Hace un año, el entonces vicepresidente de Brasil, Michel Temer, se unió a un equipo que impulsó la destitución de la mandataria Dilma Rousseff. El proceso quedó aprobado en mayo y tres meses después la primera presidenta de ese país sudamericano, quedaba separada de su cargo. Temer asumió el poder prometiendo abrir una nueva era para Brasil durante el resto del periodo presidencial hasta 2018. Este martes, el fiscal general de la República, Rodrigo Janot, presentó una denuncia que lo pone en la misma situación que su antecesora, donde se someterá al Congreso, una suspensión de funciones de seis meses.
Por el momento no se habla de impeachment como sucedió con Dilma, pero su situación puede derivar de igual forma, es decir, si al menos dos tercios del Congreso aprueban la moción; algo que lo dejaría sin función ejecutiva de manera temporal. Temer al igual que una parte importante de los parlamentarios, e incluso la mayoría de los partidos, están manchados por la corrupción.
Como prueba basta un botón. Esta misma semana se reveló que la fuerza aérea brasileña autorizó el despegue de un helicóptero, que posteriormente fue interceptado con 500 kilos de cocaína. ¿Qué creen? La aeronave había despegado de una finca de la empresa familiar del ministro de Agricultura, Blairo Maggi.
Temer no se encuentra en su mejor momento, pues su índice de popularidad es incluso más bajo que el de Fernando Collor de Mello (16%) y el de Dilma Rousseff (13%), quien fueron destituidos por cuestiones políticas. Temer, quien apenas tiene un 7 % de popularidad, enfrenta cargos judiciales que lo convierten en el primer mandatario en ser encauzado por motivos criminales. En su momento, el mismo Temer, cuando era vicepresidente, llegó a proclamar en público que alguien con tan escaso apoyo popular no podía mantenerse en el poder. La vida le ha dado un vuelco de 180 grados.
Sólo para que lo sepan: el fiscal Rodrigo Janot acusa a Michel Temer de corrupción pasiva. Esto es debido a que hay una confesión de Joesley Batista, dueño de la firma cárnica JBS, donde asegura que el presidente pactó con el empresario el cobro de sobornos a cambio de favores del gobierno. El caso Odebrecht también lo alcanzó luego que se revelara que Rodrigo Rocha Loures, conocido como el “diputado de la maleta”, era su principal asesor de Temer y mediador de esas prebendas; algo que se encuentra asentado en una grabación. Incluso existe una filmación de la policía donde Rocha recibe una maleta con 500.000 reales (unos 150.000 dólares) de un ejecutivo de la firma JBS. Temer intentó evitar que en la investigación se usara este recurso audiovisual argumentando que había sido manipulada, sin embargo el peritaje policial acreditó su veracidad.