Un ejemplo de ello, desde el punto de vista jurídico, a esa edad nos hacemos ciudadanía activa, porque votamos por primera vez, y si tenemos buenas herramientas, como este museo, para poder elegir, tomaremos mejores decisiones”.
Un museo moderno y colectivo
En forma de un pasillo en zig zag, construido con muros de madera, de diferente tamaños, y con un diseño moderno, el visitante podrá leer un poco de historia, escuchar los discursos de los constituyentes y hasta evaluar su nivel de ciudadanía. Cuenta con cuatro secciones temáticas, además de ¿Qué es una constitución?, en el etapa Historia constitucional, se ofrece un recorrido por los textos constitucionales, leyes y reglamentos que ha tenido México a los largo del siglo XIX y hasta la Constitución de 1917.
En la parte de Constitución de 1917, se presenta el contexto en el que se redactó, los principales congresistas y sus aportaciones en el Congreso Constituyente de Querétaro. En el ultimo apartado, Constitución y ciudadanía, se abordan los principios constitucionales que ayudaron al proceso de construcción del Estado mexicano y que forman parte de la vida diaria.
Para la construcción de lo anterior, Breña destaco que se contó con más de 300 personas de primera línea, entre historiadores, arquitectos, grafiteros, juristas, etcétera; buscando siempre traducir el código jurídico a un lenguaje de los ciudadanos comunes.
“Es una obra colectiva, como colectivo es el mensaje. Cuando lo recorran se darán cuenta de que el guion está dirigido a la persona, pero siempre en un entorno colectivo. No podemos pensar en la Constitución, sino pensamos en colectividad. Las constituciones no se hacen para personas, se hacen para colectivos”, apuntó.
Los héroes se hacen, no nacen
A pesar de que el museo cuenta con pocas piezas históricas, se pueden contemplar por ejemplo, la edición facsimilar de un borrador de la Constitución del 24, que es la primera Constitución realmente nacional, así como un facsimilar de la Constitución del 17, junto con unas monedas y billetes que están circulando, y que se hicieron para los festejos del centenario.
También se observa en la entrada del recinto un enorme mural que, señala Breña, invita al publico a que conozca las luchas por la libertad y los esfuerzos por lograr una convivencia en paz. “Representa a un grupo de ciudadanos, en una suerte de manifestación unida con algunas pancartas que alzan la voz de justicia, libertad, legalidad, respeto y valores”.
En ese mural, aparecen personajes históricos como Venustiano Carranza y Benito Juárez, con la idea de simbolizar que “nuestra historia es parte fundamental de nosotros”, añadió la promotora cultura. De igual forma, con esta pieza, se intenta que los ciudadanos dejen de ver a estos personajes como intocables.
“Queremos que los visitantes vean a sus héroes como seres de carne y hueso, como ciudadanos, porque ellos también fueron ciudadanos, es decir, cualquier persona puede ser un héroe de la nación. Los héroes se hacen, no nacen”.
Al fondo del museo, se puede observar un salón con pantallas de 360 grados, donde al entrar se escucha un rap que habla “sobre el México lastimado”, como lo definió Breña, compuesto por el rapero Rojo Córdoba. Este espacio “pretende ser un momento de reflexión con música e imágenes sobre cuál es nuestro papel en este mundo, en nuestro país, y en la medida en que analicemos en dónde estamos parados, seguro encontraremos la solución a muchos de nuestros problemas”.
¿Qué pasaría si no hubiera Constitución?
Nos quejamos de la Constitución: que constantemente es manoseada, que ya no se aplican las leyes como debe de ser, que debe ser remplazada, entre otras cuestiones; no obstante, y ¿si no hubiera Constitución?, pregunta Breña. “Puede que haya reformas equivocadas, pero la Constitución es la ley que tenemos viva y vigente. Debemos usarla para cobijarnos, si no la usamos, nadie va a venir a protegerte”.
Asegura que los ciudadanos deben ser activos, deben participar y ser parte de la historia, no permitir que pase como una película. “Muchos ciudadanos se encuentran apartados, no los culpo, creo que ese comportamiento es producto del desencanto y frustración por los malos gobernantes, que no van a desaparecer con una varita mágica, a los malos gobernantes los vamos a desaparecer nosotros los ciudadanos, no hay otra, y para eso está la Constitución y este museo”, concluye la entrevista Gabriela Breña.