La desgracia y el drama que vivimos los mexicanos —que siguen vigentes— deben ser superados, no podemos permanecer acorralados en el pánico postraumático, hoy más que nunca, el pueblo de México debe continuar con esa conducta heroica que lo ha caracterizado en momentos aseados.
Más allá de los intereses mezquinos y de la parte oscura que representa el crimen organizado, ese gallardo y valiente México nacionalista se pone de pie y da una lección de solidaridad, de compasión y de amor. El fantasma del desastre pervive en la conciencia colectiva; de alguna manera todos quedamos con ese miedo a que se repitan los fenómenos sísmicos que tanto nos afectaron; sin embargo, existe una nueva convicción de que saldremos adelante y así será.
Estos acontecimientos han realineado las fuerzas políticas y el proceso de la sucesión; este fin de semana, cuando se publiquen estas líneas, se vencerá el plazo para el registro de candidatos independientes a la Presidencia de la República; a pesar de que se esperaba que de ahí pudiera surgir algo distinto, algo nuevo que conmocionara a la sociedad, parece que no será así, no solo porque los supuestos constitucionales son endebles todavía para estas candidaturas, sino porque no han surgido liderazgos que calen en la conciencia de la nación.
En principio se pensó que los personajes más destacados, que optarían por esta vía, podrían ser Miguel Ángel Mancera, Margarita Zavala, Jaime Rodríguez, el Bronco; incluso se habló de Manlio Fabio Beltrones, sin embargo, parece que las soluciones han cambiado. Mancera, en un gesto que lo honra, ha preferido seguir al frente del rescate y la reconstrucción de la ciudad; Margarita estará peleando con una probable candidatura del Frente Ciudadano por México que se ve lejana para ella, pues quien ejerce la relación política en esta coalición desde su partido es Ricardo Anaya; el Bronco ya se dio cuenta de que sus posibilidades son muy limitadas, además de que tiene serios problemas en el desempeño de su tarea como gobernador, que constituyó la principal esperanza de estas candidaturas ciudadanas. Los que siguen aspirando por esta vía tienen pocas posibilidades, primero de obtener el registro, pues requieren cerca de un millón de firmas y ya en el resultado final no obtendrán más de 5 por ciento, entre todos, de la votación total.
No obstante, hay que admirar a este grupo de políticos por su decisión de asistir a un complicado escenario y que están abriendo las puertas para que se reforme la Constitución, y que esta pretensión ciudadana tenga mayores posibilidades reales de incidir en el sistema político. De este grupo destaca el senador Armando Ríos Piter, quien indudablemente es un político joven dinámico que con la audacia y la capacidad logrará el registro y, de alguna manera, se posicionara hacia el futuro; Emilio Álvarez Icaza tiene una trayectoria respetable y su aspiración esta sostenida por conocidos intelectuales de izquierda y es probable que también logre su registro. Los demás son personajes sin experiencia política ni administrativa, pero con un encomiable entusiasmo digno de respeto.
Mientras tanto, no acabamos de entender la supuesta participación del Partido Nueva Alianza en la coalición del Frente Ciudadano por México, que cada día se posiciona mejor, pero también ha sembrado las semillas de su autodestrucción.