Todas las posibilidades son buenas para Donald Trump, incluso una intervención armada. La cuestión venezolana ha pasado por esa perspectiva en la mente del magnate inmobiliario, según se da ha conocer ahora derivado de una conversación que sostuvo con anterior su secretario de Estado, Rex Tillerson y su asesor en Seguridad Militar, general HR McMcmaster.

¿Por qué Estados Unidos no puede invadir el país sudamericano?, dijo en esa reunión efectuada en agosto del año pasado. La pregunta asombró a sus dos estrechos colaboradores que ahora ya no forman parte de su equipo gubernamental. Lo anterior fue revelado por una fuente anónima involucrada en el sector de seguridad, que ahora ha causado un revuelo por lo preocupante de la situación.

Según cuenta esa fuente, Trump barajó esa posibilidad en momentos en que Estados Unidos y Venezuela pasaban por un periodo de fuerte tensión. Sin embargo, también explica que la intención de invadir el país “no fue una opción inminente”.

La idea de Trump consistía más bien en conjuntar a tres o cuatro aliados latinoamericanos para que se encargaran de una intervención militar, entre estos Colombia. El magnate neoyorquino les preguntó a esos cuatro países si “estaban seguros de no querer una solución militar para Venezuela”, a lo que todos respondieron que estaban seguros y no querían una intervención militar.

Se cuenta que la noticia llegó a oídos de Nicolás Maduro, quien interpeló al mandatario estadounidense: “¡Ocúpese de sus propios asuntos y resuelva sus propios problemas, Sr. Trump!” A su vez, el hijo del presidente venezolano advirtió que su país respondería con “fusiles en Nueva York” y tomaría la Casa Blanca en caso de una invasión militar estadounidense.

En aquella ocasión, tanto Tillerson como McMaster explicaron en tan sólo cinco minutos a Trump el porqué no era posible invadir a Venezuela. Sencillamente porque “podría ser contraproducente y que se arriesgaría a perder el apoyo que tanto había costado ganar con los gobiernos de América Latina”.

Trump arguyó que en el pasado, Estados Unidos había hecho cosas semejantes como fue en Granada y Panamá en los años ochenta.

A casi un año de este incidente, la Casa Blanca no ha querido responder o aclarar respecto al mismo.