Emma Islas y Nora Rodríguez A.
En lo que para muchos puede ser una manera de establecer la agenda política del país, el expresidente Carlos Salinas de Gortari lanzó una serie de preguntas al electorado mexicano, que en realidad parecen ser una especie de guía para los candidatos presidenciales, en particular, afirman algunos especialistas, para el del PRI, José Antonio Meade, aunque no se descarta a los otros contendientes.
Tras la publicación del artículo “Algunas preguntas para los electores” en el periódico español El País, el 25 de enero de 2018, las reacciones no se hicieron esperar como pasa regularmente con la aparición del expresidente. Mientras para algunos analistas se trata de un discurso hipócrita, para otros toca temas centrales que se deben definir para el bien del país.
En el texto, Salinas plantea conceptos básicos que son separados en cuatro apartados en los que hace diversos cuestionamientos: I. Soberanía y justicia, II. Prosperidad incluyente, III. Democracia disminuida, y IV. Intelectuales orgánicos y equipo, los cuales fueron analizados por diversos especialistas a los que se acercó Siempre!
Rocío Arroyo Belmonte/Especialista en geopolítica
(I. Soberanía y justicia)
Para Rocío Arroyo Belmonte, profesora e investigadora de la FES Acatlán-UNAM, el texto de Carlos Salinas pese a que es políticamente correcto, en el sentido de la estructuración, cuenta con algunas contradicciones que “moralmente resultan hipócritas”.
“Al analizarlo, uno encuentra un doble discurso, sobre todo cuando su gobierno propició la agudización de muchos problemas; sin embargo, Salinas sigue planteando esta idea como la fórmula para resolver no solo los problemas que están presentes sino los que se avecinan”.
Arroyo Belmonte dice que los señalamientos respecto a la importancia de construir bases sociales, participativas, conscientes y autónomas, es necesario analizar hasta dónde su discurso pueda llegar a ser falso, sobre todo cuando durante su sexenio surgió el EZLN, pero sobre todo ver hasta qué punto el Estado mexicano se encuentra preparado para dichas bases sociales.
En torno, a la idea de incluir o no estos planteamientos en la plataforma política de los candidatos presidenciales, considera que solamente se podría hacer en el aspecto discursivo, pues en la práctica hay ausencia de los grandes debates, sobre todo, en lo que se refiere al manejo económico y político.
La parte clave en estos momentos —dice— es atender la problemática interna que vive el país en cuanto a narcotráfico y violencia, “pero no solo dejarla como una parte del discurso, pues sobre todo en el plano internacional, es necesario que México deje su papel de víctima, y tenga claro las cartas que puede jugar en el exterior, eso es lo que se debe estudiar y practicar”.
Geopolítica
La especialista afirma que en lo que se debe poner atención es en el papel geopolítico de México ya que hasta el momento ningún candidato ha visualizado la importancia del exterior, “la relación que México debe tener de diversificación con otros países, sobre todo por la crisis que existe en este momento con Estados Unidos, así como un posible quiebre del TLCAN”.
Recuerda que, pese a la opinión de mucha gente, lo que Salinas logró en este sentido durante su sexenio fue romper con las líneas de cerrazón de un nacionalismo, para visualizar las nuevas relaciones que se estaban dando, como el auge de la Unión Europea y los acuerdos comerciales, “notó que al haber un aislamiento con América Latina, lo que quedaba era vincularse con Estados Unidos, además de que tenía muy clara la manera hacerlo”.
“Hoy más que nunca esta posición es importante debido a que se vive nuevamente una transición. Existe una crisis de la Unión Europea, hay un auge en el posicionamiento de China y la presencia de Rusia. Al tener todos estos temas presentes es indispensable que haya una mayor claridad en cuanto lo que debe hacer respecto a la política hacia el exterior, la manera en que se va a manejar México”.
Política exterior más activa
Respecto a la dirección de la política exterior, la investigadora afirma que presenta una actitud más reactiva que activa, por ejemplo, señala el caso de los migrantes y los dreamers, en los que es claro que se debe hacer algo; es necesario plantear propuestas y no solo esperar la respuesta del gobierno de Estados Unidos.
Anteriormente —dice— México tenía una posición mucho más clara hacia dónde iba su proyecto de Estado, lo que implicaba un manejo mas estructurado y consecuente de la diplomacia mexicana a seguir ciertos principios, el problemas ahora es que esos principios ya no son catalogados como adecuados, como es el caso de la no intervención.
Considera que pese a que México no cuenta con un poder militar o económico, históricamente ha tenido un gran poder sociocultural, en torno al cual, al igual que otros países, debería definir su política exterior, lo que se llama la diplomacia cultural; sin embargo “no se aprovecha del todo por la falta de decisión política de implementarla”.
Falso dilema entre neoliberalismo y populismo
En torno a las declaraciones del expresidente de que existe un falso dilema entre neoliberalismo y populismo, Arroyo Belmonte indica que esta parte es contradictoria, pues Salinas llegó al poder bajo el dilema que ahora critica, “en ese momento había una lucha entre lo que podía ser un gobierno más populista que llevaría a la reestructuración del Estado, en contra de un neoliberalismo más abierto”.
“Propone un liberalismo social, debido a que se ha comprobado que la aplicación del neoliberalismo propicia un desarrollo que cada vez nos aleja más de la equidad, aumenta las brechas sociales, pese a que fue una fórmula que en su momento le funcionó, ahora está rebasada pues lleva a la injusticia social”.
“Habla de la injusticia social como esa falta de desarrollo, de equidad, pero no habla de la desintegración del tejido social, de la violencia, la impunidad, el narcotráfico que son los temas centrales de la problemática del país, los cuales no se van a resolver bajo una fórmula de populismo, ni de neoliberalismo, por eso reitero que pese a ser un discurso bien estructurado está alejado de la realidad del país”.
Arturo Huerta González/Economista
(II. Prosperidad incluyente)
Al analizar la segunda parte, denominada “Prosperidad incluyente”, el economista e investigador de la UNAM Arturo Huerta González señala que si bien el exmandatario coloca en la mesa de la discusión temas relevantes, debería de haber hecho una autocritica a su gobierno pues “fue quien llevó el país a un proceso de globalización e impulsó las políticas causantes de muchos problemas en el país”.
“Su teoría era que no había que tener un gobierno grande, obeso, sino fuerte, sin darse cuenta de que la fortaleza de un gobierno pasa por los activos y sectores estratégicos que posee, como por el control de la moneda, lo cual perdió con la autonomía del banco central. El gobierno dejó de tener política monetaria, fiscal y cambiaria a favor del desarrollo industrial, agrícola y del mercado interno, quedando la economía a merced del comportamiento de las exportaciones y de la entrada de capitales”.
Acepta que todos estos planteamientos pueden ser rescatados por los candidatos presidenciales para conformar su plataforma política, ya que “deben estar presentes en el debate económico de las campañas ante la importancia de que los candidatos tengan claro cuál será la posición que asumirán frente al TLCAN, la política fiscal, si hay que seguir o no con austeridad fiscal, entre otros temas”.
Proteger a México
Al hablar sobre el cuestionamiento de qué hacer para proteger a México de las condiciones de riesgo, Huerta González dice que si lo que se busca es resguardar el país se debe regular el comercio exterior, “como lo que está planteando el gobierno de Estados Unidos, un comercio regulado para reducir el crecimiento de importaciones y el déficit de comercio exterior que actúe a favor de la producción manufacturera, agrícola, así como del empleo y el crecimiento económico”.
“Se debe regular el movimiento de capitales, el sector bancario y financiero para evitar prácticas especulativas de salida de capitales para poder retomar el manejo soberano de la política monetaria, fiscal y cambiaria a favor de la esfera productiva y de la generación de empleo. De esa manera se tendrían las condiciones internas de crecimiento para sortear los embates externos”.
El investigador de la UNAM señala que hay que recordar que la fortaleza de una economía se genera con el desarrollo de las fuerzas productivas, “no con las políticas de austeridad fiscal que han venido predominando desde el gobierno de Salinas de Gortari”.
Política fiscal
En torno a la interrogante sobre qué acciones se deben tomar para proteger la economía y colocarla en una senda de prosperidad, sobre todo ante una nueva realidad dominada por un capital financiero internacional, inestable, y ante la nueva hegemonía de China, hasta ahora estable, Huerta González considera que la política fiscal siempre debe jugar un papel anticíclico.
Apunta que la economía no puede seguir regulada por el sector financiero pues esto ha llevado a la economía a crisis económicas recurrentes en las que los gobiernos y bancos centrales entran al rescate de la banca mas no del sector productivo, ni de los desempleados o los que pierden sus casas y activos.
Respecto a China, afirma que no debe volcarse hacia ese país como se plantea, debido a que “México tiene un déficit de comercio exterior con China de más de 65 mil millones de dólares. No tenemos competitividad alguna frente a ellos. De no regular el comercio con ellos, dicho déficit aumentará a costa de seguir perdiendo desarrollo industrial, empleo y crecimiento, e incrementar el endeudamiento externo”.
Cambio tecnológico y robotización
Sobre las preguntas respecto a la tecnología y la robotización, el especialista asevera que es inevitable que el desarrollo en estas áreas aumente el desempleo, aunque advierte que la solución no es ni el mercado, ni el sector privado, pues el único que puede generar empleo sin fines de lucro, es el gobierno; “el gobierno debe instrumentar impuestos a las empresas altamente tecnificadas y robotizadas, para generar empleos que no tienen cabida en el sector manufacturero”.
Además —afirma— se pueden generar empleos en diversas áreas, como es el caso de los servicios públicos, como en la reparación de casas que se encuentren en barrios pobres; en el cuidado de ancianos y enfermos; en el impulso de cooperativas de producción artesanal.
“Hay muchas formas de creación de empleo que pueden mejorar la asistencia pública, potenciar la producción agrícola y manufacturera del país. El gobierno puede trabajar con gasto público deficitario a favor de dicho empleo, y de esa manera reactivar el mercado interno y la economía. Se mejoraría la recaudación tributaria lo que reduciría el déficit público impulsor de la generación de empleo”.
Reformas estructurales
Huerta González reitera que la economía nacional no ha tenido ninguna perspectiva de crecimiento ni con las reformas estructurales emprendidas por el actual gobierno, ni con las del gobierno de Salinas, ya que desde entonces la autonomía del banco central le quitó al gobierno el monopolio del dinero, llevándolo a tener que trabajar con austeridad fiscal, a caer en deuda y a acentuar la privatización de todos los sectores estratégicos del país.
Indica que “si desde los años ochenta los países desarrollados pasaron a crecer menos, ha sido por las políticas de libre mercado que predominaron. China e India han sido las economías victoriosas del proceso de globalización, debido a que han contado con Estado Nación fuerte, que han tenido visión de largo plazo, que han regulado el sector externo, como el sector financiero a favor del sector productivo”.
Huerta González recuerda que los problemas de pobreza y desigualdad no se resuelven con programas sociales o clientelares, sino generando empleo bien remunerado, para lo cual hay que tener manejo soberano de la política económica, que ponga en el centro el empleo y la esfera productiva, “de lo contrario, es decir, de seguir con más de lo mismo, vamos a una crisis de proporciones y a una situación de ingobernabilidad”.
Roberto Duque/Experto en democracia
(III. Democracia disminuida)
Roberto Duque Roquero, profesor e investigador de la Facultad de Derecho de la UNAM, considera que el artículo de Carlos Salinas de Gortari “es un buen ejercicio para las elecciones plantear cuáles son las preguntas relevantes, y porque lo son, algunas se pueden empezar a responder y otras ya habrá tiempo para hacerlo. Es una forma de ir enfilando hacia decisiones cívicas inteligentes”.
Asegura que “esta clase de ejercicios son buenos para la democracia, porque una pregunta relevante el próximo 1 de julio es: ¿vamos a votar con el estómago o vamos a votar con el cerebro?, por eso hay que hacer estas reflexiones. Hay una máxima que dice: el que pregunta no se equivoca, entonces en teoría no debería haber equivocación, el problema es que hay un evidente sesgo perceptible en algunos fragmentos de este texto”.
El experto en democracia señala que pese a que Carlos Salinas de Gortari no es la mejor voz para hacer esta clase de cuestionamientos, sí van dirigidos al electorado en sí, al electorado en su integridad, “uno de los puntos más relevantes de esta temática que se aborda es el tema de la democracia como forma de gobierno, como forma de organización de las cuestiones públicas y la decisión ciudadana de quién decidirá por nosotros”.
Afirma que “en las elecciones elegimos quién decidirá por nosotros tanto en el ámbito gubernamental como en el legislativo, esta es una democracia predominantemente representativa, entonces sí es una decisión muy relevante, pero se debe tener presente, como ha aparecido en una serie de indicadores, de sondeos y mediciones nacionales e internacionales, que México es un país decepcionado de la democracia; y si bien nuestra democracia es aún incipiente, está en construcción todavía, es importante no perder la sensibilidad respecto de su reemplazo, porque así como nuestra democracia tiene insuficiencias que nos tienen insatisfechos, en muchos casos descontentos, es la ruta por la que tenemos que continuar, una regresión autoritaria implicaría males mucho más delicados de los que conocemos hoy”.
En cuanto a los tipos de democracia que Salinas señala en su artículo, del pueblo, por el pueblo y para el pueblo; democracia de un solo dirigente; plebiscitaria, propiedad del líder populista; o participativa como representativa, Duque Roquero explica que “es una cuestión retórica, eso de los tipos de democracia. Vivimos claramente en una democracia representativa en donde de manera muy ocasional y excepcional optamos por mecanismos de democracia participativa o directa, también se le ha denominado así”.
Con democracia participativa o directa, el constitucionalista se refiere “a la consulta popular, que implica ejercicios de plebiscito y referéndum, y a la iniciativa ciudadana, ese tipo de democracia ya está marcado en la Constitución, no veo margen para que haya un cambio sustancial en esto, salvo que estemos enfrentando una regresión autoritaria”.
Advierte que en democracia los signos no son alentadores, porque una democracia saludable debe necesariamente tener actores, oradores, digámoslo así, que estén comprometidos con ella y que presenten una oferta política seria, propositiva y que deje ver una visión de país. Reclamamos y queremos que haya voto informado, pero lo que hemos visto hasta el momento, en esta fase de precampañas, y por eso digo que no es alentador, es una avalancha de spots, un alud de spots, desde el 14 de diciembre nada más en esta fase cerca de 18 millones de spots pautados por el Instituto Nacional Electoral (INE) y en total serán 56 millones de spots”.
En esta primera fase se ha visto “un espectáculo grotesco en el que la norma general ha sido que no hay contenido, son spots muy pobres en cuanto al fondo, a la propuesta y a la visión de país. Quién diga que en las precampañas está prohibido hacer propuestas, está mintiendo, en ninguna parte de la legislación electoral mexicana, en ninguna disposición jurídica existe semejante prohibición. Esto es un disparate, un engaño, no hay una prohibición como esa”, indica el académico de la UNAM.
Apunta que “lo que estamos viendo, y esto no contribuye a la construcción de una democracia saludable, es que parece un concurso de jingles, de quién tiene al mejor mercadología, la sonrisa más resplandeciente, cómo posa con su esposa o con sus hijos, quién toca mejor un instrumento musical o una batucada, quién tiene la frase más pegajosa, quién logra en una cuestión de mercadotecnia la frase más pegajosa; esa es la tónica que hemos apreciado y atestiguado en estas precampañas”.
Roberto Duque destaca que “la autoridad electoral también representa un signo de preocupación, porque en esta precampaña no debió haber incorporado los spots de los precandidatos partidistas, máxime que son precandidatos únicos, porque frente a los candidatos independientes representa una brutal inequidad, pues ellos no tienen esos privilegios ni la posibilidad, ya desde ahora, de estar haciendo campaña”.
“Si bien formalmente son precampañas, para todo propósito práctico estamos hablando ya de campañas, pero solo para quienes son postulados por uno o varios partidos políticos. Por eso, no se ve promisorio el panorama y sí concuerdo en que tendrían los actores políticos que centrar su mensaje en propuestas, en ¿cómo van a gobernar al país?
Jóvenes, los menos participativos
El experto en derecho y democracia asegura que “los jóvenes en efecto son el segmento del electorado tradicionalmente menos participativo, así lo indican distintas mediciones que han hecho las propias autoridades electorales, ahí por supuesto que hay un reto, pero la frivolidad de los spots” no contribuye a fomentar su interés.
Por tanto, “esa es la ruta, tienen que plantearse como candidatos serios, porque si no, se corre el peligro de tener un voto emocional y no racional, y cuando las sociedades votan de esa manera se corren peligros muy serios”, dice Roberto Duque.
En cuanto a las mujeres —añade—, “estamos en una sociedad en la que todavía impera un machismo muy pronunciado y hay una desigualdad de oportunidades evidente y visible. También son compromisos precisos y convincentes los que tendrían que fijar los candidatos en este rubro de su plataforma y dentro de su conjunto de propuestas”.
Guillermo Garduño/Politólogo
(IV. Intelectuales orgánicos y equipo)
Guiilermo Garduño Valero, profesor e investigador de la UAM-Iztapalapa), asegura que el artículo de Carlos Salinas “es un llamado a todos los precandidatos y a las fuerzas políticas a negociar con él, ya no en la forma vertical que anteriormente tenía, se mostraba como un elemento que tenía influencia en gobernadores y en distintas localidades. En el año 2000 seguía conservando un poder importante al grado de que Vicente Fox hablaba de que no iba a perdonar a ningún priista ni la corrupción, pero finalmente Salinas lo absorbió como parte de su nuevo bloque de poder”, sin embargo esa influencia en diversos ámbitos ha disminuido.
El expresidente de México “es un hombre muy astuto, hay que reconocerlo, y publicar su artículo en un medio de España es la vieja visión que siempre ha tenido de que hay cosas que se tienen que ventilar directamente en el país y hay cosas que hay que ventilarlas desde fuera del país; en ese sentido la elección del diario El País se acomoda perfectamente a sus exigencias”.
Es un mensaje “hacia los candidatos y hacia las fuerzas políticas en un momento en que las fuerzas políticas están dispersas, es un elemento muy importante, en un momento en el cual se está llamando a un candidato que se dice independiente, pero que es parte del sector financiero, José Antonio Meade”.
“En un momento en que esas mismas fuerzas de alguna manera, por ejemplo el PRI concretamente, se ve sin candidato propio, es algo insólito y al mismo tiempo en una campaña en la cual el PRI no jala, sino que comienza indudablemente a irse por la parte del sector tradicional, pero ese sector tradicional está representado por López Obrador”.
Con estos cuestionamientos —dice— no se podría construir ni una plataforma política mucho menos un proyecto de nación. Son proyectos personales, no habla de la nación, puede mencionarla pero nada más. El proyecto de Salinas es un proyecto de un grupo de intereses que en este momento, en el exterior, se ve amenazado. Él es quien abre México hacia el mundo y obviamente marca las premisas, que son lo más importante y son las que están hoy en objeto de revisión.
Al mismo tiempo también marcó una serie de líneas políticas, no olvidemos una situación: fue el hombre que descabezó los dos sindicatos nacionales más importantes, el petrolero y el de educación, al hacer esto creó un nuevo corporativismo con nuevos lideres que hizo a su modo, los moldeó y definitivamente los siguió constituyendo como parte de un nuevo modelo del PRI, explica Garduño.
En opinión del especialista, independientemente de quien gane la elección presidencial se gobernaría con la misma clase política que ha gobernado el país por años. “Lo que se ve es un riesgo muy grande para el país en el retorno, particularmente, de una generación que ya se fue; el primero dentro de esa vieja generación es López Obrador y su gabinete predominantemente sería gente del pasado, es una vieja generación que quiere mantenerse, lo que pondría en un riesgo extremadamente fuerte al país”.
El PRI, por su parte, no se puede mover más que con gente de la misma edad, gente dura, y José Antonio Meade, Mikel Arriola, incluso Enrique Ochoa Reza, son gente ajena al partido, indica el académico de la UAM-Iztapalapa.
Alejandro Favela/Politólogo
El mismo modelo de seguridad
Por su parte, Alejandro Favela Gavia, profesor e investigador de la UAM-Iztapalapa, señala que el texto que escribió Carlos Salinas de Gortari “está plagado de esa ideología autoritaria tan característica de él, y que de una u otra manera ha sido la modalidad con la cual se gobernó este país todo el siglo XIX, XX y lo que va del XXI, en eso no hay ningún aporte nuevo por parte de Salinas. Es un hombre perverso e inteligente, eso nadie lo puede negar”.
Apunta que “preguntar sobre seguridad es preguntarse cómo han sido ejercidas desde el poder, del Estado, las opciones de seguridad nacional y seguridad pública en este país; quien ha ejercido eso es el gobierno”.
“El país está muy mal en materia de seguridad pública y nacional. Los datos que se tienen de homicidios dolosos durante el sexenio de Felipe Calderón y ahora con Enrique Peña Nieto son más que evidentes. El nivel de ineficacia de dicho combate a la delincuencia, que no se modificó en términos de planteamiento a lo largo de este sexenio, no se publicitó, pero se siguieron los mismos lineamientos y se obtuvieron los mismos resultados, es decir, quienes siguen pagando las consecuencias son los ciudadanos”.
“Se tiene que plantear algo distinto que parta de la necesidad de que quienes estén al frente de las instituciones de impartición de justicia, de persecución del delito, fuera gente eficiente y honesta, pero ese no ha sido el caso en ninguna de las administraciones ni panistas ni priistas”, asegura Favela.