Al parecer por más que hagan los opositores al régimen del presidente Nicolás Maduro, éste sigue venciendo en las elecciones afianzándose cada vez más en el poder. El mandatario venezolano destacó la victoria obtenida por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en la que los candidatos oficialistas obtuvieron 17 de los 23 estados que conforman a ese país sudamericano.
Tras haber escuchado la noticia anunciada por la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, Maduro simplemente proclamó que chavismo había arrasado y advirtió a la oposición que se abstenga de realizar protestas. Pidió que se aguanten, así como su facción no protestará por haber perdido cinco gubernaturas, que son las provincias de Anzoátegui, Mérida, Táchira, Nueva Esparta y Zulia.
“No vamos a pegar gritos donde perdimos”, ironizó. “No le pediremos a Donald Trump y a Luis Almagro [secretario general de la OEA] que nos invadan”, agregó.
De esta manera, el gobierno de Maduro mantiene su influencia en el 75% de las provincias, restando sólo los resultados del estado de Bolívar, donde se presume que el oficialismo perdió.
Las reacciones no se hicieron esperar y el mismo jefe de campaña de la oposición, Gerardo Blyde, condenó los resultados como alterados por el régimen y pidió a la comunidad internacional que se mantenga alerta ante la posibilidad de que estos comicios hayan sido fraudulentos. Asimismo, la facción opositora destacó las sospechas de manipulación oficial en los comicios y aseguró también que los resultados del CNE no son confiables.
La duda sobre la credibilidad de las cifras comenzó a brotar en las redes sociales. La ex presidenta de Costa Rica expresó en redes sociales: “Resultados electorales de hoy son la crónica de un fraude anunciado. Indignan, pero no extrañan. Las dictaduras nunca pierden”.
Sólo para que lo sepan: Maduro enfrenta una crisis de credibilidad luego que a finales de julio lograra apoderarse del parlamento en una votación que fue ampliamente criticada por grupos opositores, en un proceso que, incluso la firma Smartmatic, que proveyó el sistema operativo para el conteo electoral, reconociera que los resultados habían sido manipulados.