Ahí estaban cientos de perredistas y dos panistas en el “Primer Congreso Galileo, Construyendo el Frente Amplio”, para demostrar que el “agua y el aceite” sí se pueden mezclar para borrar de tajo al Partido Revolucionario Institucional pensando en el cambio del actual régimen político por uno en el que no tenga cabida la corrupción, pero sobre todo, que evite que un solo hombre detente el poder.
El gobernador de Morelos, Graco Ramírez, fue claro al proponer la instalación de las mesas de trabajo entre los integrantes del Frente Amplio para elegir al próximo candidato a la Presidencia del país emanado de la oposición al actual régimen.
Con propuestas directas y pragmáticas, Graco Ramírez -considerado uno de los más experimentados líderes de izquierda en México- enfatizó que “no queremos una alianza electoral, sino un nuevo acuerdo nacional que nos permita cambiar el actual sistema en donde haya trasparencia y rendición de cuentas”.
Esta nueva coalición de gobierno que forja la izquierda es viable porque “sabemos escuchar la diferencias, de ahí que es necesario construir este Frente ante la crisis profunda que padece el Estado mexicano”.
Pero en su intervención fue más allá al pedir no perderse en el debate de quién será el abanderado presidencial, “ni caer en el simplismo de la alianza electoral… eso no sirve a México; es momento de concentrarse en la coalición del régimen político”.
Fue entonces que propuso instalar mesas de trabajo para elegir, en una sola decisión, al próximo candidato a la Presidencia de la República por parte del Frente, así como acercarse al Congreso para crear “una coalición parlamentaria”.
Los abanderados perredistas y panistas, así como los independientes, deberán evitar los problemas y las decisiones políticas del pasado; “no cometamos el mismo error y acordemos construir una candidatura presidencial con el más amplio consenso”, resaltó el gobernador de Morelos.
Se pronunció a favor de ensanchar el diálogo con actores de diferentes corrientes políticas, porque “solos no podremos transitar al cambio; requerimos sumar entre todos porque solos quizá puedan mantener su discurso y tengan razón, pero requerimos la fuerza de la mayoría para ganar los comicios de 2018”.
Al acudir al llamado perredista también llegaron los gobernadores de Tabasco, Arturo Núñez, Michoacán, Silvano Aureoles, así como el Jefe de Gobierno de Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.
Junto a ellos, los líderes Guadalupe Acosta Naranjo, Alejandra Barrales, Beatriz Mojica, Agustín Basave, Carlos Navarrete, y Jesús Ortega, quienes coincidieron en señalar que “si el Frente no cuenta con la participación de la sociedad civil, no estaríamos actuando diferente y seríamos más de lo mismo”.
Uno a uno los gobernadores fijaron su postura después de escuchar a sus dirigentes, entre ellos Alejandra Barrales, quien subrayó que los ciudadanos que aspiran a cargos de elección popular necesitan de los partidos y viceversa, porque estos últimos perdieron credibilidad.
Fue marcada la presencia del ex canciller en el gobierno foxista, Jorge G. Castañeda, crítico acérrimo del sistema, y el ex secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Emilio Álvarez Icaza, interesado el ser el candidato por la vía independiente.
Acudieron también los mandatarios de Durango, José Rosas Aispuro y de Chihuahua, Javier Corral, de filiación panista, pero que gobiernan en coalición con el PRD. Ambos cerraron filas y se sumaron a la propuesta de derrotar en los comicios de 2018 al partido en el poder porque “sólo unidos los partidos políticos con la sociedad, podremos acabar con un régimen caduco y corrupto”, dijeron.
Los gobernadores criticaron a Andrés Manuel López Obrador y su “proyecto de salvación del país”, así como la corrupción y mala administración que se agrava en la actual administración de Enrique Peña Nieto.
Graco Ramírez, recordó que fue él quien, en 1988, sacó a López Obrador del PRI para llevarlo a la izquierda: “Yo soy el culpable y ahora pido disculpas”. Unos aplaudieron y otros rieron.
Más claro ni el agua. Los perredistas reiteraron en todo momento construir un modelo político que fortalezca la democracia y que permita que el gobierno acercarse más a la sociedad.
Cuando parecía que todo estaba dicho, al hacer uso de la palabra el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles (quien por cierto llegó tarde al evento), dejó a los asistentes miembros del presídium con la boca abierta al concluir que “si buscan a un candidato, aquí estoy, donde firmo” y alzó la mano. Nadie dijo nada y nadie aplaudió.
Miguel Ángel, por su parte, pidió “quitarse el saco” a quien o quienes pretenden ser los candidatos a la Presidencia de la República” y remató diciendo que “hay que apoyar a quien salga”.