Helen Evans, que trabajó como responsable global para Oxfam Reino Unido entre 2012 y 2015, indicó este martes que descubrió otros abusos, incluidos a menores en tiendas de esta organización en el país, pero ni la ONG ni la comisión parlamentaria pertinente adoptaron medidas contra ello.

Encargada de investigar abusos por parte del personal de Oxfam a raíz del escándalo en Haití, contó que en 2012 la ONG le encargó abordar los posibles casos de explotación sexual y abusos.

Según la antigua trabajadora, “Haití no fue un incidente aislado”. En este sentido, explicó que en diciembre de 2014 se realizó un sondeo confidencial entre los trabajadores en tres países que reveló que “uno de cada diez empleados habían sido testigos o experimentado una agresión sexual” y en el caso del personal en uno de los países el 7% “fueron testigos o experimentaron violación o intento de violación”.

Después de recibir tres denuncias de abuso de menores en Reino Unido y dos de explotación sexual así como otras denuncias en el extranjero en 2014, explicó Evans, trasladó sus “preocupaciones” a los responsables de la ONG y les pidió más fondos para investigarlo. Por su parte, la ONG respondió que se realizaría una “revisión estratégica”. Entonces, Evans llegó a la conclusión de que su situación en la ONG “no era sostenible” y, “frustrada ante la falta de un compromiso serio de cambio”, dejó su cargo.

En junio de 2015, acudió a la comisión de ONG del Parlamento británico para informarle de que “Oxfam no estaba informando de incidentes de explotación sexual y abuso (…), de que la escala del abuso sexual probablemente era más amplia de lo que había estado informando Oxfam y de que se estaba poniendo en peligro a niños de más de 14 años en las tiendas de Reino Unido”.

“Sin embargo, a medida que la escala del problema se conocía la organización no adoptó los pasos necesarios para responder”, lamentó Evans. Según su testimonio, la comisión parlamentaria no se puso en contacto con ella ni tampoco tomó parte el Departamento de Desarrollo Internacional (DFID) ni el comisionado del Menor.

Sólo la comisión parlamentaria terminó poniéndose en contacto con ella cuando The Times publicó otra información sobre la actuación de Oxfam, el pasado octubre.

En un comunicado, la antigua trabajadora ha explicado que ha optado por hablar ahora porque considera que no sólo fue Oxfam quien no actuó al respecto, sino que la comisión de ONG y el Gobierno tampoco lo hicieron. Ahora, la llamada Charity Commission analizará la manera de proceder de esa ONG en Haití así como abrirá una investigación el regulador de las Organizaciones No Gubernamentales en el Reino Unido.

“Este asunto no debe usarse como excusa para cortar la ayuda (a Oxfam). Si hacemos eso, entonces debemos mirar a todos los sectores donde se producen tales abusos y analizar el cortarles a ellos también los fondos”, sostuvo Evans.

La organización, que percibe anualmente unos 338 millones de euros de fondos públicos en este país, reconoció que la conducta de esos trabajadores fue “completamente inaceptable” pero negó que se tratara de ocultar los hechos. Además, informó de que ha duplicado el número de personas que se encargan de la protección, el cual podría ascender a seis, un número bastante inferior al que había cuando Evans estaba al frente de dicha comisión, cuando sólo eran dos trabajadores.