Fomentar la preservación, el rescate y difusión de los cantos y danzas tradicionales de los comcáac o seris, es el quehacer que por varias décadas se ha dedicado Francisco Barnett, “Don Chapo”, como lo conocen en su comunidad, Punta Chueca, Socaaix, (municipio de Hermosillo), logrando que hasta hoy aquellas expresiones artísticas sigan vivas.

“Por su fuerza como líder espiritual que expresa los valores estéticos del pueblo Comcáacc de manera integral y que trasciende a las nuevas generaciones”, se lee en el dictamen, por parte de la Secretaria de Educación Pública, SEP, anunciado que “Don Chapo”, es distinguido por el Premio Nacional de Ciencias, Artes y Literatura, en el rubro de Artes y Tradiciones Populares, máximo reconocimiento que otorga la República a sus creadores culturales.

Se asevera en el texto que el premio es otorgado al también considerado “chamán”, por transmitir sus conocimientos a niños y jóvenes que han continuado con esta importante expresión cultural, así como también por su visión de embajador de su cultura, participando en diversos encuentros y reuniones indígenas.

“El galardón llega en un momento perfecto, porque lo que más le hace falta al país y al mundo es espiritualidad, ni religión ni política, sino espiritualidad, la esencia del ser humano” señaló, en entrevista para el diario La JornadaCarlos Ogarrio, profesor de la Universidad de Sonora, estudioso de la cultura y tradiciones de los de comcaácc.

El también enlace de “Don Chapo”, añadió que Don Francisco, tiene un profundo conocimiento de plantas medicinales y de piedras a las que se atribuyen virtudes mágicas: “sabe los movimientos corporales necesarios y, sobre todo, conoce los cantos (de poder) que son el idioma de los espíritus”, apuntó.

Desde muy pequeño, Don Francisco Barnett (1937) aprendió, con el ejemplo de su papá, los pasos para ser un Haaco cama, Hombre medicina. Posteriormente, fue entrenado por el Haaco cama Ignacio Morales, quien además le enseñó el arte de bailar y cantar. Desde la década de los años sesenta, su entusiasmo para la reactivación de los cantos y danzas de pascola influyó entre los comcaac, contribuyendo a mantener su identidad.

En el proceso de curación hace cantos aprendidos y también otros improvisados. En su localidad es muy buscado por personas que viajan, a veces desde otras partes del mundo. Académicos, cineastas, fotógrafos, periodistas, músicos, pintores, danzantes, entre otros, lo visitan y le preguntan sobre los conocimientos que ha ido adquiriendo desde su infancia.

Se ha convertido en una de las figuras más conocidas de la comunidad comcaac, tanto en el estado de Sonora como en el país, así como también ha sido invitado a Perú, Guatemala, Guyana, Colombia, donde ha compartido su saber con indígenas y no indígenas.

“Yo canto para dar alegría. Desde la montaña, yo mando energía y alegría con cada canto, para que nadie esté triste y para que a nadie le falte el alimento. Cuando curo me siento alegre, cuando curo, me limpio, así voy limpiando mi camino. Al que hizo la tierra, Hant caai, le pido”, dice Francisco Barnett, “Don Chapo”.