Hoy en día, las series, sean vistas en televisión u otras plataformas, conforman un ámbito esencial de la cultura popular. En gran parte, este auge de historias contadas en episodios debe su fama y consolidación a grandes conceptos y proyectos que, a lo largo de los años, se han posicionado en los gustos de los espectadores; House M.D. , Downton Abbey o Lost son algunos de los nombres míticos y recurrentes que solemos escuchar al respecto, sin embargo, un parteaguas reciente y que ha definido en mucho la manera de crear series es Breaking Bad, todo un fenómeno mediático  a nivel mundial.

Dicho fenómeno tiene un protagonista llamado Bryan Cranston, quien se ha encargado de encarnar a Walter White en la aclamada historia, conformando un hit no sólo para el público sino también para su persona misma, ya que el personaje principal de la serie es el ícono con quien se ha identificado al actor dentro y fuera del set de filmación, a pesar de lo cual, asegura, “no echa de menos ser Walter White”.

A diez años de que se diera a conocer al  intrigante profesor de química, Cranston conversó con El País acerca del impacto que tuvo convertirse en esta figura ya clásica en el entretenimiento mundial. Al respecto, asegura, que uno de los factores de éxito de Braking Bad es la versatilidad de White:

“Lo que hizo única a Breaking Bad es tener un personaje que cambia completamente durante el transcurso de la serie, algo que no se había intentado antes. La televisión siempre había sido sobre personajes que permanecían igual, con diferentes estímulos pero los personajes no cambiaban.”

Ello, aunado a una visión talentosa y única de Vince Gilligan para contar una historia “realista, creíble, además de muy entretenida”, cuenta Hal de Malcolm in the middle,  fue una combinación explosivamente ganadora que le dio el lugar que hoy tiene a Breaking Bad; aunque admite que” el momento en que llegó fue muy importante”, pues “si hubiera aparecido un par de años antes no habría funcionado”. Ello se debe a que, al principio, su audiencia era sumamente discreta, lo cual representaba incertidumbre para la continuidad del proyecto.

Para el interprete, quien se considera poseedor de “un aspecto muy maleable que puede encajar en diferentes personajes” ,y ahora incursiona en Broadway, Breaking Bad significó un antes y un después en su carrera profesional y personal:

 Breaking Bad ha cambiado mi carrera tremendamente. El otro día leí que Paul McCartney había dicho que su serie favorita es Breaking Bad. También Barbra Streisand. Me quedo helado al escuchar esas cosas. Además, me ha dado la oportunidad de tener ofertas para otros trabajos que han enriquecido mi carrera.”

 A pesar de que Cranston considera que ha seguido adelante después de que terminó su papel de Walter White, aún guarda bosquejos de su otra faceta, que, espera, permanezcan en exhibición:

“Tengo el sombrero y las gafas originales de Heisenberg. Y conservo parte de su vestuario también. Pero quizá lo done. Creo que va a haber un museo de la serie; quizá termine ahí”.