René Sánchez García
Se han cumplido 25 años del deceso del actor y cómico mexicano Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, más conocido como “Cantinflas” (Ciudad de México, 12 de agosto de 1911-20 de abril de 1993). El llamado “Charles Chaplin de México” vivió gran parte de su infancia en el tradicional barrio de Tepito, de allí su caracterización inicial del típico peladito, que terminó siendo todo un símbolo de nuestra identidad nacional, tal y como lo fue después Pedro Infante en su característica del verdadero “macho” mexicano. El comediante, en su larga trayectoria cinematográfica, abarcó tanto el inicio del cine mexicano, como su época de oro y la moderna. Desde niño mostró su inacabable inquietud, de monaguillo pasó a zapatero, de peluquero a cartero, de boxeador a las carpas del circo, de allí al teatro de comedia y finalmente al cine, incluso llegó a Hollywood. Claro, sin olvidar sus aficiones personales de torero, empresario y benefactor.
Hay varias versiones en torno al término “Cantinflas”, siendo la más acertada la mencionada por el escritor Carlos Monsiváis, quien asegura que proviene de “Cuánto inflas” o “en la cantina inflas”. A la forma de hablar “Cantinfleada”, la Real Academia de la Lengua Española la incluyó oficialmente como verbo “Cantinflear”, esto es, hablar con incoherencias o sin sentido las palabras que componen una frase. Así, Cantinflas utilizó la broma, los juegos de palabras y las palabras en doble sentido para atacar siempre a los políticos y servidores públicos de la época, o bien criticar las injusticias que éstos cometían contra la gente común. Su estilo siempre crítico le hizo ganar público, por lo que llenó siempre las salas cinematográficas; también ganó problemas con personalidades de la política nacional que se sintieron aludidos; sin faltar la de los críticos académicos que lo aborrecieron por su estilo de hablar, mismo que deformaba nuestra lengua. Lo cierto es que tal y como lo menciona Monsiváis: “El habla para no decir, los demás lo escuchan para no entender”.
En Estados Unidos trabajó al lado del actor David Niven en La vuelta al mundo en 80 días; con Frank Sinatra y Judy Garland en Pepe; haciéndose acreedor al Globo de Oro por estas actuaciones. Sus compañías cinematográficas fueron Posa Films, Columbia Pictures y Cantinflas Films, en los años de 1930 a 1981. Asimismo, a partir de 1970 apareció una serie de dibujos animados titulado “El Show de Cantinflas”, dirigido a niños y niñas y con propósitos educativos. Sus películas, actuaciones, forma de hablar y temas abordados en los filmes, han sido motivo de análisis de parte de estudiosos de la comunicación masiva, filósofos, antropólogos, lingüistas y periodistas del mundo hispanoamericano. Quienes han estudiado de cerca su trayectoria, aseguran que en el año 1964 el actor deja de llamarse Cantinflas y el tradicional “peladito” tiene ya nombre propio en cada filme posterior: “Chava”, “Lopitos”, “Justo Leal”, “Margarito”, “Úrsulo”… A partir de ese momento se convierte en un verdadero hombre de mundo: amigo de los presidentes mexicanos, compañero de infinidad de artistas, pintores y toreros, viajero incansable a Estados Unidos y España, un enamorado irresistible y discreto de las mujeres más hermosas (no olvidemos que se cree que Miroslava se suicidó por él), filósofo de inagotable ingenio, apasionado y empresario de la fiesta brava y benefactor de sus compañeros actores, pero sobre todo, amigo de los niños.
Ya bastante enfermo pretendió rodar en 1990 la cinta “Welcome María”, a lado de la actriz María Victoria. En total fueron 42 películas y 6 cortometrajes lo realizado a lo largo de su larga y fructífera existencia. Los últimos años de su vida, atacada por una enfermedad terminal, los pasó encerrado en su domicilio sin recibir visitas.
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