La tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte aumenta. El presidente estadounidense, Donald Trump, advirtió a su contraparte Kim Jong-un que “no subestime” la determinación de Estados Unidos y de sus aliados. Afirmó que “llegó el tiempo de la fuerza” y, de paso, señaló al régimen de Pyongyang como una “cruel dictadura”.

Trump canceló una visita a la Zona Desmilitarizada entre las Coreas, lo cual es un acto que normalmente realizan los mandatarios estadounidenses cuando visitan la península como un forma de decir que están expectantes de cuanto pase con Corea del Norte. El mal tiempo impidió a Trump hacer este ritual de fuerza. La Casa Blanca reveló después que el magnate inmobiliario se mostró “bastante frustrado” fue entonces cuando dijo:

“No nos subestimen”, advirtió Trump en una alocución pronunciada en el parlamento de Seúl.  “Todas las naciones responsables deben unir sus fuerzas para aislar al brutal régimen de Corea del Norte”.

En abierta referencia a China y Rusia, el millonario neoyorquino prácticamente pidió que se unan a un bloqueo magno contra el régimen norcoreano. Les recomendó seguir la estrategia de “no se puede apoyar, no se puede suministrar, no se puede aceptar”.

Asimismo, aseguró que recurrirá a todo lo que esté a su alcance para impedir que “las ciudades estadounidenses sean amenazadas con la destrucción”.

Sólo para que lo sepan: Trump se encuentra en el peor momento de su mandato. Ni siquiera ha pasado el primer año de gobierno, que normalmente es el mejor de los presidentes estadounidenses, y ya ha perdido casi diez puntos de popularidad. Por el contrario, Corea del Norte ha continuado con su desarrollo bélico nuclear y su programa balístico, que incluso ha sido calificado por la CIA como una real amenaza a su seguridad nacional. En otras palabras, las agencias de inteligencia reconocen que Pyongyang tiene la capacidad de atacar el territorio estadounidense con todo lo que tiene: bombas nucleares, de hidrógeno, armas químicas, etcétera.