Cultura no es sino lo que cultiva el ser humano para distinguirse de lo natural, para transfigurar los datos de la naturaleza y de algún modo dejar huella de su desarrollo y evolución. Pero no le basta lo anterior: también deja huella de los procesos naturales y de sus transformaciones; también interpreta el dato natural y lo valora o revalora. ¿Qué es un patrimonio cultural y qué es uno natural? ¿Qué es un patrimonio inmaterial? Más allá del sentido de posesión o pertenencia, los patrimonios naturales, culturales o inmateriales son, en primera instancia, productos del afán por conquistar una identidad, por revelarnos y reafirmarnos ante el mundo en nuestra historia y geografía. Un organismo internacional como la Unesco, y concretamente su Centro del Patrimonio Mundial, es el encargado de declarar las riquezas que deben recibir la distinción de patrimonios. Se trata de una manera de conocerlas, conservarlas, protegerlas…

Hasta hoy, existen alrededor de 1000 patrimonios de todos los países, en las tres categorías antes mencionadas. Algunos son mixtos (culturales y naturales). Los inmateriales tienen que ver con ritos o costumbres como las fiestas indígenas a los muertos o la ceremonia de los Voladores en Veracruz, Puebla y Michoacán.

José Escalante de la Hidalga, viajero incansable, realizó una labor de investigación que dio como resultado un libro imprescindible que lleva ya dos ediciones: Sintiendo los patrimonios de México, nación del continente americano con más patrimonios en la humanidad, y el sexto país que más cuenta con ellos, después de Italia, España, Alemania y Francia (empata con China e India, culturas milenarias y cunas de gran cantidad de hallazgos científicos, técnicos y filosóficos). En 2016, nuestro país recibió una nueva declaración: las islas de Revillagigedo, en el estado de Colima.

El hermoso libro de José Escalante es valioso no sólo por sus impactantes fotografías, sino también por sus textos, que nos hacen viajar y, en conjunto con las fotos y con el DVD que incluye la obra, comprender mucho más por qué sitios como El Tajín, Uxmal, Palenque, Teotihuacán, los centros históricos de Oaxaca y Puebla, así como la ceremonia  de los Voladores o las fiestas del día de muertos son riqueza para la humanidad entera. Original y revelador de la cultura y la naturaleza, este nutrido volumen hace que el lector recorra cada uno de los más de cuarenta patrimonios de la nación mexicana, con imágenes, impresiones y textos descriptivos que nunca pierden su amenidad y por eso dejan huella en quien los lee. El autor exhibe las razones por las que la Unesco agregó a su lista las bellezas que todo lector de este libro debería conocer. Por ello, se trata de un documento imprescindible, pero también de una invitación a lo que tenemos y a lo que somos.

José Escalante de la Hidalga, Sintiendo los patrimonios de México, así declarados por la Unesco. Mexge Editorial, México, 2016; 522 pp.