La empresa brasileña Odebrecht ha tambaleado los cimientos políticos del continente americano tras confirmar el pago de sobornos millonarios a gobiernos de 12 países, afirmó Rodrigo Tacla, exletrado del Departamento de Operaciones Estructuradas de la compañía, la hermética unidad de negocios especializada en comprar voluntades.
Campañas electorales, regalos, fiestas, prostitutas… Todo valía para agasajar al político. Como contrapartida, presidentes y jefes de Estado correspondían a la firma con contratos de obra pública, principal fuente de ingresos de la mayor constructora de Latinoamérica. Una mole de 168 mil empleados y tentáculos en 28 países, revela El País.
El diario español entrevistó al abogado Tacla, con nacionalidad hispano-brasileña, que fue arrestado el pasado noviembre por orden de un juzgado de Curitiba (Brasil). Tras pasar 72 días en prisión de Soto del Real –acusado de soborno, blanqueo y pertenencia a organización criminal-, se encuentra en libertad provisional. Tacla será juzgado en España después de que la Audiencia Nacional rechazara su extradición a su país natal, Brasil.
La justicia brasileña le reclama por lavar presuntamente más de 12 millones de euros al dictado de la empresa. Y la constructora sostiene que le contrató para blanquear las comisiones ilegales.
Sin embargo, el abogado lo niega. Argumenta que solo prestó sus servicios durante cinco años. Y que conoció las alcantarillas de la compañía porque “evaluó riesgos” como letrado en aquellos países donde la constructora compró a decenas de políticos.
Los periodistas, José María Irujo y Joaquín Gil, indican que Rodrigo Tacla Durán está colaborando con el Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Fiscalía Anticorrupción española. Además aseguran que, en su primera entrevista, el brasileño reveló claves del mayor escándalo de América. Una bomba política cargada de metralla que salpica ya a los presidentes Michel Temer (Brasil), Juan Manuel Santos (Colombia), o Danilo Medina (República Dominicana), y a los ex mandatarios Ollanta Humala (Perú) o Luz Inácio Lula da Silva (Brasil).
Rodrigo Tacla afirmó que Odebrecht sobornó a más de mil funcionarios, candidatos y presidentes. A través de la firma, cobraron desde gerentes de empresas públicas a jefes de Estado. Solo en Brasil hay 500 personas afectadas. Y existen políticos y altos funcionarios brasileños cuyos nombres todavía no han trascendido.
Dijo que la empresa gastaba al año en comisiones ilegales cerca de 260 millones de euros. El dinero se movía en efectivo, a través de cuentas en paraísos fiscales y transferencias internacionales. La constructora, por seguridad, nunca pagaba en los países de origen del beneficiario. Y usaba el Meinl Bank para enviar fondos a Personas Políticamente Expuestas (PEP), que es como se denominan los cargos públicos susceptibles de cometer blanqueo. Así se hizo llegar dinero a Michelle Lasso, una persona próxima al presidente de Panamá, Juan Carlos Varela.
El País destaca que un portavoz oficial del presidente Varela manifestó a este periódico que su Gobierno ha expresado su apoyo a las investigaciones de la Fiscalía de esa nación y ha hecho pública, por primera vez, las donaciones que recibió para su campaña.
Tacla Durán añadió que Odebrecht manejaba en paraísos fiscales a más de un centenar de empresas. Yo llegué a la constructora en 2011. Pero la estructura ya existía desde 2006.
El presidente de la firma, Marcelo Odebrecht, fue condenado a 19 años de prisión. Junto a él, otros 77 cargos de la empresa colaboraron con la Fiscalía brasileña a cambio de reducir sus penas.
El abogado brasileño desmintió que la empresa haya pagado 677 millones de euros en sobornos. “No. Un exdirectivo del Meinl Bank declaró que esta entidad movió 2 mil 200 millones de euros. Y este banco trabaja en exclusiva para Odebrecht. No tenía clientes normales”.
El caso México
Sobre el caso particular de México, Rodrigo Tacla, señaló que Odebrecht creía que el presidente de México iba a ser el ex director general de la petrolera estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin. Y le gustaba esa idea. La constructora tenía mucho interés en Lozoya.
El exletrado del Departamento de Operaciones Estructuradas de la constructora brasileña aceptó que tanto en Estados Unidos como en España ha recibido amenazas a través del teléfono y de las redes sociales. Me exigían que me callara. Mi madre también ha sido amenazada. He denunciado esta situación ante las autoridades de España y Estados Unidos.
Aseguró que sin duda altos funcionarios y gobernadores de Latinoamérica temen su confesión. Mi testimonio puede afectar a muchas personas poderosas en el mundo.