René Sánchez García

El pasado 26 de enero se cumplieron 4 años de la lamentable partida del escritor mexicano José Emilio Pacheco Berny (1939-2014). Se le recuerda principalmente por su poesía, pero también por haber cultivado la novela, el cuento, el ensayo y la traducción. Sus dos grandes pasiones de vida fueron el haber investigado la literatura mexicana del siglo XIX y especializarse en teoría literaria; así como también haber sido un lector con visión crítica que lo llevó a ser un reconocido reseñista de libros, así como un excelente profesor universitario.

Su actividad académica la desempeñó en aulas universitarias, no sólo a nivel de licenciatura, sino también en diversos posgrados en México como en otras partes del mundo. Su actividad como lector y escritor le permitió incursionar en la docencia, no sólo en la Universidad Nacional Autónoma de México, sino también en El Colegio Nacional y en el Instituto Nacional de Antropología e Historia, en la Ciudad de México. El dominio del idioma inglés le permitió ser profesor visitante en las Universidades de Essex, Columbia Británica, Illinois, Ohio State, Nueva York, Berkeley, Texas, Mary Land (College Park), así como otras más en Canadá y Reino Unido. Sus cursos y exposiciones fueron acerca de la historia de la literatura mexicana e hispanoamericana, sobre poesía de los siglos XIX y XX en Europa y Asia, y de teoría y crítica literaria.

Asistió a infinidad de coloquios, ferias de libros, conferencias y presentaciones de sus libros, donde el mayor número de asistentes fueron jóvenes estudiantes, así como admiradores de su poesía, novela, cuento y narraciones extraordinarias que escribió a lo largo de su fructífera existencia. Aparte de sus libros ya conocidos, su mayor producción (aun no recopilada) la encontramos en su labor de difusor y director de colecciones bibliográficas y diversas publicaciones como lo fueron los suplementos culturales en periódicos y revistas nacionales. Se inició con la publicación Ramas Nuevas, con Carlos Monsiváis dirigió el suplemento de la revista Estaciones, fue Secretario de redacción de la Revista de la Universidad (UNAM), allí mismo fue el responsable de la famosa colección Biblioteca del Estudiante Universitario. Después, al lado de Fernando Benítez, colaboró en el suplemento México en la Cultura (Novedades) y posteriormente en La Cultura en México (Revista Siempre!) Aparte de estos dos periódicos, escribió en el suplemento cultural La Jornada Semanal (de La Jornada) y en la Revista Diálogos. Igualmente en las revistas Proceso (su columna titulada Inventario), al igual que en Medio Siglo, Nexos, y Letras Libres. Últimamente lo hacía para el diario informativo El país (versión mexicana) que se edita en España. Es aquí donde se guarda la gran riqueza acerca de su labor de cronista o difusor literario. En su etapa juvenil, este autor escribía con los seudónimos de Ricardo Ledezma (RL), Julián Hernández, Daniel López Laguna y JEP. Siempre señaló que la escritura debe ser anónima, de allí su sencillez y su prudencia para tratar cualquier tipo de tema.

Enrique Krauze señaló el día del deceso: “José Emilio fue un niño triste y un viejo prematuro. Fue el mejor fruto de las generaciones literarias de México y, al mismo tiempo, el custodio de ese jardín armonioso que alguna vez fue la literatura mexicana”. Su esposa Cristina Pacheco, expresó en ese mismo momento: “José Emilio nos enseñó que hay que amar este país, que hay que amar las palabras, porque si uno respeta las palabras respeta todas las cosas; nos enseñó que se vive sólo una vez en la vida y que hay que hacer lo que se tiene que hacer”.

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