Unos con los cabellos teñidos, largos, maquillaje a más no poder, otros con cabellos encrespados y ropa de cuero, algunos con pañuelos en la cabeza con camisas de seda, botas altas, cinturones de hebillas grandes, eran algunas de las características de los artistas y grupos británicos que daban inicio a nuevo género musical en la década de los setenta: el Glam Rock un género que, frente a la imagen de macho-rock, imperaba la rebeldía dando uso masculino a elementos del vestir tradicionalmente femeninos y exhibiendo una actitud descarada y provocativa, otorgándole de esa manera un nuevo espíritu de entretenimiento al rock.
Y para repasar la historia y las características tanto musicales como sociológicas de este fenómeno, en donde figuran estrellas como Marc Bolan (T. Rex), Brian Eno y Brian Ferry (Roxy Music), Alice Cooper, así como David Bowie –quien quizá sea el abanderado ilustrativo con su extraño personaje llamado Ziggy Stardust-, no hay mejor síntesis que Como un golpe de rayo: el glam y su legado, de los setentas al siglo XXI, del critico de música inglés Simon Reynolds.
Las figuras del glam decidieron que el rock en realidad era una forma más de negocio, solo que con cabelleras más largas y amplificadores más potentes. En esta conferencia, ilustrada con una selección de videos, Simon Reynolds examina cómo la tensión entre rock-como-arte y rock-como-entretenimiento se articuló durante la era del glam y las subsiguientes décadas de la historia del rock, desde el punk y el grunge, hasta el glamoroso siglo XXI.

New York Dolls, Japan, 1973.
“Esta idea precisa, influenciada por el glam, de lo que el pop es y debe ser –algo extraño, sensacionalista, histérico en los dos sentidos de la palabra (neurótico y seductor), un lugar en que lo sublime y lo ridículo se fusionen hasta volverse indiscernibles– no habría de abandonarme jamás”, se lee en la introducción de la obra de Simon, que revela la ruptura de los valores propios de rock hippie de fines de los años sesenta –la autenticidad y el compromiso político– y un primer ensayo del tipo de sensibilidad que más tarde llegaría a ser conocida como posmoderna.
El ejemplar, que es editado por la casa editorial argentina Caja Negra, trata de acerca el poder de la ficción y de cómo la ingeniería de la excitación, la planificación de la controversia y la manipulación se volvieron parte esencial de la maquinaria del espectáculo. Al mismo tiempo, recupera estas experiencias del pasado en tanto laboratorios de experimentación estilística y sexual, trazando un linaje que hunde sus raíces en el arte del siglo XIX, el camp y el warholismo, y que se proyecta en la obra de figuras como Prince, Madonna, Marilyn Manson, Lady Gaga y Beyoncé.
El autor también de La adicción del pop a su propio pasado, intenta de igual manera que el lector se asome a la obra más completa que se ha escrito en torno a esa etapa, no sólo con extensos análisis de sus héroes más predecibles, sino que también con foco en otros, como el dúo de hermanos que dio vida a Sparks.
Al británico le tomó tres años para escribir las casi 700 páginas que forman parte del trabajo, trazando un puente con el nuevo siglo de estrellas y terminando la narración con la muerte de Bowie en 2016, justo cuando el autor terminaba de dar forma al libro, una noticia que, de algún modo, marca el fin definitivo de la generación de oro del glam.


