El ruido produce múltiples efectos en la salud física y mental de los seres humanos. Esta fue una de las conclusiones de una reciente investigación realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS): la contaminación auditiva era la segunda causa ambiental de problemas médicos, después de la polución atmosférica.
Entre esos resultados destacó que la contaminación auditiva fue una de las causas de las muertes prematuras de 10 mil personas y de 900 mil casos de hipertensión anuales solo en Europa. También está relacionada con el aumento de depresión.
“El ruido en las ciudades no sólo es una molestia, sino también una amenaza para la salud pública”, aseguró Zsuzsanna Jakab, entonces exdirectora de la OMS. De acuerdo con dicha investigación, uno de cada tres ciudadanos de Occidente sufre problemas de salud ligados al ruido, mientras que uno de cada cinco decía tener dificultades para conciliar el sueño por la misma razón. “Esperamos que esta nueva evidencia haga que los gobiernos y las autoridades locales incluyan políticas de control del ruido a nivel nacional y local para proteger la salud de la humanidad de este peligro creciente”, dijo Jakab.
La hormona del estrés
Lejos de resolverse, el problema del ruido se ha hecho cada vez más complejo. Siete años después de esa primera advertencia, el periódico inglés The Guardian publicó un reportaje que denuncia que la contaminación auditiva está matando a miles de personas alrededor del mundo cada año.
El artículo demuestra que la exposición a sonidos no deseados producidos por el hombre —como se define técnicamente el ruido— no sólo produce insomnio, fatiga o estrés, sino que puede estar relacionada con la depresión, la ansiedad y hasta con enfermedades cardiovasculares.
“Hay evidencia consistente de que el ruido del tráfico en la carretera conduce a ataques cardíacos”, asegura el doctor Yutong Samuel Cai, epidemiólogo del Imperial College de Londres, a The Guardian. Sus investigaciones analizaron los datos de salud de 356 mil personas en Gran Bretaña y Noruega y revelaron que la exposición prolongada al ruido del tráfico en las carreteras afecta la bioquímica sanguínea de los seres humanos. “El ruido parece tener su propio efecto en el sistema cardiovascular”, añadió.
La Agencia Europea del Medio Ambiente informó, además, que el ruido es una de las causas principales de las muertes prematuras de 10 mil personas y está implicado en más de 43 mil admisiones hospitalarias y 900 mil casos de hipertensión anuales en Europa. “125 millones de europeos experimentan niveles de ruido superiores a los 55 decibeles, considerados dañinos para la salud”, informó el estudio.
A pesar de estos resultados, el equipo del Imperial College de Londres insiste en que el problema del ruido y sus consecuencias para la salud pública aún necesitan estudios a profundidad. “Hay relativamente pocas investigaciones sobre el ruido del ferrocarril o el ruido del aeropuerto. Y todavía es difícil cuantificar los diferentes impactos en la salud del ruido constante de baja frecuencia en una autopista o el ruido intermitente de un vecino escuchando música a todo volumen durante la madrugada”.
De acuerdo con las investigaciones científicas, una posible explicación para comprender por qué el ruido genera tantas enfermedades graves es que libera la hormona del estrés, cortisol, que con el paso del tiempo va dañando los vasos sanguíneos de los humanos.
La London School of Medicine, por su parte, ha relacionado la contaminación acústica del tráfico con casos de diabetes tipo 2 y con el deterioro cognitivo y los problemas de comportamiento en los niños. “En los últimos dos o tres años, los vínculos entre la contaminación acústica y la salud mental se están volviendo más claros”, le dijo el doctor Cai a The Guardian. De hecho, un estudio alemán de 2015 encontró que las personas que viven cerca de las carreteras ruidosas tenían 25% más de probabilidades de presentar síntomas de depresión que las personas que vivían en áreas más tranquilas.