Si alguien no se había percatado de la falta de coordinación que existe entre Donald Trump y su equipo gubernamental, hoy es el día. El jefe de gabinete John Kelly había dicho que el muro que Estados Unidos quiere colocar en su frontera sur no lo pagaría México, pero hoy el magnate inmobiliario corrigió a su asesor diciendo que “el TLCAN es un mal chiste y que México pagaría por la barrera”.
Para muchos medios internacionales, esta reacción fue considerada como un arrebato infantil del millonario, sin embargo, parece más una movida más en el juego mediático que ha tenido a lo largo de su primer año de gobierno basado en la fórmula: Decir para crear expectación y desdecir para crear resentimiento.
México y Estados Unidos se encuentran en este momento enfrentados en el tema sobre el destino que tendrá el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y Trump huele la necesidad mexicana que hay de continuar este tratado. Además de eso, no pierde la ocasión de criticar a su vecino del sur, al que ha mantenido a raya y en una clara sumisión con comentarios soeces que, por momentos, parece mostrar un carácter bipolar que ya ha sido destacado por expertos en el propio Estados Unidos.
La cuestión no sólo quedó en torno al muro, sino que alcanzó la otra moneda con la que Trump presiona a México: el futuro de los llamados “dreamers”, que son jóvenes que llegaron cuando eran niños y que su permanencia en la Unión Americana se encuentra en suspenso.
We need the Wall for the safety and security of our country. We need the Wall to help stop the massive inflow of drugs from Mexico, now rated the number one most dangerous country in the world. If there is no Wall, there is no Deal!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 18 de enero de 2018
….The Wall will be paid for, directly or indirectly, or through longer term reimbursement, by Mexico, which has a ridiculous $71 billion dollar trade surplus with the U.S. The $20 billion dollar Wall is “peanuts” compared to what Mexico makes from the U.S. NAFTA is a bad joke!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 18 de enero de 2018
Esta situación tiene lugar en momentos en que Estados Unidos registra una drástica baja en el índice de confianza mundial, debido ni más ni menos a las actitudes de Trump. Según una encuesta realizada por Gallup con 135 países, la comunidad internacional confía sólo un 30% en el liderazgo de la Unión Americana, lo que representa una caída del 18% comparado con la administración Obama que a su primer año tenía un 48%. Es también la cifra más baja registrada en una década y, de paso, el rating más bajo que haya tenido cualquier otro gobierno en la historia de Estados Unidos.
Al parecer, la situación del doble juego trumpiano ha comenzado a desquiciar a sus más cercanos colaboradores. Varios senadores demócratas de origen hispano confirmaron que Kelly había dicho que “no habrá muro por el que México vaya a pagar”. “Una cosa es hacer campaña y otra es gobernar. Es muy difícil”, dijo Kelly en una entrevista con Fox News.
Sólo para que lo sepan: aquí les dejamos las palabras directas del presidente más cuestionado en la historia de Estados Unidos: “El muro es el muro y nunca ha cambiado o evolucionado desde que lo concebí […] y deberá ser pagado, directa o indirectamente o a través de reembolso a largo plazo por México, que tiene un superávit comercial de 71.000 millones de dólares con Estados Unidos. El muro de 20.000 millones de dólares no es nada comparado con lo que México obtiene del NAFTA [Tratado de Libre Comercio de América del Norte en sus siglas en inglés]”, afirmó el presidente. “Necesitamos el muro por la seguridad de nuestro país. Necesitamos el muro para frenar la entrada masiva de drogas desde México, considerado ahora como el país más peligroso del mundo. Si no hay muro, no hay trato”, remarcó.